28 febrero 2009

Última pista

También dijo:
"Nosotros, novelistas, somos los jueces de instrucción de los hombres y de sus pasiones. (...)
Quien escribirá mejor no será quien galope más locamente entre las hipótesis, sino quien camine recto entre verdades. En la actualidad estamos podridos de lirismo, creemos equivocadamente que el gran estilo consiste en una turbación sublime, siempre cercana a caer en la demencia; el gran estilo está hecho de lógica y claridad".

Por cierto, ¿qué tendrá que ver el señor de la foto con el escritor que buscamos?

27 febrero 2009

Dinamita cerebral

Dinamita cerebral:
Antología de los cuentos anarquistas más famosos
.
Icaria, Barcelona, 1977 (3ª edición 1981)

La primera versión, a cargo de Juan Mir, se publicó en Mahón en 1913.

Índice de autores (*):
Emile Zola
Magdalena Vernet
A. Strindberg
Henrik Pontoppidan
F. Pí y Margall
F. Pí y Arsuaga
Octavio Mirbeau
Ricardo Mella
Ramiro de Maeztu
J. Martínez Ruiz (Azorín)
Carlos Malato
Anselmo Lorenzo
Bernard Lazare
Máximo Gorki
Anatole France
José Prat
F. Domela Nieuwenhuis
Jacobo Constant
Julio Camba
Julio Burell
Alfonso Karr
Hagan sus apuestas...
(*) Respeto los nombres tal como aparecen en esta edición.

26 febrero 2009

Crisis, música y... un acertijo literario

Después de que un soldado bravucón nos demostrase que la grandeza del arte se esconde bajo las miserias de la sociedad de su tiempo, hemos aprendido a refugiarnos en la literatura en los periodos de crisis. Se avecinan años difíciles, pero tendremos que poner al mal tiempo buena cara, pues nos toca preparar bien a esas generaciones que vendrán a salvarnos.
Con este panorama negro que nos pintan los telediarios a toda hora, me atrevo a proponeros una actividad diferente. Se trata de un acertijo literario a partir de una canción de Los Suaves. Es una canción bastante pesimista de principios de los años ochenta que se llama "Sin empleo" y que pertenece al disco Esta vida me va a matar. Escuchadla con atención y seguid la letra que reproduzco debajo, porque, al final, irá una pregunta para examen.


Por la mañana
llegas a la fábrica oscura y fría
La máquina está parada,
triste desprende ruina
Del despacho baja el amo, dice:
"Hijos míos, no hay trabajo.
No hay pedidos, tengo que cerrar,
nada os oculto, me vienen a embargar mañana".
Es el fin, todo ha acabado
Os miráis con espanto.
La máquina callada,
los puños apretados, pensando... pensando.
Ya seis meses sin jornal,
seguro del paro agotado,
dinero cobarde se esconde,
las empresas han cerrado.
Por la mitad del salario
te has ofrecido, es igual.
Tres millones de parados
estadística y tú uno más.
Por última vez lo intentas,
quieres pedir, tiendes la mano.
También llegas hasta el puente
pero no puedes, tu hora no ha llegado.
Espera desesperada,
en el portal tu mujer.
Tiene el crédito agotado,
en casa no hay que comer.
"¿Qué hay?" pregunta cuando llegas,
tú no contestas y callas,
agachando la cabeza
subes pálido y triste a la casa.
Tu hija arriba no duerme,
desde ayer no come nada,
cree que su madre ha bajado
a comprar pan
a la tienda de al lado.
Subís los dos en la casa,
la niña mira tus manos.
Sorprendida al no ver nada,
calla y se acuesta llorando.
El padre está en un rincón
la cabeza entre las manos.
La madre calla, abre el gas,
ojos secos, se sienta a su lado.
Es el fin, todo ha acabado
Os miráis con espanto.
La máquina callada,
los puños apretados, pensando...
pensando.
Esta canción es la versión musical de un relato breve de un célebre autor. En la canción se han modificado algunos elementos, sobre todo el final, más pesimista que el original.
¿Quién es ese escritor y cuál es el relato al que me refiero?

Se aceptan sugerencias y petición de pistas a las que prometo contestar este fin de semana.

