31 diciembre 2014

Haciendo repaso

Acabo el año en el blog recopilando las notas que más visitas han tenido a lo largo de este 2014. La breve descripción que las acompaña da idea de cuáles son los asuntos que más me han ocupado este año y también de los intereses de los que os asomáis a este blog:
Por último, también como cierre de este año, os dejo un vídeo del CITA que recoge algunas reflexiones de docentes sobre el futuro de la educación. Mi aportación, que cierra el vídeo, incide en la idea de que hemos de cambiar el modelo de escuela para dar protagonismo a las capacidades de un alumnado que va a enfrentarse a un mundo totalmente nuevo. Lamentablemente, la Escuela sigue basada en un modelo en el que las mentes deben ser almacenes de conocimiento. No sabemos cómo será el futuro, pero seguramente exigirá menos memoria y más plasticidad. Como docentes, deberíamos facilitar ese cambio o, al menos, no entorpecerlo. Feliz 2015.


Crédito de la imagen: 'Day 91'

26 diciembre 2014

Sesquidécada: diciembre 1999

Debo reconocer que las sesquidécadas de este año han sido muy particulares, demasiado filológicas en ocasiones, como correspondía a aquel lejano año de 1999 en el que estaba inmerso en cursos de doctorado bastante dados a la erudición. Para compensar, en esta última entrega del año, recomendaré a Manuel Vicent, un autor accesible al gran público cuyas obras mantienen una calidad aceptable. La novela que cumple quince años es Son de mar, un relato muy marinero, muy levantino, pero, sobre todo, muy ligado a lo literario y a las raíces de nuestros mitos clásicos de la cultura mediterránea. Son de mar es un homenaje a la literatura y también una historia de amor y de pasión, quizá demasiado explícita y sobredimensionada en la versión cinematográfica de Bigas Luna. Debo decir que mi lectura no fue tan erótica como metaliteraria, con un protagonista homérico que tal vez contaminaba mi visión de la novela. Personalmente, veo en esta obra de Manuel Vicent una apología de la literatura como valor eterno y universal, más allá de las pasiones, más allá de lo terreno. En la línea de esa interpretación encuentro una columna periodística del mismo autor que me parece magistral: Pasiones, donde la relación entre Dante y Beatriz se convierte en una alegoría del conflicto entre la realidad y el deseo, entre la realidad y la literatura.
Al igual que ocurre con Millás, pienso que Manuel Vicent tiene más valor en los textos breves, columnas o relatos, que en las obras más extensas. En ese sentido, recomiendo también su novela León de ojos verdes, localizada en el hotel Voramar de Benicàssim, un hotel que fue hospital durante la guerra civil y que seguro encierra muchas historias sorprendentes. Para los que vivimos cerca del Mediterráneo, los textos de Manuel Vicent ponen palabras a la luz, a los olores o al sonido de ese mar cómplice. Para descubrir grandes placeres no es necesario viajar lejos: basta sentarse con un libro junto a estas tranquilas playas y disfrutar del reconfortante sol del invierno. Que paséis un feliz fin de año.


17 diciembre 2014

Nuestro #poema27

De nuevo hemos celebrado la particular fiesta de la poesía que constituye el homenaje a la Generación del 27 todos los finales de año. Una celebración que sigue llenando la red de poemas y versos. Agradezco a todos los amigos de las redes, a los colegas y a muchos de sus alumnos, el esfuerzo por animar el hashtag y por compartir palabras y actividades. Es motivo de alegría, sin duda, pero también invita a la reflexión: ¿por qué ha de apreciarse como excepcional una tarea que debía ser normal en la época que estamos? ¿cómo es posible que siga siendo extraño asomarse desde las redes sociales a las aulas y ver a alumnos leyendo? Quizá dentro de un par de décadas sea lo habitual, no sé. Ya veremos.
En mi centro no hacemos nada especial y por eso envidio el despliegue de Evaristo Romaguera o de Lourdes Domenech, entre otros, que se hacen visibles también en lo presencial. En mi caso, suele ser una celebración íntima, en el seno de un grupo o dos, como este año, en que he podido llevarlo a cabo en los grupos de 2º de PQPI y de 2º de Bachiller


En PQPI, hemos adaptado una actividad que ya realicé en 4º de ESO -lo que demuestra que cuando se trabajan competencias no hay por qué rebajar el nivel- y que consiste en redactar una biografía en 1ª persona de los poetas más destacados, elegir un poema y recitarlo. Estamos todavía terminando la fase de escritura en Google Drive, pero el recitado lo podéis ver ya en vídeo. Hemos usado la pizarra digital como teleprompter y ello ha permitido mejorar la expresión oral.


Por otro lado, con 2º de Bachiller, encaminados como están hacia la Selectividad, resulta difícil salirse del guion, de modo que hemos aprovechado que Miguel Hernández forma parte de las lecturas canónicas de las pruebas, y hemos realizado dos sesiones de grabación y lectura de poemas en el aula. Para animarlos a memorizar, el profe ha hecho sus deberes y se ha dejado grabar como uno más.

No sabemos si el curso que viene habrá ocasión de seguir con este homenaje poético que da paso al invierno, pero seguro que mi aula seguirá abierta para que cualquiera pueda asomarse a ella, como corresponde al siglo XXI, un nuevo siglo de la luz donde las aulas deberían ser transparentes.

03 diciembre 2014

Otra cita con #poema27


Un año más, y serán siete ya, celebramos desde este blog el acto fundacional de la Generación del 27: hace 87 años que se produjo el encuentro de algunos de los autores de ese movimiento literario en el Ateneo de Sevilla. Este evento poético lo conmemoramos durante el martes 16 o miércoles 17 de diciembre publicando poemas (o versos) en nuestros blogs, en Facebook, Google + y, por supuesto, en Twitter, bajo la etiqueta #poema27. La nómina de autores es bastante extensa y podéis encontrar poemas de ellos en la red. Nos quedan por delante dos semanas para que la red se vista de poesía. ¿Os animáis? 



Mis homenajes:
También con el alumnado: 

20 noviembre 2014

Sesquidécada: noviembre 1999


La lista de lecturas de noviembre de 1999 me hace recuperar buenos recuerdos, tal vez por la variedad del repertorio. La primera lectura rescatada de aquellos días es La lengua de las mariposas, el relato de Manuel Rivas que sirvió de base para la película homónima. Descubrir a Rivas fue un gran hallazgo que me animó a seguir leyendo casi todo lo que ha publicado, sobre todo en prensa y relatos cortos. Hace un par de años, en el aula, leímos una novela juvenil sobre Miguel Hernández, Mala luna, de Rosa Huertas. Al hilo de aquella lectura, vimos la película de José Luis Cuerda. Además de emocionarnos, pudimos establecer paralelismos muy interesantes entre ambas obras. Es algo que recomiendo, por ejemplo, para 4º de ESO.

