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Re(paso) de lengua
Para los profesores de lengua y literatura, este blog pretende ser la Cueva de Alí Babá, en la que encontrar alguna idea, algún germen que permita abrir caminos, sembrar dudas, avivar el seso de los más inquietos.
26 mayo 2023
Casi mayor de edad
23 mayo 2023
Los elegidos somos nosotros
Conocemos bien, gracias a la buena literatura, el desarraigo que rodea al exilio tras la victoria de la dictadura franquista. Conocemos también el exilio interior y su silencio, la amargura de callar y resistir pasivamente la humillación de los vencedores. A menudo hemos escuchado que mejor callar que morir, que la libertad de expresión no puede estar por encima de la supervivencia, que, por lo menos el régimen te dejaba vivir si acatabas la mordaza ideológica. Sabemos que tampoco eso es cierto, que se siguió fusilando a los silenciosos, solo por el mero hecho de haberse señalado en alguna ocasión. La máquina franquista de odio y rencor aplastó a los disidentes y a cualquier otro que se viese de alguna manera salpicado por el contagio infecto de las ideas progresistas. La última novela de Nando López habla un poco de todo ello, de los silencios y de los rencores, del perdón y la venganza, pero sobre todo habla también de otro exilio interior, el que tuvo que ocultar no las ideas, sino los sentimientos, el exilio del amor homosexual, considerado por el régimen como una enfermedad que había que erradicar.
Los elegidos es una novela de amor y de amistad, una novela de lealtad y compromiso. Es la novela de los que no tuvieron voz, de quienes se vieron arrinconados a un breve rincón del periódico en el mejor de los casos. Pero, para los amantes de la literatura, Los elegidos es también un homenaje a los clásicos, a la literatura que nos salva del horror y de la vida, que a veces son lo mismo. Es una novela coral a varias voces, las de sus dos protagonistas principales, Asun y Santos, las de la tribu del teatro, arropadas o arrastradas por las de sus amigos y enemigos; una novela coral en la que resuenan también los ecos de Lorca, Wilde, Calderón o Sófocles como bien se precia en cualquier tragedia clásica. Es un homenaje a los mitos y personajes que nunca mueren, a diferencia de tantos pequeños héroes que se dejaron la piel y los huesos en las cunetas del franquismo, por pensar diferente o por amar diferente. Gracias a Nando López podemos asomarnos a sus vidas y ser nosotros los elegidos. Aunque solo sea por saldar cuentas con ellos, vale la pena escucharlos.
22 mayo 2023
Sesquidécada: mayo 2008
Como contraste a la simpática experiencia de Auster, también me acerqué, por primera y única vez a una novela de Paulo Coelho. Se trataba de Once minutos, "un cuento de hadas para adultos", que en realidad es un relato previsible, autocomplaciente y lleno de tópicos acerca de la vida de una prostituta. Siento defraudar a los aficionados a Coelho, pero, a diferencia de otros autores de best sellers a los que admiro, en su caso me resultó pedante, condescendiente y didáctico, en el peor sentido de la palabra.
30 abril 2023
La maestra gitana: entre bordados y costuras rotas
29 abril 2023
Sesquidécada: abril 2008
15 marzo 2023
Sesquidécada: marzo 2008
En esta sesquidécada rescataré dos novelas negras muy diferentes, muy distantes. La primera nos lleva a las verdes tierras de Cantabria y la segunda a la América profunda. Vamos con ello.
No acosen al asesino, de José María Guelbenzu, es la primera novela de la serie protagonizada por la jueza Mariana de Marco. Recuerdo que fue una obra que me dejó una agradable sensación y que prometí seguir leyendo más del autor, al que solo conocía por antologías de relatos. Quince años después, sigue en lista de espera y quizá este homenaje en la sesquidécada sirva para ponerme al día con las pesquisas de la Mariana de Marco. Bueno, también me gustaría tener tiempo para leer otras obras del autor que tienen muy buena pinta.
La segunda lectura es 1280 almas, de Jim Thompson, una novela peculiar que tiene rasgos compartidos de la novela negra, el western y el thriller psicológico. Es una obra extraña, que no deja indiferente al lector, porque rompe con las expectativas del género y se resiste a cualquier previsión. Un clásico que merece la pena visitar.
