24 octubre 2015

Sesquidécada: octubre 2000

Decía José Martí que "hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro". En octubre de 2000 conseguí cumplir la que me faltaba, que era escribir un libro. En esta sesquidécada recordaré aquel De civilitate: escrits i dansa sobre l'Humanisme, una obra de encargo de la que fui editor y en la que también participé como biógrafo y compilador. 
Por aquel entonces, se había organizado en Valencia "Cinc segles", un conjunto de actividades culturales alrededor del quinto centenario de su universitad, y andaba yo todavía enredado en cursos de doctorado y documentando mi proto-tesis. Mi amigo Vicent-Josep Escartí, con quien había colaborado en algún artículo universitario, me puso en contacto con Toni Tordera para que preparase una recopilación de textos de tres grandes humanistas alrededor del tema de la civilidad o urbanidad: Juan Luis Vives, Erasmo de Rotterdam y Tomás Moro. Además, se incluirían unos textos y reflexiones del coreógrafo Santiago Sempere, quien montaría un espectáculo con ese mismo hilo temático. En aquel proyecto participaron también con biografías o artículos los periodistas Martí Domínguez y Enric Sòria, además del propio Escartí.
El encargo me tuvo ocupado varios meses. Recuerdo que pasé el verano picando textos -apenas había obras digitalizadas-, corrigiendo y componiendo con un portátil Toshiba que me había comprado de segunda mano. Fue una labor muy motivadora que me obligó a revisar y seleccionar citas de entre los muchos escritos de los tres humanistas, ya que en una de las partes del libro, se recogían esas citas como si se tratase de una tertulia entre los tres, para que casi resultase creíble ese encuentro ficticio. También me ocupé de la biografía de Erasmo, al que admiraba con devoción. 
No puedo decir que el libro fuese un éxito en las librerías y, si no recuerdo mal, solo me enviaron, años después, un ingreso irrisorio de derechos de autor. Era un libro muy específico para una ocasión muy circunstancial. Sin embargo, estuve -y estoy- muy orgulloso de haberlo sacado a la luz y de verlo hoy en el escaparate de los Google books, con esa satisfacción de haber cumplido con la tercera de las exigencias de la vida que mencionaba José Martí.

No cerraré esta sesquidécada sin mencionar otros dos libros que leí en aquel octubre de 2000 y que os resultarán tal vez más divertidos e interesantes. Rabos de lagartija, de Juan Marsé y La soledad era esto, de Juan José Millás. El primero, que ganó en su día el Premio Nacional de Narrativa, es una novela ambientada en la Barcelona de mediados del siglo XX, con unos personajes entrañables y una trama muy bien contada. La soledad era esto, en cambio, es una novela de los 90, con el sello personal de Millás, probablemente una de las mejores para mi gusto, y que prefigura ya muchos de sus rasgos de estilo.

18 octubre 2015

Goliardos educativos


A través de José Luis Liarte, con quien ya participé en unas jornadas de competencias culturales y artísticas hace un año, recibí la invitación de Elena Baviera, asesora del Cefire de Xàtiva, para participar en otras Jornadas sobre Competencias y Proyectos Interdisciplinares sobre la Edad Media y Antigua, con una propuesta de interesantes y variados talleres. Elena está detrás, o delante, de PROESO, una asociación que promueve proyectos integrales de referencia que tienen a la música en el aula como eje fundamental.
De esa invitación surgió la idea de adaptar el taller videopoético, que ya había preparado en anteriores ocasiones, y convertirlo en un taller de videocuentos con los Carmina Burana de fondo, un leit motiv que atravesaba todas las actividades de estas jornadas. Ahí mostré algunas herramientas que había utilizado en mis proyectos y mencioné otras que están disponibles en la red. Para no complicarnos las cosas, usamos Picovico, un editor on line muy sencillo, que permite subir fotos y añadir música para luego descargar en mp4. Usamos FlickrCC para las imágenes y una versión copyleft del Oh, fortuna! de Carl Orff.
Como cierre de esas jornadas -cargadas de momentos emocionantes e improvisaciones artísticas-, intervine con una ponencia titulada Goliardos educativos, una reformulación a lo medieval de mi término "forajidos educativos". En ella sigo planteando la necesidad de que los docentes se muevan en los márgenes de la legalidad, siempre tratando de superar las limitaciones que suponen ciertas interpretaciones burocratizadas o formalistas de los currículos. Creo que los nuevos planteamientos curriculares, sobre todo los que promueven de manera clara los enfoques comunicativos integrales, nos dejan mucha libertad para trabajar por proyectos, para despegarnos de los contenidos y centrarnos en las competencias. Es una obligación profesional cambiar de perspectiva y abordar la lucha contra el gran enemigo, que no es la administración, ni el alumnado, ni las familias, sino el fracaso escolar. El cambio está en nuestras manos y no podemos seguir con excusas; cada uno debe asumir su parte de responsabilidad, y la de los docentes está en el aula (aunque puedan sufrir, como los goliardos, la persecución de los jerarcas y de los ortodoxos de todos los bandos).
Os dejo mi presentación, en la que he utilizado las magníficas ilustraciones medievales del Walters Art Museum Illuminated Manuscripts, y os animo, como siempre, a no caer en el desánimo, otro de nuestros grandes enemigos.