La segunda lectura de esta sesquidécada pertenece a un "autor rarito" que ya ha visitado el blog en otras ocasiones: Bohumil Hrabal. Se trata de la novela Yo que he servido al rey de Inglaterra, una obra cómica, con todas las prevenciones que uno debe tener acerca del humor de este autor. Bohumil Hrabal posee un estilo muy particular, contundente en obras como Trenes rigurosamente vigilados o Una soledad demasiado ruidosa. Sin embargo, en la novela que recupero, el lector puede hallar cierto alivio y consuelo gracias a las situaciones a menudo absurdas que se plantean. Mi amiga Mª José Chordá me informaba el otro día de la publicación de una novela de Hrabal: Clases de baile para mayores. Habrá que ponerse a ello.

La última lectura de esta entrega es un manual de Lingüística: La fraseología del español coloquial, de Leonor Ruiz. Hace quince años también me apunté a un curso de doctorado sobre "Lexicografía histórica del español", impartido por la excelente profesora Mª Teresa Echenique. El trabajo que debía presentar exigía una investigación sobre unidades fraseológicas, es decir, locuciones o frases hechas del castellano. Año 1999, recordad, cuando Internet seguía siendo esa gran desconocida para el público general, pero también para muchos investigadores universitarios. Me tocó revisar muchas enciclopedias y diccionarios en papel, pero descubrí los recién inventados corpus de la lengua: el CREA (Corpus de Referencia del Español Actual) y el CORDE (Corpus Diacrónico del Español), unas herramientas fundamentales para cualquier filólogo o enamorado de las palabras. Gracias al buscador del CORDE pude documentar la aparición de muchas palabras usando las búsquedas y estadísticas cronológicas. En fin, algo que me pareció más que innovador y que comenzó a sembrar en mí la pasión por las TIC. Hasta hoy.
Por cierto, mi trabajo abordaba el estudio sobre la expresión "valer un potosí". Y aquí está, también gracias a las TIC.

18 noviembre 2014

Conchita se queda


Hay en la red muy buenos profesionales y también muy buenas personas. Conchita López es una de esas profes que reúne ambas virtudes, a las que habría que añadir la honestidad y la modestia.

Mi primera referencia de su blog docente fue en 2008, cuando tuvo la gentileza de reseñar una entrada mía. Poco después ya éramos buenos amigos en la red, sobre todo a partir de su interés por el proyecto de homenaje a Miguel Hernández.
Luego vinieron los Callejeros Literarios en Jacarilla, y su tribu de Blogmaníacos se convirtieron en habituales de la red, siempre mostrando proyectos y actividades excelentes, como las preguntas al presidente del gobierno o la reciente entrevista a su alcaldesa.
A pesar de todos los devaneos educativos en los que hemos participado juntos desde entonces, solo coincidimos presencialmente una vez en la entrega de premios Espiral, aunque ni siquiera pudimos hablar. 
Hoy se ha jubilado Conchita. Para mí que solo ha abandonado un poco el aula, porque seguro que un buen trozo se lo lleva puesto. A quienes la mirábamos por estas ventanas virtuales nos deja también un poco huérfanos. Por suerte, nos queda su amistad, su cariño y su buen hacer. Esperemos que desde la trinchera de la retaguardia nos siga alumbrando con su sabiduría.
Te queremos, Conchita.

03 noviembre 2014

20 años después. Cuentacuentos en 2º ESO


En este primer trimestre estamos trabajando en 2º de ESO (y también en PQPI-2º) el proyecto "20 años después..." cuya fase inicial consiste en analizar cuentos tradicionales, descomponer las distintas tipologías textuales presentes en ellos, redactar versiones modernizadas y actuar como cuentacuentos para los compañeros de clase.
He comentado en más de una ocasión la necesidad de adoptar pedagogías activas en el aula, basadas en enfoques comunicativos reales, que exijan al alumnado el desarrollo de habilidades más allá del rellenado de huecos o del copia-pega. Sé que muchas veces los proyectos tienen un lado visible que no evidencia la faena que hay detrás. En este proyecto (cuyos enlaces aparecen al final de esta nota) acabamos de completar la primera fase con la grabación de vídeos, pero en la trastienda hay más de tres semanas de trabajo intenso en el aula, con teoría sobre la narración, con escritura, con correcciones ortográficas y macrotextuales, con revisión de borradores, con ejercicios de coevaluación, con reflexión sobre los errores propios y ajenos en la expresión oral... Todo ese trabajo también forma parte del proyecto, aunque no se vea. Por eso me he tomado la molestia de enseñarlo mínimamente en un vídeo.


Finalmente, aunque todavía quedan unos pocos por editar y las tradicionales tomas falsas, os animo a ver los vídeos de cuentacuentos de mis alumnos. Me parece que se han esforzado bastante por resultar eficaces en su tarea, a pesar de la vergüenza y el miedo. De momento, han roto esa barrera que los bloquea a la hora de hablar en público y han tomado conciencia de muchos de sus errores y aciertos. Seguro que en fases posteriores se desenvuelven mejor.

Enlaces relacionados con el proyecto "20 años después..."

25 octubre 2014

Enredado en el ABP

A veces ocurre que uno anda buscando algo y resulta que lo lleva puesto. Lo curioso es observar que también sucede cuando hablamos de metodología docente. Quienes se adentran en el mundo del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP o PBL) reconocen que llevaban tiempo haciendo algo parecido o, al menos, se hallaban en el camino que conducía a ello. En efecto, nada nuevo hay bajo el sol; el ABP bebe de diversas fuentes que desde hace años ofrecen alternativas a los métodos tradicionales. El ABP resurge ahora con fuerza para tratar de dar respuesta al fracaso escolar y a las exigencias del mundo actual; para ello se ha sistematizado el método y se ha enriquecido con el aporte de las TIC.
Personalmente, cuando llegué a la teorización del ABP, me encontré con el andamiaje que echaba en falta en mis escarceos metodológicos. Ya conocéis proyectos como Callejeros literarios o Piénsame el amor..., de modo que no es necesario explicar que se puede trabajar por proyectos en el aula de Secundaria o Bachiller, que siempre es posible adaptar la metodología del ABP a cualquier contexto, mientras mantengamos la mirada puesta en lo importante, en las competencias.
En estos días hemos comenzado un nuevo curso del INTEF sobre ABP, del cual soy tutor. A pesar de que circularán por la red gran cantidad de recursos actualizados, aprovecho esta nota del blog para recopilar algunos de los recursos propios que he ido acumulando en los últimos tiempos. También aprovecho para animar a mis colegas para que apliquen enfoques didácticos basados en la acción, sea el ABP, la clase invertida o cualquier otro método que exija la implicación y participación del alumnado en la construcción de aprendizajes significativos (y que ello no sea palabrería hueca de burocracia docente).


