26 mayo 2023

Casi mayor de edad

Hoy cumple 17 años este blog. No pensaba que llegaría tan lejos, de verdad. Empezó siendo un escaparate de actividades de aula y una invitación a conectar con otros colegas a través de dudas y afinidades compartidas. Con la llegada de las redes sociales, especialmente Twitter, fui restringiendo las publicaciones a notas sobre literatura y también memorias periódicas de mis tareas de aula y de la función directiva en los últimos años.
Sigo acudiendo aquí mensualmente con las sesquidécadas y, de vez en cuando, con reseñas de libros y autores que me gustan. Poco a poco ha ido desapareciendo la reflexión sobre el aula y sobre el centro, creo que contaminada por la toxicidad de las redes sociales, en las que cualquier cosa que cuentas se convierte en un motivo para recibir burlas o ataques. 
Me gustaría volver a la blogosfera educativa que vio crecer este espacio personal y público, pero sé que es una falsa nostalgia. Cada vez más se premia el escaparatismo educativo, ese que solo busca el clicbait o la viralidad de los medios. Cada día apetece menos contar cosas bonitas del aula en un entorno donde lo que se aplaude es la queja y el apocalipsis. 
Aquí seguiré un tiempo más, seguro. Es posible que en algún momento cuelgue el Twitter y vuelva al refugio de esta cueva de Alí Babá a la que todavía algunos de vosotros seguís acudiendo para compartir reflexiones y buenas palabras. Gracias por estar ahí.

Crédito de la imagen "Seventeen" by KJGarbutt is licensed under CC BY 2.0 .

23 mayo 2023

Los elegidos somos nosotros

Conocemos bien, gracias a la buena literatura, el desarraigo que rodea al exilio tras la victoria de la dictadura franquista. Conocemos también el exilio interior y su silencio, la amargura de callar y resistir pasivamente la humillación de los vencedores. A menudo hemos escuchado que mejor callar que morir, que la libertad de expresión no puede estar por encima de la supervivencia, que, por lo menos el régimen te dejaba vivir si acatabas la mordaza ideológica. Sabemos que tampoco eso es cierto, que se siguió fusilando a los silenciosos, solo por el mero hecho de haberse señalado en alguna ocasión. La máquina franquista de odio y rencor aplastó a los disidentes y a cualquier otro que se viese de alguna manera salpicado por el contagio infecto de las ideas progresistas. La última novela de Nando López habla un poco de todo ello, de los silencios y de los rencores, del perdón y la venganza, pero sobre todo habla también de otro exilio interior, el que tuvo que ocultar no las ideas, sino los sentimientos, el exilio del amor homosexual, considerado por el régimen como una enfermedad que había que erradicar. 

Los elegidos es una novela de amor y de amistad, una novela de lealtad y compromiso. Es la novela de los que no tuvieron voz, de quienes se vieron arrinconados a un breve rincón del periódico en el mejor de los casos. Pero, para los amantes de la literatura, Los elegidos es también un homenaje a los clásicos, a la literatura que nos salva del horror y de la vida, que a veces son lo mismo. Es una novela coral a varias voces, las de sus dos protagonistas principales, Asun y Santos, las de la tribu del teatro, arropadas o arrastradas por las de sus amigos y enemigos; una novela coral en la que resuenan también los ecos de Lorca, Wilde, Calderón o Sófocles como bien se precia en cualquier tragedia clásica. Es un homenaje a los mitos y personajes que nunca mueren, a diferencia de tantos pequeños héroes que se dejaron la piel y los huesos en las cunetas del franquismo, por pensar diferente o por amar diferente. Gracias a Nando López podemos asomarnos a sus vidas y ser nosotros los elegidos. Aunque solo sea por saldar cuentas con ellos, vale la pena escucharlos.

Los elegidos. Nando López. Editorial Destino. 2023

22 mayo 2023

Sesquidécada: mayo 2008

 

En mayo de 2008 solo tengo anotadas dos lecturas, así que esta sesquidécada ha tenido muy poco de selección. Supongo que tendría en aquel curso algún grupo de 2º de Bachiller que me absorbería con el final de curso las horas para leer. Uno de aquellos libros era una novela de Paul Auster, Brooklyn Follies, un entretenimiento breve para los aficionados a este autor. Los personajes de Auster siempre acaban siendo curiosos, aun en su más anodina normalidad. En esta narración quizá lo más interesante es el ambiente callejero de Brooklyn y la búsqueda de sentido a la existencia de su protagonista. Sin ser una de sus novelas más famosas, resulta agradable de leer.