Crédito de la imagen: "Codex Buranus-91-giocatori" Facsimile on IMSLP.org

02 octubre 2015

Era solo una guardia


Hoy he entrado en una clase de 1º de ESO. Se trataba de una guardia en un grupo que no conozco. Como de costumbre, les he preguntado sus nombres y que me contasen algo acerca de ellos. Eran pocos, un desdoble, pero casi todos repetían curso. No se sentían avergonzados, en absoluto. Incluso llevaban un poco a gala ser los 'burros'; reconocían que no les gusta estudiar, que no se enteran de lo que se explica en clase. Les he dicho que era una pena que hubiesen perdido un año con esta repetición de curso y que quizá algún día se arrepentirían de ello. Todos han coincidido en señalar que es verdad, que han perdido un año, pero que lo importante es que se lo han pasado bien.
Con la confianza que da ser el profe de guardia ante el cual no tienen demasiado que ocultar, han estado hablando de sus cosas. Iván reconoce que pasa muchas horas jugando al Call of duty o al Clash of clans, palabras que pronuncia con relativa soltura, aunque no sabe qué quieren decir. Le digo que lo escriba en la pizarra. Todos conocen esos juegos, pero ninguno sabe su traducción del inglés. Su compañera María apunta que "of" significa "de" o "para", no recuerda bien; lo que sí recuerda María a la perfección es el nombre de todos los primos de sus compañeros Daniel o Paula, uno por uno, con sus nombres y apellidos; en realidad, parece saberse el nombre de todos los niños pequeños de su pueblo. Me dice que quiere ser maestra de infantil, porque le gustan los niños. Mientras tanto, Iván y Pedro se han puesto a recitar fragmentos enteros de La que se avecina y de Aída. Son secuencias que incluyen diálogos chistosos, eróticos, racistas, machistas o escatológicos, que ambos reproducen literalmente, dándose réplicas sin errores, acompañados con gestos e incluso con palabras cuyo significado desconocen. En una esquina de la clase, Sergio imita los eslóganes de varios anuncios de telefonía móvil, también con citas literales y remedo de voces; algunos de los eslóganes están en inglés y tampoco sabe qué significan. Iván y Daniel, cuando se cansan de escuchar a Sergio, repasan las alineaciones de los equipos de fútbol, con los respectivos datos relacionados con el fichaje de sus jugadores.
He pasado un rato interesante escuchándolos. Al acabar les he preguntado qué clase tenían después. Lo han tenido que mirar en el horario. 
-¿Y quién os da esa asignatura?
-Una maestra, no sé cómo se llama...

Son alumnos de 1º de ESO, repetidores. No son burros. Saben que hay cosas que les gustan y cosas que no. Frente al poder atractivo de la televisión o los videojuegos, la Escuela no les ofrece ningún aliciente. He salido con la vaga impresión de que la batalla está perdida, aunque sé muy bien que hay soluciones. Soluciones que están en nuestras manos, pero que no podemos abordar en solitario. En ello estamos. 
Era solo una guardia.