También os pueden interesar algunas reflexiones sobre la evaluación en los cursos del profesorado:

15 octubre 2014

Sesquidécada: octubre 1999

Hay sesquidécadas en la que asoma mi lado más salvaje de la Filología. En ellas aparecen lecturas no aptas para el público general; si hubiese rombos en los blogs habría que ponerles más de uno para mantener alejados a los incautos. En octubre de 1999 estaba inmerso en varios cursos de doctorado muy específicos, en los que leía obras como La fraseología del español coloquial o El histórico reino de Valencia y su organización foral. De muchas de aquellas lecturas solo ha quedado el vago recuerdo de horas de lectura silenciosa en bibliotecas perdidas. Sin embargo, como en todas las sesquidécadas, siempre cabe destacar un par de obras por encima de esa masa anónima del recuerdo.

La primera protagonista de esta nota es una tesis doctoral que ocupó casi toda la vida de su autor: Erasmo y España, de Marcel Bataillon. Ya hablé en la anterior sesquidécada de la fascinación que me produjo el Elogio de la locura de Erasmo, así que no era extraño que indagase más sobre este peculiar protagonista de la historia en todas las dimensiones de la cultura, la política y la religión. La obra de Marcel Bataillon se centra en la relación de Erasmo con España y su influencia en los círculos reformistas del siglo XVI. Sé que es un tema áspero y demasiado erudito, pero sorprende leer esa historia como un juego de poder y de intriga casi a modo de una novela de, por ejemplo, Umberto Eco. Tanto me fascinó el personaje que estuve a punto de centrar mi tesis en uno de los traductores de Erasmo, Bernardo Pérez de Chinchón. Por suerte, la fiebre reformista se me fue pasando y solo volví a ello de la mano de Miguel Delibes y su novela El hereje, donde aparecen muchos de los mencionados por Bataillon.

La segunda obra que recupero pertenece a otro viejo conocido de este blog, Luciano de Samósata. Se trata de los Diálogos, un conjunto de textos dialogados en los que se parodian pasajes de la mitología, unas veces con cierto humor y otras con abierta sorna (no se pierdan el diálogo de los muertos con un Caronte más banquero que barquero). Se trata de una joya literaria para los amantes de la mitología y también para los aficionados a la literatura clásica, pues entre sus líneas se aprecian antecedentes de obras como la Celestina, los sueños de Quevedo, las novelas ejemplares de Cervantes, etc. Por supuesto, también tienen relación con los hermanos Valdés y sus diálogos, lo que nos lleva de nuevo a Erasmo. Y es que la literatura, a pesar de su lado salvaje, no hace más que hablarnos de nosotros mismos, en un eterno círculo de referencias y alusiones cruzadas.

28 septiembre 2014

Sesquidécada: septiembre 1999

Hay temporadas en las que no atinamos con los libros y otras en las que parece que nos hallamos en racha a la hora de elegir lecturas. En el septiembre de 1999 leí a Javier Marías o a José Saramago, autores de largo recorrido en mi biografía lectora y de los que ya he hablado en el blog. Pero junto a ellos aparecen tres lecturas que han dejado poso y que van a protagonizar esta sesquidécada.

La primera es Carreteras secundarias, de Ignacio Martínez de Pisón, una novela con guiños a las road movies y a la España del sablazo. Se trata de una novela con unos personajes que se hacen querer y que resultan difíciles de olvidar, un adolescente y su padre que crecen cada uno a su manera. Carreteras secundarias ha formado parte de mis recomendaciones lectoras para bachiller desde hace años y, a veces, alguno de mis alumnos se anima y comparte ese placer de revivir lecturas. Hay también una versión cinematográfica bastante digna.

La segunda lectura es un clásico en todos los sentidos. Se trata del Elogio de la locura, de Erasmo de Rotterdam. Me sorprendió hallar un humor tan cáustico en un autor al que consideraba tan serio. El Elogio de la locura tiene un contexto muy preciso de producción en el que cobran sentido todas las burlas que destila Erasmo, aunque el lector no especializado puede disfrutar de la crítica sin necesidad de entender todo el fondo reformista que justifica esa obra. Junto con la Utopía de Tomás Moro, esta obra ofrece una visión alternativa frente la Europa oscura y dogmática que acechaba desde el Concilio de Trento.
“De la misma manera, los pontífices, diligentísimos para amontonar dinero, delegan en los obispos los menesteres demasiado apostólicos; los obispos, en los párrocos; los párrocos, en los vicarios; los vicarios, en los monjes mendicantes y, por fin, éstos lo confían a quienes se ocupan de trasquilar la lana de las ovejas” (Erasmo de Rotterdam, Elogio de la locura, capítulo LX).
Por último, El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati, supuso otro de esos hallazgos impresionantes de la literatura contemporánea. No es una novela fácil, ni recomendable a discreción, ni siquiera distraída; es simplemente una de esas obras en las que, al llegar a su última página, uno advierte que ha cubierto un hueco a costa de crear un vacío en otro lugar remoto de la conciencia. Y ese lector incauto habrá de asumir que, como el teniente Giovanni Drogo, durante los años siguientes, en más de una ocasión llenará sus días con el único consuelo de ver asomar a los tártaros por el horizonte.

20 septiembre 2014

Taller VideopoéTICo


He tenido ocasión de participar esta semana en unas jornadas sobre Competencia Cultural y Artística, organizadas por José Luis Liarte desde el CEFIRE de Castellón, y en las que he impartido un taller de videocuentos y videopoemas. Lamentablemente, el poco tiempo que teníamos para el taller ha limitado mis expectativas de que los asistentes creasen un videopoema a partir de un banco de imágenes y música, y nos hemos tenido que conformar con manejar brevemente un editor de vídeo y otro de audio.
Las jornadas han permitido también dar a conocer interesantes experiencias de aula relacionadas con la música, la plástica, la literatura y otras disciplinas que inciden en el desarrollo de esa competencia cultural y artística que, como han destacado todos los ponentes, mantiene viva la creatividad o la inteligencia emocional y, a fin de cuentas, nos hace más humanos, algo realmente imprescindible en unos tiempos en los que solo parece importar la excelencia y la competitividad.
En estos días he compartido charlas con buenos compañeros, por ejemplo con mi amiga Inma Contreras, que nos habló de Queremos MusicArte, con Pep Alsina, un gran pedagogo que no ha olvidado lo que ocurre en el aula, o con Santi Monforte, maestro rural que se atreve incluso con los proyectos LOVA.
Os dejo a continuación algunos de los recursos para acercarse al storytelling que propuse en mi taller:

Programas para la edición de vídeo:
Windows (Live) Movie Maker (tutorial)
OpenShot (disponible en Linux/Lliurex) (tutorial)

Programa para edición de audio:
Audacity (disponible en Linus/Lliurex) (tutorial)

Programas para la edición de presentaciones:
Power Point (Microsoft) / Impress (OpenOffice-LibreOffice) / Keynote (Apple)
Google Drive

Programa para convertir audio/vídeo:
Format Factory

Imágenes y música copyleft:
FlickrCC
Jamendo
CCSearch

Herramientas web:
Vídeo on line:
Animoto
WeVideo
Picovico
Photopeach

Murales digitales:
Newhive
Popplet
Lino
Padlet
Koowall
Glogster

Otros:
FotoBabble (fotos que hablan)
Screenr (captura pantalla)
Prezi (presentaciones dinámicas)
Pixton (cómics)

Por último, para ver algunos de los trabajos de mis alumnos, remito a los proyectos:



10 septiembre 2014

Contra viento y marea


Un nuevo curso se pone en marcha y por delante tenemos muchos objetivos que cumplir y muchos problemas que vencer. La imagen que encabeza esta nota representa mis cinco deseos para refrescar el aula en estos momentos, aunque estoy seguro de que saldrán al paso muchos más. Por mi parte, el curso ya está más que inaugurado; es más, da la impresión de que empezó hace mucho, mucho tiempo...