Como contraste a la simpática experiencia de Auster, también me acerqué, por primera y única vez a una novela de Paulo Coelho. Se trataba de Once minutos, "un cuento de hadas para adultos", que en realidad es un relato previsible, autocomplaciente y lleno de tópicos acerca de la vida de una prostituta. Siento defraudar a los aficionados a Coelho, pero, a diferencia de otros autores de best sellers a los que admiro, en su caso me resultó pedante, condescendiente y didáctico, en el peor sentido de la palabra.

30 abril 2023

La maestra gitana: entre bordados y costuras rotas

Tenía muchas ganas de leer la novela La maestra gitana de Lola Cabrillana. Le tenía muchas ganas por diversos motivos. Primero porque Lola es una docente comprometida y generosa con la que aprendo mucho y con la que comparto bastantes opiniones  educativas en Twitter. También porque me encantó su primera novela, Voces color canela, una deliciosa trama de historias cruzadas que me revelaron a una escritora con mucho que decir y mucho que escribir. Y finalmente, porque sabía que esta novela que acaba de publicar abordaría muchos asuntos que vale la pena difundir. Todas esas razones y todas esas ganas me han llevado a devorar el libro en pocos días, con el ansia de descubrir las historias de Mara, de Saray, de Coral, de Modou, de la Redonda, de Manuel...
Llevo más de quince años en un centro donde convivimos con bastante alumnado gitano. Desde hace siete me ocupo de Casa Camarón, un programa de compensación educativa para dar respuesta a las necesidades de estos chicos y chicas. En la novela he encontrado muchas de las frases y de las inquietudes que han compartido conmigo; también he hallado esa sensación de exclusión con la que muchas veces se han sentido tratados. En pleno siglo XXI seguimos teniendo a un colectivo sistemáticamente marginado, un colectivo que padece el racismo en las aulas, un colectivo en el que se señala a todos por los vicios de unos pocos. Lola Cabrillana ha sacado a la luz a esas familias que se debaten entre el respeto a unas tradiciones y la necesidad de adaptarse a los tiempos, a esas familias que son como tantas otras que no llevan el estigma de la mala fama. Familias que luchan a diario por sus hijos, por sus mayores, familias con honor y dignidad, propio y ajeno, a pesar de los golpes de la vida. Veo en la novela, por ejemplo, que algunos personajes masculinos muestran actitudes machistas, mientras las mujeres aceptan con resignación su destino; he oído muchas veces esos tópicos como excusa de la falta de integración de los gitanos en la sociedad moderna. Curiosamente, estos días estamos leyendo en bachillerato Entre visillos, de Carmen Martín Gaite, donde podemos encontrar prácticamente las mismas actitudes machistas entre castellanos, entre payos de clase media y alta... La novela de Lola es eso, una novela, con varias historias entrañables detrás, pero también es un documento de primera mano para asomarse sin prejuicios a la trastienda de ese universo gitano tan cercano y lejano a la vez, ese universo que a día de hoy sigue sufriendo un olvido injusto. La novela es también un hermoso panegírico al oficio de docente, de maestro, de educador, esa figura que no solo imparte lecciones de historia, sino que se implica en las tareas de coordinación, en las tutorías y, sobre todo, en conseguir lo mejor para el futuro de sus alumnos. Quizá a muchos les parezca una novela amable, con felicidad a raudales desbordada por las rendijas de sus capítulos, pero también os aviso de que, tras los bordados de colores, hay mucha tela que cortar, y Lola solo ha dejado hilvanadas muchas de las costuras del sistema que todavía hay que coser bien. Ojalá tuviéramos una sociedad y una escuela como el mercadillo del padre de Lola, perdón, del padre de Mara.

La maestra gitana, Lola Cabrillana. Editorial Grijalbo.