Crédito de la imagen: 'DSC01745'

23 septiembre 2015

Sesquidécada: septiembre 2000

¿No tenéis la sensación a veces de que hechos del pasado se configuran con el tiempo, casi por azar, en presagios de lo que vivís en el presente? Esta sesquidécada, con protagonista único, es un ejemplo de esto que digo. En septiembre de 2000 entró en mi biblioteca Los trabajos de Persiles y Sigismunda, de Miguel de Cervantes. Podría decir que ya entonces estaba envenenado por el virus cervantino, pero en realidad compré aquella edición de Alianza porque tenía un disquete (sí, de aquellos de 1,44 Mb) con una edición digital del texto. Para los más jóvenes, habría que decir que en aquella época estaban empezando a funcionar algunas bibliotecas virtuales, entre la que destacaba precisamente la Miguel de Cervantes, hoy referente inexcusable para los filólogos (y en la que podéis encontrar una versión digital del Persiles). Al margen de aquellas excepciones, conseguir ediciones digitales dependía del afán de alguna universidad norteamericana o del trabajo solitario de algún letraherido con página web personal, como Luis López Nieves, el artífice de Ciudad Seva, otro monumento literario. Ante aquella modernidad del disquete, adquirí muy ufano dicha edición, aunque debo confesar que el formato en que venía el texto era tan extraño que acabé por arrinconarlo y leerlo en papel, como toda la vida. Sin embargo, gracias a esta anécdota, ya veis que en aquel lejano septiembre de 2000 se conjuraron, sin que yo lo presintiese siquiera, Cervantes y las TIC, lo digital y lo clásico, este binomio que quince años después todavía no he logrado deshacer.

Más allá de esas circunstancias particulares, el Persiles es una novela solo recomendable a buenos lectores que, además, conocen la tradición literaria del momento y valoran una obra en su contexto. Lo digo porque a veces, los profes de literatura explicamos la novela bizantina, el género en el que se incluye esta obra, diciendo que eran relatos de aventuras, con personajes enamorados que luchaban contra su destino, que superaban mil pruebas y que siempre andaban saliendo de una para caer en otra. Tenemos nuestra parte de razón, pero deberíamos reconocer que la novela bizantina, como género, es aburrida para el lector actual. Aburrida por previsible, por artificiosa, por la desnudez psicológica de sus personajes, demasiado tópicos. Curiosamente, esa rigidez era la que animó a Cervantes a escribirla, como exigían los cánones literarios del momento, y a considerarla además su obra más perfecta, por encima del propio Quijote. Fue para Cervantes su testamento literario, un empeño en el que entregó casi su último aliento. Dice así en el Prólogo, escrito tres días antes de su muerte:

Puesto ya el pie en el estribo, 
con las ansias de la muerte, 
gran señor, ésta te escribo
Ayer me dieron la Estremaunción y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir (...)
Leí aquella novela hace quince años y me dejó un poso agridulce: también yo pensé que los profes de literatura me habían engañado prometiendo enredos que no llegaron a emocionarme, y no hallé en el Persiles esas aventuras divertidas y trepidantes que esperaba; sin embargo, como buen filólogo, comprendí que la literatura es también un juego del escritor con los lectores de su época, que Cervantes entregó en ese viaje a la perfección del Persiles toda su técnica narrativa en el mayor grado, que debía agradecerle que, 400 años después, yo pudiese sentirme un "lector normal" de aquellos años convulsos. Y sentí en aquel momento también un poco de pena por él, que hubiera preferido pasar a la fama por este Persiles y no por aquel Quijote que lo ha hecho inmortal.

P.D: Os recuerdo que en las redes, hasta fin de año, seguimos con Cervantes y las TIC en la segunda fase del proyecto Quijote News. Animaos a participar.

P.D. bis: Mi amigo Gorka ha empezado sus emisiones del Recreo, el podcast educativo que recoge en una de sus secciones (a partir del minuto 31) estas sesquidécadas.