Entre lo positivo puedo destacar:

  • Vuelvo a la docencia compartida. El año pasado, por falta de recursos, no pudimos mantener esta metodología. Este curso tenemos tres grupos de 2º de ESO en los que podremos trabajar dos profes de manera conjunta, lo que facilita la atención al alumnado y el desarrollo de metodologías activas.
  • Mantengo mis clases en el 2º de PQPI. Es un nivel que me dio buenas alegrías y con el que puedo trabajar como realmente me apetece: proyectos, negociación, competencias... Todo ello sin necesidad de exámenes.
  • Proyectos y lecturas. Tengo en capilla, listo para ensamblar y montar, el proyecto "20 años después", una idea que nació durante un MOOC sobre ABP el año pasado. Con este proyecto recuperaremos los cuentos tradicionales y tal vez pongamos en marcha algún programa de colaboración externa, todavía en fase beta. También volvemos a la ciencia-ficción, con Ray Bradbury y con el despliegue educativo de robots
  • Vuelvo a la Selectividad. No es precisamente una alegría, pero apetece reencontrarse cinco años después con Luces de bohemia, con Miguel Hernández y con La casa de los espíritus. Sé que el 2º de Bachiller es el curso que menos se presta a la experimentación, pero mis alumnos de este año llevan detrás el bagaje de, al menos, tres años de proyectos (Callejeros literarios, Un paseo con Machado, Vamos a venderlo todo, el Barco del exilio, el Quijote sincopado, Piénsame el amor...). Tal vez incluso agradezcan una vuelta al método docente tradicional (ya veremos).
Entre lo negativo:

  • Precariedad de recursos. Seguimos bajo mínimos en el Departamento. Algunos grupos del primer ciclo de ESO no se pueden desdoblar; otros se hacen con desdobles de dos grupos para tres profesores. Impensable desdoblar grupos a partir de 3º de ESO, aunque sean numerosos o difíciles. Eso limita la atención a la diversidad y provoca un desplazamiento del fracaso escolar hacia el segundo ciclo de la ESO, donde los resultados son alarmantes.
  • Ocurrencias peregrinas sin justificación pedagógica. Adelantar el inicio de curso al día 3 de septiembre, además de los problemas de calor (que han sido lo más llamativo), ha provocado un desorden organizativo. Algunos departamentos dedicábamos horas y horas en septiembre para racionalizar los desdobles, para revisar expedientes del alumnado, para poner en orden toda la documentación relacionada con ACIS, compensatoria, asignaturas pendientes, etc. Este año nos hemos encontrado de sopetón con los chavales en el aula y la improvisación en muchos aspectos se notará a medio o largo plazo. 
  • La LOMCE. Aparece entre lo negativo porque la tenemos ahí, como espada de Damocles. Sus efectos todavía no parecen notarse, salvo en la supresión del PQPI. Sin embargo, habrá que ver si a lo largo de este año hemos de prepararnos para un nuevo desarrollo del currículo. Solo nos falta en las aulas esa amenaza fantasma.
Este es el comienzo del viaje. ¿Llegaremos a buen puerto? ¿Nos hundiremos por el camino? Por lo pronto, bienvenidos un curso más a este blog que procura mantenerse a flote contra viento y marea.

17 agosto 2014

Sesquidécada: agosto 1999


El mundo ha cambiado bastante en los últimos años. Preparando esta sesquidécada que recupera lecturas de hace 15 años me he dado cuenta de cómo hemos modificado ciertos hábitos que parecían inmutables y cómo nos hemos acostumbrado fácilmente a ciertas comodidades por aquel entonces impensables.
En agosto de 1999 existía internet, claro, pero el ADSL solo empezaría a desplegarse en los años posteriores, así que no resultaba fácil ver vídeos o fotos en la red. Además, en el ámbito de la cultura, los sitios web eran todavía escasos y con recursos muy limitados.
Digo esto porque las dos antologías que reseño aquí son casi reliquias de tiempos pasados, tiempos en los que los lectores inquietos teníamos que rebuscar en catálogos de librerías y pedir por correo libros que nunca obtendríamos de otro modo.

La palabra imaginada es un compendio de poesía visual editado en 1999 por la Casa de Cultura de Don Benito (como para buscarlo entonces en la FNAC). Hoy basta teclear esas palabras en Google para encontrar miles de poemas visuales de todo el mundo. En aquella época, exceptuando las joyas de Joan Brossa, poco podíamos hallar para ilustrar una clase con poesía visual, ni siquiera a Chema Madoz, inalcanzable.

De la "palabra imaginada" saqué más de un ejemplo para mostrar en el aula y, en las actividades de creación poética, tenía siempre alguna fotocopia de la "Historia de amor" o de "Mar de dudas". En el siguiente vídeo he seleccionado unos pocos poemas visuales.

 

La otra antología es de microrrelatos y se llama Dos veces cuento, editada por Joseluis González. Junto a figuras consagradas como Luis Mateo Díez, Gabriel García Márquez, Max Aub, Alfonso Sastre, José María Merino, Franz Kafka o Eduardo Galeano, aparecían otros autores que han conseguido hacerse un nombre en el género como Pilar Pedraza, Fernando Iwasaki o Pedro Ugarte, hasta alcanzar el más de medio centenar de microrrelatos que ofrece esta edición. Al igual que ocurría con los poemas visuales, resulta bien fácil encontrar hoy en internet miles de ejemplos para llevar al aula. Cualquiera puede acceder tras una simple búsqueda a textos como "Ecosistema", "El pozo", "Soledad", "Alas" ... incluso se pueden hallar algunas versiones en podcast.

De la antología utilizaba a menudo como dictado en clase el siguiente relato de Tanith Lee:

Eustace

Amo a Eustace a pesar de que me lleva cuarenta años, es totalmente mudo y no tiene ningún diente. Me da igual que Eustace esté completamente calvo- excepto los pelos esos que se le ven entre los dedos de los pies-, que cuando ande se le note la joroba y a veces se caiga en medio de la acera. Si cree que tiene que emitir uno de esos cortos sonidos agudos suyos como silbando, o si se le da por mordisquear con su boca sin dientes en el sofá o irse a dormir al jardín, yo lo acepto todo como cosas bastante normales. Porque le amo. A Eustace le amo porque es el único hombre del mundo al que no le importa que yo tenga tres piernas.