29 abril 2023

Sesquidécada: abril 2008

En abril de 2008, aparte del ensayo de Rafael Robles, Leer el Quijote en Teherán, que ya reseñé con detalle en su momento en el blog, empecé la lectura de la saga Canción de Hielo y Fuego, de George R.R. Martin. El primer volumen, Juego de tronos, es el que dio finalmente nombre a la serie televisiva de la que todo el mundo ha oído hablar. Pero antes de ello, fue un libro, o más bien, varios libros que se fueron publicando poco a poco para desesperación de los que nos enganchamos a ellos desde el primer momento, una desesperación que llega hasta hoy día, ya que el autor no parece muy motivado a terminar su escritura, tras el éxito apabullante de la serie de televisión.
Juego de tronos, y tras ella toda la saga, combina todos los ingredientes de la buena fantasía, pero con el tono y estilo de la literatura adulta estándar, sin abusar de la candidez de sus lectores, sin menospreciar la calidad de los recursos literarios clásicos, sin ceder a las convenciones más previsibles del género. Hay elementos sobrenaturales, pero mesurados; hay pasiones y sexo, pero a exigencia del guion; hay política y poder, tan real como la vida misma. Quizá esa cercanía de los personajes a las pasiones, vicios y virtudes de los propios lectores es el secreto de su éxito. Eso y el ritmo de la trama, con una dosificación casi perfecta de la intriga, que provocaba que lectores como yo fuesen incapaces de soltar el libro, enlazando un capítulo con otro hasta altas horas de la madrugada. Lectores que tuvieron que esperar meses y años al segundo, al tercer, al cuarto volumen... Por eso, en esta sesquidécada animaré a los pocos lectores que no hayan visto la serie para que se acerquen sin prejuicios a una de las mejores sagas fantásticas que he leído, una saga inconclusa que merece un final digno para aquellos a los que no terminó de convencer la versión televisiva. 

15 marzo 2023

Sesquidécada: marzo 2008

NO ACOSEN AL ASESINO FG - JOSE MARIA GUELBENZU FERNANDEZ - 9788466369428

En esta sesquidécada rescataré dos novelas negras muy diferentes, muy distantes. La primera  nos lleva a las verdes tierras de Cantabria y la segunda a la América profunda. Vamos con ello.

 

No acosen al asesino, de José María Guelbenzu, es la primera novela de la serie protagonizada por la jueza Mariana de Marco. Recuerdo que fue una obra que me dejó una agradable sensación y que prometí seguir leyendo más del autor, al que solo conocía por antologías de relatos. Quince años después, sigue en lista de espera y quizá este homenaje en la sesquidécada sirva para ponerme al día con las pesquisas de la Mariana de Marco. Bueno, también me gustaría tener tiempo para leer otras obras del autor que tienen muy buena pinta.

 

 1280 almas

La segunda lectura es 1280 almas, de Jim Thompson, una novela peculiar que tiene rasgos compartidos de la novela negra, el western y el thriller psicológico. Es una obra extraña, que no deja indiferente al lector, porque rompe con las expectativas del género y se resiste a cualquier previsión. Un clásico que merece la pena visitar.


18 febrero 2023

Sesquidécada: febrero 2008


Con tan poco tiempo para leer como tengo ahora, no es de extrañar que elija para esta sesquidécada una novela corta y una novela gráfica. No es por pereza ni por comodidad, sino porque de mi lista de lecturas de aquel febrero de 2008, las que más poso han dejado han sido estas dos, así que vamos a por ellas.

El señor Ibrahim y las flores del Corán, de Eric-Emmanuel Schmitt, es una novela breve, que se lee en una tarde y que proporciona al lector el placer de una delicatessen literaria. Es de esas obras que no sabes bien por qué te acaban dejando un recuerdo imborrable. Es posible que la clave se encuentre en esos dos personajes entrañables del niño rebelde y del tendero sabio, esa combinación de ingenuidad y experiencia tan típica en la literatura clásica, desde el Lazarillo a Huckleberry Finn. Llegué a esta obra a través de Joselu y su blog Profesor en la Secundaria (cuya relectura recomiendo, especialmente de la serie de artículos dedicados a la educación entre los años 2005 y 2016), y llegué a recomendarla como libro de lectura voluntaria para el alumnado de Bachillerato. No he vuelto a ella desdde entonces, pero creo que sus ingredientes no caducan fácilmente, así que debe de ser una buena recomendación todavía.