Más información:
Versión original del LP
Versión del grupo La fuga
Crédito de la imagen: Moderncrisis.com

21 febrero 2009

Elogio del bolsillo

El suplemento cultural de El País, Babelia, rinde tributo hoy al libro de bolsillo con algunos artículos interesantes bajo el título Refugio de bolsillo:
No voy a extenderme aquí en lo que ha supuesto para muchos lectores de clase media el libro de bolsillo. La mayor parte de mi biblioteca está formada por esos libros de bolsillo que me han acompañado toda la vida. Ediciones de Alianza, Espasa, Bruguera, Rtve, Seix Barral, Plaza & Janés, Planeta, Ebro, Orbis, etc. han viajado conmigo en bolsillos, mochilas, carpetas, maletas... Recuerdo pocas ocasiones en las que no haya tenido un libro cerca. Es verdad que son libros que envejecen mal y son poco vistosos en las estanterías, pero también tienen el glamour de lo clandestino, de lo revolucionario.
Hace poco, en La bitácora del Tigre, Eduardo Larequi recordaba la colección Reno (y Jet) de Plaza & Janés, y lo hacía a través de Solzhenitsyn, un autor ruso. También es ruso Mijail Sholojov, el autor de El Don apacible, una novela de la que también habla este suplemento de Babelia. La editorial Debolsillo rescata esta novela río (nunca mejor dicho) en cuatro volúmenes. Es una novela ambientada en la revolución rusa, inmensa e inolvidable, de la que ya hablé en una lejana serie de rarilargos. Creo que disponer de esta edición en bolsillo es una buena oportunidad para disfrutar de una historia que no nos dejará indiferentes. Y si a alguien le apetece, también preparé hace años un breve ensayo sobre ella, que tiene casi el mismo sabor añejo que esas ajadas ediciones de bolsillo de mi biblioteca.

18 febrero 2009

Juicios pendientes

Hoy había huelga de jueces. Se quejan de que la justicia es lenta, no dispone de recursos y funciona no del todo bien. Aplicado a la educación podríamos decir lo mismo, aunque un profesor no "pesa" lo mismo que un juez en la sociedad. Sin embargo, estoy convencido de que cada fracaso escolar es exactamente lo mismo que un juicio pendiente. Para los jueces hubo como detonante el caso Mari Luz, pero para la educación nadie quiere ver tantos casos que justifican lo que estoy diciendo; quizá el de la joven Marta del Castillo haya sido uno de ellos (o no, pues no conozco el caso en profundidad), pero tampoco hay que rebuscar mucho para encontrar cientos de ejemplos. Veamos qué ocurre con buena parte de nuestros "juicios pendientes". Lo que viene a continuación es un relato ficticio, pero no me cabe duda de que cualquiera de los que pasáis por aquí podéis dar fe de su verosimilitud:
Tobías es un chico travieso que, desde Primaria, se ha dedicado a hacer pequeñas gamberradas en clase. Sus gracias provocan casi siempre las risas de los demás niños. Al crecer, Tobías se hace fuerte y su gracia se convierte en desparpajo y un poquito de insolencia al contestar. A las chicas les gusta porque siempre va a la última y no se corta a la hora de ponerse un piercing o un tatuaje. Los chicos lo envidian porque algunos profesores le tienen un poquito de miedo y no se meten con él. En el instituto, ya totalmente perdido para lo académico porque colgó los libros en cuarto de Primaria, se dedica a explotar su lado sexy y matón. Es el rey del patio y nadie le puede parar los pies. Alguna vez le han puesto partes de disciplina, pero a él eso únicamente le supone colgarse medallas ante sus fans. En ocasiones ha pegado a sus compañeros: a uno porque era moro y lo miró mal; a otro, porque rozó a su novia (la tercera novia de ese curso); a otro por chulo. Los expedientes disciplinarios se acumulaban, pero la ley garantizaba para Tobías el derecho a la educación, de modo que tenía que seguir en el instituto hasta que cumpliese los dieciséis. Un día, le tiró una colilla a un chaval; éste se giró y se cagó en sus muertos. Tobías lo tiró al suelo y le pateó la cabeza. (...)
Caben dos opciones para darle final a esta historia.
FIN nº 1: La víctima era un compañero de instituto -probablemente un inmigrante de otra banda marginal, ya se sabe- al que tuvieron que dar unos puntos en la cabeza. A Tobías lo trasladarían a otro instituto hasta que cumpliese los dieciséis (ya saben, el derecho a la educación y todo eso -supongo que algunos Centros de Menores no son tan tiquismiquis con estos derechos que parece que sólo respetan y sufren los docentes-). Ciertos periódicos recogerían ese día las protestas de los padres y se reavivaría el debate sobre lo mucho que ha empeorado la educación desde la llegada de la LOGSE y los inmigrantes (sin tener en cuenta que Tobías es de Valencia, Burgos o Pontevedra). No daría más que para una portada en el periódico local y algunos breves en el telediario autonómico.
FIN nº 2: La víctima -un inocente- muere en el acto. Tobías, sin saber qué hacer, huye y permanece escondido tres días en casa de un amigo. La policía resuelve el caso. Grandes portadas en los diarios durante varios días. Las televisiones de todo el país se entretienen en filmar los grumos de sangre; entrevistan a las antiguas novias de Tobías y les preguntan si sintieron miedo; algunos acosados por Tobías (profesores incluidos) destacan lo violento que era. En el mismo saco se mete al amigo de la bestia. Una masa enfervorecida reclama cadena perpetua o pena de muerte, o las dos cosas, qué más da. Algunos de los que más gritan tienen hijos tremendamente parecidos a Tobías, pero todavía no se han enterado... ¿o sí?
No soy juez, pero veo a mi alrededor demasiados "juicios pendientes" ante los que nadie da la cara. ¿Cuál de los dos Tobías es un monstruo? Si el primero también lo es, ¿qué hace mezclado con tiernos corderitos durante seis o siete horas al día? ¿Se veía venir y nadie hizo nada? ¿Por qué: miedo, pasividad, incompetencia? ¿Es razonable defender, sin límites y sin exigir nada a cambio, el derecho a la educación, y al día -o al año- siguiente entregar al verdugo a quienes nadie les pidió cuentas en serio?
El asesino es quien mata, pero, como decía Tagore, una hoja no se pudre sin que lo sepa el árbol.

Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/90151774@N00/221338168

13 febrero 2009

Sesquidécada: febrero 1994

Sigo con la serie de sesquidécadas que comencé el mes pasado, es decir, una selección de las lecturas de hace exactamente quince años. Este ejercicio lúdico-bloguero me lleva a curiosas reflexiones:
  • Soy un lector caótico: en pocos días tengo apuntadas las lecturas del Génesis y Éxodo (La Biblia), La guerra de Jugurta, de Salustio y La cantante calva de Ionesco, por poner un ejemplo correspondiente a aquel mes lejano.
  • He leído notables bodrios de los que apenas recuerdo nada (sobre todo, manuales y monográficos de filología)
  • Los clásicos literarios han empezado a gustarme cuando tenía consolidada la competencia lectora, por lo que he tenido que revisitar algunas de mis lecturas del instituto.
  • Algunas obras que me marcaron prefiero no volver a leerlas, por si acaso.
Dicho lo cual, ahí va mi selección para este mes:

El buscón, de don Francisco de Quevedo. Pertenece a ese grupo de obras que tuve que volver a leer para valorar en su justa medida. Sólo un lector avis(p)ado es capaz de sacar lo mejor -y lo peor- de Quevedo en esta obra. Es un prodigio de agudeza, de humor, de sarcasmo, de ingenio. Muchos le critican la superficialidad como novela, pero olvidan lo difícil que resulta trazar un recorrido tan doloroso y a la vez tan divertido por la España del Barroco. A lo largo de los siglos, muchos plumillas han intentado parecerse a Quevedo, pero sólo han podido imitar su amargura o su mala baba: las filigranas lingüísticas de aquél son ya algo irrepetible.

Tres tristes tigres, de Guillermo Cabrera Infante. Hay obras que uno nunca recomendaría a sus amigos, a menos que sean filólogos. Ésta es una de ellas, y también una de las que decía antes que no me atrevo a releer. Recuerdo haber leído con placer la prosa virtuosa de Cabrera Infante, la manera en que convertía la página en una especie de lienzo sobre el que trazaba pinceladas de palabras. Creo que fue uno de mis primeros escarceos en los aspectos lúdicos de la literatura (el bustrofedon, por ejemplo). Busco ahora entre sus páginas aquellos juegos que tanto me entretuvieron, pero me invade la sensación de déja vu, y lo dejo.