18 febrero 2023
Sesquidécada: febrero 2008
El señor Ibrahim y las flores del Corán, de Eric-Emmanuel Schmitt, es una novela breve, que se lee en una tarde y que proporciona al lector el placer de una delicatessen literaria. Es de esas obras que no sabes bien por qué te acaban dejando un recuerdo imborrable. Es posible que la clave se encuentre en esos dos personajes entrañables del niño rebelde y del tendero sabio, esa combinación de ingenuidad y experiencia tan típica en la literatura clásica, desde el Lazarillo a Huckleberry Finn. Llegué a esta obra a través de Joselu y su blog Profesor en la Secundaria (cuya relectura recomiendo, especialmente de la serie de artículos dedicados a la educación entre los años 2005 y 2016), y llegué a recomendarla como libro de lectura voluntaria para el alumnado de Bachillerato. No he vuelto a ella desdde entonces, pero creo que sus ingredientes no caducan fácilmente, así que debe de ser una buena recomendación todavía.
08 febrero 2023
Un viaje por las Letras
¿Se puede vivir sin literatura? Algunos de nuestros alumnos a veces se quejan por tener que leer libros de ficción. “Maestro, ¿esto para qué sirve?” Tienen razón: casi nunca nos hemos parado a explicarles que la literatura no es útil, al menos en el sentido en que ellos parecen preguntarlo. ¿Para qué vas al cine? ¿Para qué comes pipas en el parque mientras hablas de nada con tus amigos? ¿Para qué te quedas embobado mirando a la chica o chico que te gusta? La literatura es prescindible, al menos la historia de la literatura, tal y como forma parte de sus vidas académicas. Sí, los hará más sabios, les proporcionará una visión del mundo más intensa, los acercará a su patrimonio cultural y todo eso. Pero también es cierto que esa parcela de la literatura llena de fechas y autores probablemente se marchitará en sus memorias, si no la riegan de vez en cuando. Sin embargo, hay que decirles que existe otra literatura imprescindible, esa literatura que atraviesa la historia de la humanidad de punta a cabo, esa literatura oral, tradicional, colectiva, clásica, mítica, épica… esa literatura que no se construye tanto con nombres y fechas, sino con personajes, tópicos o motivos universales. Son los cuentos contados al calor del hogar, las canciones compartidas en la siega, los poemas de amor y desamor, los dramas representados en las plazas de los pueblos… Sobre esos cimientos de la cultura literaria (cuentos, epopeyas, mitos, tragedias, romances…) se ha construido todo nuestro patrimonio literario, ese que va creciendo con los siglos y enriqueciendo nuestra cultura. Del mismo modo que la tecnología y la ciencia nos permiten avanzar en derechos y comodidades, los movimientos literarios nos han llevado a lo largo de los siglos a entender mejor quiénes somos, dónde estamos y para qué vivimos. Y del mismo modo que nunca despertaríamos vocaciones científicas entre los jóvenes recomendando monografías sobre física o álgebra, tampoco vamos a fomentar el amor por la lectura y la literatura lanzándolos sin salvavidas al piélago de los clásicos. Invitamos a descubrir la ciencia examinando una mosca con el microscopio, recogiendo hojas en un paseo por el bosque, lanzando objetos al aire… ¿Por qué nos resistimos tanto a mostrar el lado lúdico y curioso de la literatura? ¿Por qué esa proverbial desconfianza de los cómics, de la literatura juvenil, de los clásicos adaptados, de la divulgación sin pretensiones…? ¿Por qué no tenemos un Google maps de la historia de la literatura que nos permita planificar un viaje literario antes de hacer turismo de verdad? Es evidente que una cosa no puede sustituir a la otra, que podremos hacernos una idea de lo que nos vamos a encontrar, pero nunca lo viviremos como si estuviésemos allí. Un viaje por las Letras, de Pedro Cifuentes, funciona un poco como ese navegador virtual que anima a los profanos y a los curiosos a preparar el viaje por la historia universal de la literatura y les facilita un itinerario seguro y eficaz para no dejarse nada sin ver. Un mapa que recorre milenios a lo largo de nuestra tradición y de nuestro mundo, desde Mesopotamia a Europa, de la Antigüedad al Siglo XXI. No es fácil trazar un viaje por tan vasto territorio, pero si algo bueno tiene la literatura es que permite viajar en todas las dimensiones, porque su materia prima es la ficción, la misma que nos sirve para construir los sueños, las mentiras, los delirios y las esperanzas. Con esos ingredientes tan etéreos, solo un artista como Pedro Cifuentes se atrevería a cocinar esta delicatessen, una preciosa guía por los escenarios de la literatura, contemplados ahora por la mirada sorprendida de los más jóvenes, esa misma mirada que se asoma a empujones al microscopio, la mirada jovial del bisoño explorador en busca de insectos o plantas. Asómate tú también.