La segunda recomendación es Maus, la novela gráfica de Art Spiegelman. Supongo que la mayoría de mis lectores la conocen y muchos también la habrán leído. Se trata de una fábula de gatos y ratones con trasfondo histórico, concretamente el genocidio nazi, así que ya podéis imaginar quién es quién. Es un clásico del cómic y creo que también es ya un clásico de la literatura contemporánea, que tiene que asumir la novela gráfica también como un género más, sin relegarlo a un nivel más bajo o desplazarlo fuera del canon literario. Obras como Maus, Persépolis o Los surcos del azar, por poner solo unos ejemplos, son auténticas joyas para lectores exigentes y merecen su lugar entre los clásicos.


08 febrero 2023

Un viaje por las Letras


¿Se puede vivir sin literatura? Algunos de nuestros alumnos a veces se quejan por tener que leer libros de ficción. “Maestro, ¿esto para qué sirve?” Tienen razón: casi nunca nos hemos parado a explicarles que la literatura no es útil, al menos en el sentido en que ellos parecen preguntarlo. ¿Para qué vas al cine? ¿Para qué comes pipas en el parque mientras hablas de nada con tus amigos? ¿Para qué te quedas embobado mirando a la chica o chico que te gusta? La literatura es prescindible, al menos la historia de la literatura, tal y como forma parte de sus vidas académicas. Sí, los hará más sabios, les proporcionará una visión del mundo más intensa, los acercará a su patrimonio cultural y todo eso. Pero también es cierto que esa parcela de la literatura llena de fechas y autores probablemente se marchitará en sus memorias, si no la riegan de vez en cuando. Sin embargo, hay que decirles que existe otra literatura imprescindible, esa literatura que atraviesa la historia de la humanidad de punta a cabo, esa literatura oral, tradicional, colectiva, clásica, mítica, épica… esa literatura que no se construye tanto con nombres y fechas, sino con personajes, tópicos o motivos universales. Son los cuentos contados al calor del hogar, las canciones compartidas en la siega, los poemas de amor y desamor, los dramas representados en las plazas de los pueblos… Sobre esos cimientos de la cultura literaria (cuentos, epopeyas, mitos, tragedias, romances…) se ha construido todo nuestro patrimonio literario, ese que va creciendo con los siglos y enriqueciendo nuestra cultura. Del mismo modo que la tecnología y la ciencia nos permiten avanzar en derechos y comodidades, los movimientos literarios nos han llevado a lo largo de los siglos a entender mejor quiénes somos, dónde estamos y para qué vivimos. Y del mismo modo que nunca despertaríamos vocaciones científicas entre los jóvenes recomendando monografías sobre física o álgebra, tampoco vamos a fomentar el amor por la lectura y la literatura lanzándolos sin salvavidas al piélago de los clásicos. Invitamos a descubrir la ciencia examinando una mosca con el microscopio, recogiendo hojas en un paseo por el bosque, lanzando objetos al aire… ¿Por qué nos resistimos tanto a mostrar el lado lúdico y curioso de la literatura? ¿Por qué esa proverbial desconfianza de los cómics, de la literatura juvenil, de los clásicos adaptados, de la divulgación sin pretensiones…? ¿Por qué no tenemos un Google maps de la historia de la literatura que nos permita planificar un viaje literario antes de hacer turismo de verdad? Es evidente que una cosa no puede sustituir a la otra, que podremos hacernos una idea de lo que nos vamos a encontrar, pero nunca lo viviremos como si estuviésemos allí. Un viaje por las Letras, de Pedro Cifuentes, funciona un poco como ese navegador virtual que anima a los profanos y a los curiosos a preparar el viaje por la historia universal de la literatura y les facilita un itinerario seguro y eficaz para no dejarse nada sin ver. Un mapa que recorre milenios a lo largo de nuestra tradición y de nuestro mundo, desde Mesopotamia a Europa, de la Antigüedad al Siglo XXI. No es fácil trazar un viaje por tan vasto territorio, pero si algo bueno tiene la literatura es que permite viajar en todas las dimensiones, porque su materia prima es la ficción, la misma que nos sirve para construir los sueños, las mentiras, los delirios y las esperanzas. Con esos ingredientes tan etéreos, solo un artista como Pedro Cifuentes se atrevería a cocinar esta delicatessen, una preciosa guía por los escenarios de la literatura, contemplados ahora por la mirada sorprendida de los más jóvenes, esa misma mirada que se asoma a empujones al microscopio, la mirada jovial del bisoño explorador en busca de insectos o plantas. Asómate tú también.

Un viaje por las Letras (Harper Collins). Pedro Cifuentes