08 septiembre 2015

Temporada de MOOC

Llega el inicio de curso y lo hace como siempre, con toda la intensidad con la que empiezan las cosas de aula: frenesí, vértigo, emoción, prisa, sueños, ilusiones... También empieza, para algunos, la hora de actualizarse, la hora de la formación. En la Escuela, la formación más efectiva, según he ido comprobando, es la que se hace entre iguales, sobre todo si se puede establecer una comunidad de aprendizaje en común que tenga suficientes elementos de contagio, es decir, que formador y alumno compartan intereses y desempeñen funciones similares. El problema de esta formación es que los docentes de aula no tenemos tiempo durante el curso para entrar en otras aulas o para que otros docentes entren a la nuestra (como ya he defendido hace muy poco). De ahí la necesidad de otro tipo de formación del profesorado: la que ofrecen los CEFIRE (CEP, CPR, etc.), la formación a distancia y, sobre todo, la autoformación, algo que hay que tener en consideración si tenemos en cuenta que todos los docentes somos personas con estudios universitarios y por ello potencialmente capaces de aprender por nosotros mismos. 
En este sentido, especial importancia cobra en los últimos tiempos la formación que ofrece el INTEF, bien sea a través de los cursos tutelados de Formación en Red o bien a través de los MOOC, cursos masivos y abiertos en red. Por suerte, he podido participar en ambas modalidades tanto de alumno como de tutor, y sé que tienen bastantes virtudes y algún que otro defecto. Entre las primeras están la posibilidad de conectar con muchos docentes en la red, el acceso a herramientas y recursos que pueden ser útiles para el aula, el seguimiento por parte de tutores que han puesto en práctica esas tareas, el trabajo en equipo... Quizá esta última virtud sea también fuente del principal defecto, la dificultad de organizar tareas en grupo desde un curso virtual, sobre todo por el escaso hábito de los docentes a la hora de trabajar en equipo. No obstante, la satisfacción personal tras mi experiencia como curador de contenidos en el #ABPMooc_INTEF, cuyos materiales siguen a vuestra disposición, me lleva a animaros a conocer estos MOOC, en los que uno puede marcarse sus propios objetivos y en los que el único compromiso es aprender y compartir, poniendo siempre un poco de voluntad. 

La oferta actual es la siguiente y podéis encontrar más información en el blog de Educalab del INTEF:
  • Enseñar y evaluar la competencia digital (2ª edición)
  • Entornos personales de aprendizaje (2ª edición)
  • Aprendizaje basado en proyectos (2ª edición)
  • Cómo introducir la programación y la robótica educativa en todas las materias
  • Uso Educativo de la Narración Digital
  • eTwinning en abierto (2ª edición)

01 septiembre 2015

Apología de la docencia compartida


Este inicio de curso viene cargado de novedades, sobre todo al hilo de la implantación de los nuevos currículos de Secundaria y Bachiller. Al margen de las cuestiones políticas, el desarrollo del currículo insiste en la aplicación de metodologías activas en el aula: trabajo por proyectos, clase invertida, uso de las TIC, fomento del trabajo en equipo... Es una exigencia curricular, con un apremio mayor que el que se vislumbraba en la LOE o en la LOGSE, donde aparecía como una declaración de intenciones algo difusa entre demasiados objetivos y criterios de evaluación. Esa exhortación al cambio metodológico viene también recogida en el BOE de enero de 2015, de modo que ni siquiera la derogación o paralización de la LOMCE debería servir de coartada para eludir nuestra obligación de revisar métodos y práctica docente.
No voy a hablar del trabajo por proyectos, porque de ABP podéis encontrar ya en este blog muchas reflexiones; tampoco hablaré de clase invertida, pues hay muchos colegas, como Manuel Jesús Fernández, compartiendo experiencias que os pueden servir de acicate y modelo. Voy a hablar de docencia compartida, una metodología no muy habitual que se puede combinar con todas estas otras novedades que van surgiendo. Aquí os hablaré desde mi experiencia personal, aunque podéis encontrar en la red materiales interesantes bajo otras perspectivas, como, por ejemplo, los recogidos en unas Jornadas sobre Docencia Compartida en Canarias.