Los tiempos han cambiado y gracias a ello podemos disfrutar de poemas visuales compartidos en las redes, algunos exquisitos y otros de dudoso gusto (quizá ahí se echa en falta la habilidad de un buen editor). También gracias a la red disfrutamos de microrrelatos excelentes, como los que nos ofrecen colegas como Aster Navas o Elisa de Armas. Ya pocos piden libros por catálogo; si acaso, algunos descatalogados se pueden encontrar en librerías digitales. Lo que no cambia es la emoción del hallazgo, el feliz encuentro con una lectura que parecía destinada para ser leída por ti.


Crédito de la imagen: '15'

23 julio 2014

Sesquidécada: julio 1999

Hay libros que uno acaba de leer con la inquietante sensación de no haberlos saboreado al completo, de no haber paladeado bien los matices... con la sensación de haberlos tomado a destiempo y haber echado a perder su bouquet. Me ocurrió con La región más transparente, de Carlos Fuentes, con Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño, con las Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, y también con una de las lecturas rescatadas en esta sesquidécada: Rayuela, de Julio Cortázar.

Leí Rayuela con la impaciencia de un joven ante su primer amor, con la exigencia -moral y profesional- de disfrutar de una obra maestra. Me impactó el universo de la Maga, Horacio Oliveira y Rocamadour; noté que paseaba por las calles de un París mítico y, todavía hoy, quince años después, veo a los personajes vagar por sus calles con un cierto halo de nostalgia. Aunque había leído bastantes relatos de Cortázar, me pareció una escritura nueva, un estilo distinto, intelectual pero profundamente humano. Sé que he de volver a Rayuela cuando llegue su momento, con la serenidad de un tiempo sin prisas y sin miedo, como se reviven los amores juveniles desde la atalaya de la edad. 

Reconozco que la segunda lectura que rescato me impresionó tanto o más que la anterior. Se trata de Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll. Os voy a ahorrar cualquier reseña de esta novela mal catalogada como infantil, como tantas otras de su estilo. El universo de Lewis Carroll es una delicia para cualquier lector en general y para los filólogos en particular. Por cierto, si os gusta Carroll y tenéis ocasión, leed el relato de Fredric Brown La noche a través del espejo, otra delicatessen.

Por último, no voy a dejar pasar la ocasión de reseñar una joya de la literatura tal vez relegada por la grandeza de otras obras del autor. Se trata del Tirano Banderas, de Ramón María del Valle-Inclán. En esta época de calor no sé si será procedente embarcarse en una "novela de tierra caliente" sin sufrir en demasía. Lo que sí recomiendo es que os acerquéis en alguna ocasión a esa prosa inimitable de Valle, a su humor negro, al preciosismo lingüístico y literario de sus diálogos, a la creación de un arquetipo, el del tirano americano, que ha traspasado ya las fronteras del tiempo y del espacio. Lecturas que son un lujo a nuestro alcance.

15 julio 2014

Novadors y buena compañía



Mi primer Novadors fue en 2009 y llegué a él de la mano de mi maestra y mentora en el mundo de las TIC: Ana Ovando. Aquel Novadors, junto a Getxolinguae y Espiral Edublogs supusieron la confirmación de que mis ídolos de la red eran personas de carne y hueso; de hecho, algunos de ellos acabaron siendo buenos amigos en la red y fuera de ella.
Hoy día me resulta imposible hacer una crónica de mi paso por Novadors14 y mencionar a todos aquellos con los que compartí aunque fuese unos minutos. Estos encuentros presenciales tienen sus ventajas y sus inconvenientes: por un lado, puedes abrazar a esa gente a la que conoces en lo virtual y echas de menos en lo presencial, pero por otro resulta complicado hablar con todos en tan poco tiempo. No insistiré en la emoción de poner cara a tantos avatares de Twitter o el placer de tomarse un aperitivo con profesionales a quienes admiras profundamente. Si queréis conocer todo lo que pasó, os recomiendo que rebusquéis entre los enlaces que recopiló Sergio Mestre en este storify.


Ante la incapacidad de mencionar uno a uno sin dejarme a nadie, en esta nota voy a agradecer de manera general el cariño de todos los que acompañaron en esa jornada y también manifestar mi particular reconocimiento a Juanfra Álvarez por su paciencia y profesionalidad durante el taller y las pechakuchas. 
De paso, aprovecho para enlazar mi pechakucha "Sueñan los profes con tareas eclécticas", en la que se hacía referencia al proyecto "20 años después...", que surgió a partir del MOOC sobre Aprendizaje Basado en Proyectos del INTEF, y del que podéis encontrar más información en mi blog De textos.
Gracias a las ubicuas tecnologías, tenéis ocasión de ver y escuchar la pechakucha en distintos formatos y desde distintos puntos de vista, pero no os preocupéis, porque, en el fondo, lo que importa es soñar.
Feliz verano
 

08 julio 2014

Dotando de sentido a la sinrazón


Todos los finales de curso acaba uno enfadado, sobre todo porque alguien, desde un despacho, considera que la Educación no es un oficio humano sino un tablero estadístico en el que se juega con piezas que cuestan tanto o cuanto dinero. No os cansaré con el tema de las características particulares de mi centro ni con las filigranas que hemos de hacer todos los años para cuadrar horarios (ni de las protestas que elevamos año tras año). Si creéis que exagero, os dejo solo un dato: para el curso que viene tenemos 6 grupos de 1º de ESO (unos 180 alumnos), 3 grupos de 4º ESO (menos de 70) y un 2º de Bachiller (no llega a 30). ¿Se puede hacer más visible el fracaso y el abandono escolar?
Pero no voy a ser pesimista. Esta nota está dedicada a mis alumnos/as de PQPI, un alumnado especialmente destinado al fracaso escolar y al que logramos salvar con mejor intención que recursos. He hablado ya en el blog de mi decisión de no hacer exámenes con este grupo y también he contado algunos de los proyectos que hemos llevado a cabo este año y que he recogido este Symbaloo. Por eso, me parece una sinrazón que ahora, con la FP básica, se nos deje fuera del PQPI y se nos asigne de oficio un programa exclusivamente diseñado para combatir el absentismo y favorecer la integración, un programa que no conduce a ninguna titulación, un programa que viene a decir a nuestro alumnado -a voz en grito- que no se esfuercen por salir del fracaso, que ya tienen un lugar en el que ocupar el rato hasta los 23 años (que es la edad límite). Es una sinrazón porque los programas de PQPI estaban funcionando bien ahora, después de que los profes nos los hayamos tomado en serio y hayamos puesto algo de nuestra parte para que cumplan con su cometido.
A pesar de tanta sinrazón, si algo ha dotado de sentido a este curso de PQPI ha sido la última tarea del año, el trabajo dentro del proyecto El barco del exilio. Por un lado, hemos leído y recuperado al maestro Benedetti y por otro hemos realizado un trabajo sobre el Stanbrook. En este último, los alumnos, por parejas, se ponían en la piel de algunos de los protagonistas que aparecen en esta noticia: El Stanbrook, los últimos exiliados de la República y en el documental "Cautivos en la arena". A partir de ello construían un diario en primera persona sobre las vidas de aquellos que huyeron de la represión franquista.
Los resultados se pueden leer en este documento:

En su día, me sorprendieron mucho el afán y la emoción de Katya y Carliane a la hora de documentarse y revivir las penurias de Helia González, una de esas supervivientes del Stanbrook. Indagando sobre ella, descubrí que seguía activa y reivindicativa. Me puse en contacto con su hijo Jorge y le conté el proyecto. Me dio permiso para enviarle a su madre los diarios de mis alumnos y para publicar este intercambio epistolar. El remate del proyecto llegaría en forma de correo electrónico de la propia Helia, que reproduzco a continuación:

Estimado Toni Solano:
  Mi hijo me hizo llegar en su día los trabajos de sus alumnos -las dos chicas que estaban en jardinería y el chico que también escribió un trabajo muy interesante- y el amable escrito suyo.
  Me ha emocionado en primer lugar su iniciativa de trabajar este tema tan entrañable para mí y luego cómo los alumnos han sabido reflejar tan hondamente la situación que viví.
  Felicito con todo mi cariño a usted y sus alumnos. Gracias, porque solo ustedes los profesores pueden trabajar nuestras memorias para los jóvenes, tan ignorantes de todo esto. Yo doy charlas en los institutos, las universidades y las asociaciones que me solicitan. Creo que la gran ignorancia y las grandes falsedades que han llegado a los oídos de los jóvenes solo nosotros podemos subsanarlas.
  Gracias.
Helia González

Mis alumnos pueden sentirse satisfechos: su tarea ha tenido sentido. Además, todo el grupo ha obtenido su título de ESO, lo que demuestra que hay caminos para luchar contra el fracaso, siempre que seamos algo más que piezas de un ajedrez económico. Todos ellos han demostrado ser más humanos y capaces que quienes diseñan para ellos unos itinerarios sin salida, unas vías muertas de sinrazón educativa.

Crédito de la imagen: 'Escape from Life'

03 julio 2014

Memoria de la buena


En el ámbito docente, hay dos tipos de memoria: la que sirve para reflexionar, aprender y mejorar, y la que se archiva en un departamento para que nadie la lea. La memoria que me interesa es la primera, memoria de la buena, la que trato de recoger en este blog o en los distintos blogs de aula que mantengo. Recopilé hace poco los trabajos de 2º de ESO dentro del Plan Lector; ahora toca hacer memoria, de la buena, de lo que hemos trabajado en 1º de Bachiller. 
Como en el curso anterior, hemos desarrollado el proyecto "Piénsame el amor y te comeré el corazón", un proyecto que aglutina diversas competencias y que exige el dominio de destrezas comunicativas en diversos códigos y medios. Como novedades, este año teníamos los libros del proyecto, así que los materiales eran más accesibles y homogéneos; también hemos optado por el modelo pechakucha, sin paliativos, lo que ha resultado una gran sorpresa, ya que el alumnado se ha adaptado bastante bien a este modo de contar.


Por otro lado, para dar respuesta a las competencias digitales, hemos mantenido el proyecto del Portafolio Digital, en el que cada alumno ha difundido sus trabajos.
El balance general ha sido satisfactorio. La mayor parte de los problemas se han debido a la falta de tiempo para trabajar en grupo o para hacer compatibles las tareas con otras asignaturas. Creo que, más allá de las posibles mejoras, ha valido la pena insistir en las presentaciones orales y en la autoevaluación. Se van, al menos, con la experiencia de defender ante un público un proyecto de investigación... en menos de 7 minutos, que no es fácil.
Os dejo los enlaces para que podáis ver los trabajos:

27 junio 2014

Blog Hop Project: así escribo

Hubo un tiempo en el que los blogs eran zarandeados frecuentemente por los memes. Había memes numéricos, indiscretosagoreros, entrañables, literarios, poéticos...  De aquello hace tanto, que ya apenas queda memoria, salvo en las crónicas de los más añejos blogueros. En la era de los desafíos en Facebook, de los trending topics en Twitter y de los virales en Whatsapp, recoger y difundir un meme bloguero es casi un acto de rebeldía, una acción inusitada contracorriente, mucho más atrevida aún si supera con creces los 140 caracteres a los que se ha acostumbrado el ciber-ojo humano.

Este meme del Blog Hop Project, nacido en esta entrada de esplinGo Coaching, busca "responder a cuatro preguntas acerca de nuestra experiencia escribiendo en nuestro blog e invitar a otros tres blogueros para recoger el testigo y continuar la cadena". A mí, el turno me ha llegado de mi colega Iñaki Murua, a quien conocí en Getxolinguae hace ya cinco añazos, y a él le llegó de otro buen amigo de la red, Guillermo Gómez
Incapaz de decir no a tan buena gente, y afectado por una profunda grafomanía, he aquí las preguntas y las respuestas:


1) ¿Sobre qué estoy escribiendo actualmente?
En los ocho años que lleva vivo este blog, los temas se han mantenido con leves variaciones: experiencias didácticas, reflexiones de aula, actualidad educativa, literatura, formación y TIC. En un principio, recogía todo tipo de curiosidades relacionadas con el oficio, algo que he relegado a mi actividad en redes sociales. Actualmente, en el blog escribo notas sobre proyectos que llevo a cabo en clase o sobre formación del profesorado; también suelo dedicar alguna nota a aspectos críticos del sistema educativo. Intento mantener el vínculo con la literatura a través de las sesquidécadas.

2) ¿En qué difiere mi escritura de la de otros que desarrollan el mismo género?
Como no podía ser de otro modo en un profe de lengua, intento cuidar mucho el estilo de mis notas en el blog. Sé que tiendo bastante a la retórica y que algunos de mis textos tienen regusto barroco, pero es mi seña de identidad, igual que el humor. Desde el primer momento decidí que este blog iba a ser un lugar amable en el que los lectores y amigos lo pasasen bien, por ello es habitual que aparezca algún guiño humorístico o algún escrito de docencia-ficción que relaje las tensiones del oficio.

3) ¿Por qué escribo lo que escribo?
Escribo por necesidad. Necesidad de contar lo que vivo en el aula, las tareas de mi alumnado, las (muchas) dudas que me atenazan y las (pocas) certezas con las que me enfrento a la docencia. Necesidad de crear vínculos con otros compañeros a quienes conocí a través de los blogs y que ya son grandes amigos. Escribo para romper los muros del aula, para que otros se asomen y vean lo mucho que se aprende y se enseña en la Escuela. Escribo porque hay que contar las cosas a los cuatro vientos.