El Golem, de Gustav Meyrink. Hay en mi estantería un pequeño Golem de arcilla que custodia la peonza de los premios Espiral Edublogs (cuya edición 2009 ha comenzado ya y de la que hablaré más adelante). Había leído algunas cosas sobre la Cábala y el Golem en una revista de los años ochenta que se llamaba Cacumen. También me sonaba la imagen de la película del mismo nombre de Wegener. Así que leí la obra de Meyrink casi como si fuese un rito iniciático. Es una novela extraña, llena de sueños y delirios, pero que ofrece al lector el ambiente difuso y enigmático de la ciudad de Praga. El Golem esconde también una historia de palabras que no puede pasar desapercibida a quienes vivimos de la lengua: El rabino Loew escribe la palabra "emet" -verdad, en hebreo- para dotar de vida al ser de barro y, cuando se descontrola, borra la primer letra para dejar "met" -muerte-. Esos detalles, unidos al curioso formato con los cantos de las hojas negros de la edición que tengo, ha conseguido que sea uno de los libros rescatados del desván de los años.

Addenda: Ante la dificultad de ejercer de buen bloguero, doy las gracias a quienes se han acordado de mis escritos en distintos lugares:
Dejo en manos de cualquiera de mis visitantes habituales la continuación de esos premios que merecen por dedicar un poquito de su tiempo a estas páginas.

10 febrero 2009

Cortázar en bachillerato

Por segundo año consecutivo, hemos leído a Cortázar en 2º de Bachillerato. Hemos dedicado cinco sesiones, una cada lunes, a la lectura de los relatos contenidos en la edición de La autopista del Sur y otras historias, de la editorial Bruño. Cada semana, los alumnos traían preparados uno o dos relatos que comentábamos en clase. Todo se ha desarrollado como en un club de lectura, bastante al margen de cuestiones excesivamente técnicas, permitiendo a los alumnos (y al profesor) intercambiar sus propias lecturas de Cortázar.
No sé hasta qué punto estas lecturas encajan en el currículo de Bachillerato. Es cierto que Cortázar (y toda la literatura de los siglos XIX y XX) aparecen en el currículo, pero también hay que recordar que en el examen de Selectividad no hay preguntas de literatura. Sacrificar cinco sesiones al placer de leer, cuando andan tan verdes en comentario de texto, me produce cierto remordimiento (quizá un remordimiento no demasiado acerbo, es verdad).
Para ampliar la información sobre cuestiones literarias o culturales que surgían a raíz de las lecturas, he ido escribiendo unas notas en el blog de 2º de Bachillerato, Seres de lengua, que se corresponden con las sesiones de esta actividad. Os dejo los enlaces ordenados según aparecen los relatos en el libro:

05 febrero 2009

Uf, la revista

Después de casi cuatro meses de trabajo, por fin hemos sacado a la luz el primer número de la renovada Revista Riu Sec. Esta revista, en su primera etapa, se nutría, sobre todo, de aportaciones que realizaban alumnos de educación compensatoria, a través del Departamento de Orientación, en colaboración con un centro de parálisis cerebral con el que compartimos edificio. Sin embargo, a principios de curso, decidimos darle un empujón y convertirlo en un proyecto general del centro, es decir, una tarea que incluyese contenidos curriculares y que tuviese un alcance más amplio, tanto en los departamentos didácticos como en los distintos niveles académicos. Por ello, el Departamento de Castellano asumió parte de la responsabilidad del proyecto y, junto con otro profesor del Departamento Orientación, me vi embarcado en esta aventura que me ha ocupado muchas más horas de las previstas.
Para empezar, decidimos dar a la revista un hilo conductor cuyo tema se correspondía, para el 2008, con el Año Internacional del Planeta Tierra (el siguiente será la Astronomía). También reducíamos la periodicidad: de tres números por curso, pasaríamos a dos, con lo que ganábamos tiempo y reducíamos costes. Además, los avances en la redacción quedarían fijados en un blog, que serviría de agenda y de punto de encuentro. Más tarde, consideré la posibilidad de tener una página web en la que colgar todas las colaboraciones, fuesen o no finalmente publicadas en papel.
Las dificultades han sido numerosas: Los alumnos se resisten a participar en todo lo académico y casi hay que robarles las colaboraciones (o que elijan desde el blog la mascota, el nombre, el color...); los departamentos (y los profesores) están sumergidos en la faena cotidiana y tampoco encuentran tiempo para desarrollar actividades paralelas; la tecnología no siempre funciona como queremos y los cambios de formatos (word, open, gif, jpg, pdf, etc.) me han dado bastantes quebraderos de cabeza; resulta complicado elegir el idioma vehicular (Valenciano/Castellano) en un centro con alto porcentaje de inmigrantes y con una revista gestionada por el Departamento de Castellano; y por último, la falta de experiencia en el maquetado y diseño de revistas ha restado calidad al producto final (la próxima saldrá mejor).
Quiero reseñar también la ayuda con la que he contado: agradezco a Manolo la colaboración con el Ateneo y los alumnos de compensatoria, además de toda la parte de impresión en papel; a las compañeras de Plástica, Patricia y Lucía, que hicieron suyo el trabajo de elegir y diseñar los murciélagos y el panel decorado de la revista; a Núria y Francesc, cuyas colaboraciones dan calidad científica a esta revista; a mi compañera Elena que, como responsable del departamento, consiguió que el proyecto de la revista tuviese su lugar dentro del departamento de lengua. También debería agradecer de manera indirecta a Lu algunos consejos extraídos de sus reflexiones sobre revistas de instituto (por suerte, aunque no tengamos instituto, tenemos presupuesto para lanzar la versión en papel).
Y también quiero recalcar, cómo no, las posibilidades de las TIC para conseguir de manera gratuita un espacio visible en la red, sobre todo, a través de los blogs de Blogger y las páginas web de Google (aunque nosotros usamos Google Pages, ahora se puede hacer lo mismo con Sites Google). Para mostrar los resultados, me resulta muy atractiva la presentación de Issuu; y si deseamos ofrecer la posibilidad de descarga, siempre tenemos Scribd.

Más información:

Crédito de la imagen: Alumnado de 2º de Bachiller del IES Bovalar en plena lectura

03 febrero 2009

La hora tonta


Hora tonta: 1. f. Momento en que se hacen concesiones por debilidad o torpeza.

Es difícil explicar a mis compañeros y conocidos la sustancia de los blogs. Me refiero al sentido de dedicar horas a estos escritos más allá de su utilidad didáctica. Incluso para mí resulta difícil en ocasiones, y más de una vez me ronda el fantasma del abandono (algo que ya han contado algunos de mis maestros en estas artes y en lo que no insistiré, de momento). Es difícil explicar que escribir una nota en el blog me ahorra pesadillas; al menos durante unas noches. O que, una vez escrita y publicada, sienta la comezón de que era una estupidez y tenga que superar la tentación de borrarla (y que no lo hago porque ya la habrán distribuido los agregadores de noticias). Que en el momento de aparecer los comentarios ya me sienta bobaliconamente feliz y mantenga la sonrisa un par de días mientras devuelvo las visitas. No es fácil explicar que con cada nota que escribo crezco un poco, porque me conozco mejor y aprendo a situarme en relación con los demás. Que mantengo la mente activa, pues el acto de escribir es como una bola de nieve que crece y crece. A mí mismo me sorprende que, después de escribir algo que me ha costado bastante fraguar, justo en ese instante de publicar, ya esté pensando en la próxima nota, en el siguiente escalón de la interminable torre del blog.
Pero, al margen de tanta entelequia inexplicable, hay cosas sencillas y fáciles de entender que me mantienen al filo del blog. Por ejemplo que Elisa Armas, a quien admiro desde hace mucho, me dedique el mejor regalo que pueda recibir un filólogo; o que Gabriela Monzón se acuerde de mí desde la otra punta del mundo, desde su mundo lleno de novelas fantásticas; o que Patxo me recuerde de vez en cuando que tengo su casa abierta este verano; o que nunca me falten las palabras de Lu, de Joselu, de las chicas de blogge@ndo, de Angus, de Gemma, de Ana y de tantísimos otros que me tendrían la noche en vela enumerando (y a quienes, salvo error u omisión podéis encontrar en la barra lateral, siempre en continuo crecimiento).
Es difícil hallar razones para dedicar horas a esto de los blogs, a costa de bastante sueño y unas migajas de razón. Pero más difícil es renunciar ya a vuestra compañía.

Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/49512158@N00/1638001945