4) ¿Cómo es mi proceso de escritura?
Si exceptuamos la serie de sesquidécadas, que tiene prefijada la aparición mensual, y algunos textos que se publican al hilo de proyectos colaborativos, el resto de notas del blog aparecen cuando me lo dicta la conciencia, pues no rindo cuentas a nadie, ni nadie me subvenciona (ni siquiera admite publicidad). Reconozco que la impulsividad de los primeros años ha quedado atrás y que ahora trato de ofrecer una escritura más serena; también contribuye el hecho de poder compartir actividades en redes sociales, lo que deja el blog para notas más tranquilas. Cuando tengo decidido el asunto del que voy a escribir, suelo elegir una imagen Creative Commons para ilustrar el texto. Entonces escribo casi de un tirón, pues ya he pasado tres o cuatro días dándole vueltas en la cabeza para dar con el tono y estilo. Muy pocas veces dejo las entradas en borrador para seguir con ellas: si no están maduras, no me pongo hasta que lo tengo claro. Una vez publicadas, las muevo en las redes durante una semana como mucho. Y a empezar de nuevo. 

Y ahora viene lo mejor (o lo peor, para algunos). Nombro como candidatos para seguir este meme bloguero a tres buenos amigos del blog (que espero que no dejen de serlo). Por supuesto, dadas las fechas en las que estamos, no seré riguroso con esta exigencia de continuidad, aunque sí que me gustaría conocer sus respuestas. Ahí van: 


Panta Hernández, artista de un blog que sigo desde hace tiempo: Oteando desde proa, científico y gran amigo de la lectura y de la ciencia-ficción. También visible en Twitter (@wraitlito) y en algún que otro MOOC educativo. 

Joaquín Mesa es un profe de lengua a quien pude conocer en un encuentro de Buenas Prácticas en Madrid y a quien admiro por su rigor profesional y por sus propuestas y reflexiones más que sensatas. Además de su perfil en Twitter (@jmesa65), tiene un blog con un largo recorrido que recomiendo vivamente: EduCAP-TIC


Por último, me gustaría enredar en este meme a Jesús Hernández, activo tuitero (@jhergony) y artífice de Crea y aprende con Laura, un prolífico blog lleno de buenas ideas y propuestas. Seguro que aprendería muchas cosas de él.

23 junio 2014

Tres meses después


Tres meses han pasado ya del I Encuentro de Docentes de Lenguas en Educación Secundaria celebrado en Sevilla. Un tiempo de reposo, un tiempo de asimilación en el que participantes y seguidores han podido revisar los materiales publicados en el blog y sacar algunas conclusiones al respecto. Hasta ahora no os habíamos mostrado las conclusiones de la evaluación del Encuentro.

Muchos de nosotros pensamos que un encuentro de estas características era necesario; vuestra participación, vuestras opiniones y la retroalimentación a lo largo de estos meses ha demostrado que no estábamos equivocados. Aquí queda todo el trabajo desarrollado durante aquella mañana de sábado y alguna que otra más: conferencia inaugural, líneas de reflexión, talleres, experiencias didácticas...

En este siglo de la hipercomunicación, los docentes de lengua hemos de encontrar claves que nos ayuden a ser más profesionales y más eficaces a la hora de formar a los adultos del mañana. Es posible que en algunas de aquellas líneas de reflexión se hayan planteado cuestiones que nos faciliten esa labor. Es posible que de aquella jornada hayan surgido también las dudas fundamentales que habremos de resolver en el próximo encuentro… porque esperamos que haya un II Encuentro. ¿Alguien se anima a tomar el relevo?


19 junio 2014

Sesquidécada: junio 1999

Esta sesquidécada viene con sabor clásico por partida doble. El protagonista inicial es Luciano de Samósata, pero para llegar hasta este poco conocido autor sirio en lengua griega, tuve que partir de nuestro célebre Lázaro de Tormes. Aquí va la historia.
La obra del Lazarillo de Tormes es una de las más leídas del panorama literario hispánico, incluso en las aulas. Sin embargo, pocos saben que tuvo al menos dos segundas partes, una también anónima y otra de Juan de Luna. En la versión anónima, Lázaro cae de un barco y se convierte en atún para vivir una serie de peripecias en el reino de los atunes. Como podéis imaginar, se trata de una transformación con carácter satírico-burlesco que tenía como finalidad poner en evidencia muchos de los males políticos y sociales de la época, y para ello había de servirse del anonimato y la alegoría como instrumento para salvar la censura inquisitorial. Ese género de las transformaciones ya estaba inventado y su referente más conocido era el Asno de oro, de Apuleyo, pero, rascando un poquito más en las fuentes, se podía llegar a los relatos de Luciano, concretamente a "El gallo" y a "Lucio o el asno", ambos muy relacionados con el estilo y la intención de aquel Lázaro atún.
Así fue como, saltando de uno a otro, llegué a los Relatos fantásticos de Luciano y, posteriormente, a sus hilarantes Diálogos, de los que quizá hable en otra ocasión. Aunque podéis encontrar algunas reseñas y fragmentos en la red, recomiendo la edición de los clásicos de Alianza en la que están recogidos los "relatos verídicos" (auténticas joyas del surrealismo), "Icaromenipo o Menipo en los cielos", "El descreído", "El gallo" y "Lucio o el asno". Los relatos de Luciano son ágiles y muy divertidos. Contienen numerosas referencias a la mitología, pero el autor se apoya en ellas utilizando a menudo a ironía y el humor como elementos de crítica hacia costumbres y normas de la época. En ocasiones recuerda a los sueños de Quevedo, otras a los bestiarios medievales, otras a la picaresca, otras a Bocaccio, otras al viaje a la Luna del Barón de Munchausen... La lectura de aquellos relatos fue en aquel junio de 1999 un gran hallazgo que me abrió camino hacia géneros que desconocía.
Esta es, pues, la historia de un paseo por los clásicos y sus fuentes. Para todo filólogo es un deleite revisar esas obras que están en los márgenes de la literatura, esos textos que ya solo tienen sentido para los pocos que se atreven a recomponer el género y la historia que les dio origen. Para el ávido lector también son fuente de disfrute por su originalidad y porque avivan el deseo de coleccionar una rareza lectora más.

14 junio 2014

Ortografía, cómic y dieta saludable.


Se nos acaba el curso y con él los proyectos que iniciamos con tanta ilusión como incertidumbre. Estos días estoy recopilando en 2º de ESO los cómics que forman parte del proyecto "Ortografía y dieta saludable" (una adaptación para nuestro Plan Lector dentro del proyecto Ortografía y cómic), en la que hemos trabajado por parejas las reglas de ortografía y algunos principios de la dieta mediterránea. Durante la primera evaluación, nos aproximamos al concepto de "la clase al revés" con explicaciones en vídeo de los alumnos. En el siguiente trimestre, trabajamos el texto expositivo-argumentativo mediante murales y exposiciones orales. Finalmente, en este último tramo, hemos utilizado el cómic como herramienta de síntesis para que los personajes hablasen de dieta saludable y también de ortografía; sobre todo, los alumnos han utilizado Pixton, una herramienta a la que dedicamos una sesión en clase para conocer su funcionamiento (*). Algunos guiones han captado bien el sentido de la actividad y creo que ha valido la pena ligarlo al Plan Lector de centro, pues se ha visto reforzado por  tareas de otras asignaturas. Hemos recogido todos los materiales en el storify que abre esta nota; también podéis ver los cómics en un tablero de Pinterest: Ortografía, cómic y dieta saludable. Por último, quiero agradecer a Pilar Román que me brindase la oportunidad de participar en este proyecto con el que nos lo hemos pasado bastante bien.

(*) Si os animáis con Pixton, tened en cuenta que: a) si son menores tienen que poner una cuenta de correo de adulto para confirmar -también se puede mentir con la edad-; b) el correo de confirmación de cuenta suele ir derivado a la bandeja de spam, así que hay que buscarlo bien pues no deja publicar cómics si no se ha confirmado la cuenta; c) si la conexión es lenta, cuesta cargar los editores de viñetas; d) en aulas virtuales, puede que no carguen todas las cuentas. En nuestro caso, lo han ido haciendo en casa y dedicábamos algunos ratos sueltos a solucionar problemas.

30 mayo 2014

La práctica hace al maestro... o no


El lunes pasado este blog cumplió ocho años. En todo este tiempo de vida bloguera apenas he hablado de un asunto que ocupa buena parte de mi oficio: la formación del profesorado. Es ésta una faceta en la que me inicié de manera activa en 2007 y en la que todavía sigo interviniendo con bastante asiduidad. Reconozco que empecé a impartir cursos de formación porque no me gustaban los que recibía; no se me entienda mal: no sugiero que mis cursos sean mejores que los de los demás, sino simplemente que como alumno me aburría y como profe no puedo hacerlo por el empeño que pongo en ello. Es algo así como lo que dicen las parejas rotas, "no ha sido culpa tuya, sino mía".
La formación del profesorado es un tema del que no resulta fácil hablar sin tapujos. Me parece que este oficio nuestro es de los pocos en los que los grandes profesionales se atreven a jactarse de que no necesitan formación, alegando que "la práctica hace al maestro". Si lo pensáis bien, nada impide que un pésimo licenciado esté toda su vida dando clase sin tener ni remota idea de lo que hace. Al menos mientras mantenga un alto índice de aprobados. La formación en nuestro colectivo está entendida tradicionalmente como "asistencia o participación en cursos", nunca vinculada a su aprovechamiento, asimilación o relación con la práctica de aula. De hecho, parece que hay una desconexión total entre "formación" y "práctica docente", como si ambas esferas fuesen universos paralelos que nunca se han de tocar. Podríamos hablar incluso de la "burbuja formativa", esa oferta de los últimos años en la que había cursos de todo y para todos, cursos que ofrecían propuestas, enfoques o métodos cuyo contacto con la realidad del aula era pura ficción. Todos hemos sido cómplices, sí, de esa burbuja que solo servía para conseguir créditos y afianzar sexenios: una formación por encima de nuestras posibilidades.
No sé cuál es el camino correcto para abordar la formación docente. He hablado con muchos asesores que se muestran preocupados porque ya no saben cómo promover cursos: incluso ofertando en el propio centro, los docentes se resisten a participar. Por ello, la administración, aplicando aquello de "a grandes problemas, grandes soluciones", ha apostado por la formación on line, probablemente tan efectiva, pero más barata. La clave de todo ello es que tal vez, como ocurre con la política, hayamos llegado al punto de no tomarnos en serio algo que deberíamos considerar fundamental. Digo fundamental porque sé bien que la formación es muy necesaria, no solo para la mejora y la innovación, sino también para la calidad docente.
Para ilustrar estas afirmaciones, voy a poner un ejemplo personal reciente. Quienes me conocen saben que llevo más de cuatro años colaborando en el diseño e implementación de proyectos educativos en el aula. Para hacerlo con mediano éxito, he tenido que formarme y autoformarme: sobre todo lo he hecho leyendo blogs, artículos didácticos, aprendiendo de compañeros, etc. La parte práctica la tenía consolidada, sin duda, y podría haberme quedado ahí, señor de mi rutina, pontífice de mi saber hacer. Sin embargo, cuando a finales del año pasado tuve la ocasión de ejercer de tutor de un curso de "Aprendizaje Basado en Proyectos" para el INTEF, pude comprobar que me faltaban bases teóricas y que desde la atalaya de la tutoría de otros docentes estaba aprendiendo también sobre mis propios errores. De nuevo podría haberme quedado ahí, pues ya tenía la teoría y la práctica; pero me faltaba el tercer lado del triángulo formativo: la visión del aprendiz. Después de tantos años, no había sido juzgado ni evaluado, lo que ponía de manifiesto esa carencia en mi metodología. Así que, en el último MOOC sobre ABP, en el que he participado como "alumno raso" he podido ver lo complicado que resulta a veces cumplir con los deberes, completar tareas, colaborar con colegas, tomar decisiones... y, en especial, lo duro que resulta ser evaluado. 
El punto de la evaluación es el último que quería tratar. Los docentes nos formamos poco y mal. Al menos en la formación estándar, esa que da créditos, porque otra cosa son los eventos educativos y la autoformación. Nos formamos mal porque no nos creemos que otros sepan más o enseñen mejor, porque no nos interesa tanta teoría, porque, mientras el profe explica, buscamos ofertas de viaje o hacemos dibujitos hipnóticos en la libreta, porque firmamos y nos vamos... pero, sobre todo, porque aceptamos de mala gana que nos evalúen. Si dicen que el médico es el peor enfermo, el docente es sin duda el peor alumno. Tanto en el curso del INTEF como en el MOOC que acabo de mencionar han sido muy frecuentes las quejas por evaluaciones injustas, bien por la falta de feedback o comentarios que aclarasen los puntos negativos o bien porque evaluadores y/o evaluados no habían siquiera leído las rúbricas. Yo mismo he tratado de colar algunas tareas un poco flojas y he sido descubierto por colegas que me lo han hecho notar; aún así, en otras ocasiones, he recibido calificaciones bajas sin ninguna aclaración, lo que me ha hecho pensar: "¿Son tan rigurosos esos profes consigo mismos como lo son con los demás?" Reconozco que ese tema ha sido para mí una auténtica "caída del caballo" que me ha hecho reflexionar sobre mi propio modo de evaluar (incluso lo hice explícito en mi blog del MOOC). ¿Qué garantías tenemos de que evaluamos bien a nuestros alumnos? ¿Recibimos u ofrecemos comentarios acerca del acto de evaluar? ¿Qué nos hace pensar que estamos trabajando bien? ¿Quién le dice al profe que lo hace mal? ¿Quién le pone el cascabel al gato?
Cómo veis, había empezado a hablar de formación y acabo haciéndolo de evaluación. No puedo ofrecer respuestas acerca del mejor modo de formar a los docentes, porque en ello hay factores que escapan a mi control (cuánto dinero dedicar, quién debe diseñar la formación de un centro, quiénes están en condiciones de evaluar a un docente....). No obstante, creo que debemos tomar conciencia de que sin formación real, sin someternos periódicamente a una evaluación de nuestras capacidades docentes, es muy probable que estemos viviendo en una burbuja de satisfacción profesional que poco tiene que ver con la realidad. Tal vez sea cierto que la práctica hace al maestro, pero no sabemos si lo hace bueno, regular o malo.