Llevo desde el año 2008 poniendo en práctica la docencia compartida junto a Elena Cervero, una compañera de mi departamento de Lengua. Se trata de impartir clase en un aula los dos docentes de manera conjunta, sin desdoblar el grupo y sin segregar alumnos con dificultades. Aplicamos este método en los grupos de 2º de ESO, donde hay diversas posibilidades de atención a la diversidad: desdoble (dividir el grupo en dos mitades similares y homogéneas), grupos flexibles (segregar al alumnado con mayor dificultad en un grupo reducido) y docencia compartida. ¿Por qué optamos por esta última? Porque nuestro centro tiene grupos muy complejos con alto índice de fracaso y pensamos que las dos primeras opciones no satisfacían las necesidades reales del alumnado. Con la docencia compartida podemos articular una intervención más eficaz y versátil en todo momento; también permite convertir el aula en un gran taller polifuncional, algo que nos ha permitido llevar a cabo con éxito proyectos como "20 años después..."
Expliqué hace unos años las ventajas e inconvenientes de la docencia compartida. Pasado el tiempo sigo defendiendo la mayoría de ellas y añado algunas actualizadas:

  • Todas las decisiones que se toman en el aula han de ser consensuadas previamente, por lo que resulta difícil incurrir en fallos o cometer descuidos. 
  • Se toma conciencia de los aciertos y errores de cada uno de los profesores y se complementan sus habilidades. 
  • Se aceptan términos medios en metodologías dispares. 
  • Se establecen criterios de evaluación mucho más precisos a la hora de calificar. 
  • Se puede estar en varios sitios a la vez (uno se queda en el aula y el otro va a por material, por ejemplo) 
  • Nunca se pierde clase por falta de un profesor.
  • Se pueden manejar materiales distintos o trabajar distintas tareas en una misma clase. 
  • Se da respuesta inmediata a cualquier contingencia. 
  • Hay una mayor atención a la diversidad; por ejemplo, uno de los docentes puede atender durante más tiempo a un alumno con N.E.E. mientras el otro sigue el ritmo normal. 
  • Se pueden aplicar de manera inmediata y con mayor justicia las normas de convivencia; por ejemplo no hay que parar la clase si hay un alumno disruptivo, pues un docente lo acompaña fuera y llama en el mismo momento a la familia si es preciso. 
  • Hay menos liderazgo en las aulas y se 'democratiza' el espacio.
  • Se puede gestionar el aula como un taller de trabajo (ideal para el ABP)
  • Se puede dividir el aula en dos grupos separados si se necesita puntualmente.
También algunas dificultades siguen presentes, sobre todo las referidas a la falta de horas para coordinarnos fuera del aula, aunque el principal problema es que la administración nunca nos ha garantizado recursos para mantener esta metodología y tenemos que luchar por ella año tras año (para este curso que empieza, por ejemplo, por ser malos nos quedamos sin ello).

Llegados a este punto, debo aclarar que esta metodología está indicada sobre todo para 1º y 2º de ESO, donde muchos centros suelen (o solían) contar con horas de refuerzo para profesores de asignaturas instrumentales, generalmente, o para los planes de atención a la diversidad. También señalo que en nuestro caso somos dos docentes de la misma especialidad y con la misma responsabilidad en el aula, tanto para la docencia como para la evaluación. Me consta que hay experiencias similares con un profesor de secundaria y un maestro de Pedagogía Terapéutica; en esos casos, el reparto de roles sería distinto.
Para los que se planteen trabajar de este modo en sus aulas, ahí van algunas recomendaciones:
  • Los docentes implicados deben compartir, al menos, una misma visión de la Educación, teniendo claras las funciones del docente y las necesidades del alumnado.
  • Se necesita consensuar previamente los criterios de calificación, privilegiando el cumplimiento de las tareas sobre la nota de los exámenes.
  • Se debe reducir al mínimo la explicación teórica, pues la presencia de dos docentes garantiza que las dudas se resolverán en la medida en que se realizan las tareas. Importante: las tareas se realizan en el aula y se limitarán al mínimo los deberes para casa.
  • Los docentes actúan como supervisores de aula en igualdad de condiciones, aunque en alguna tarea puntual puedan asumir el control único en función de sus habilidades.
  • Hay que reservar horas (generalmente fuera de horario) para planificación, seguimiento y evaluación de los grupos compartidos.
  • La evaluación ha de ser siempre colegiada.
  • Trabajar dos docentes en el aula significa para los alumnos doble atención, no la mitad de trabajo para los docentes.
  • Es conveniente preparar alguna autoevaluación para monitorizar la práctica docente.
Como digo, llevamos siete años trabajando así y, en cuanto nos dejen de nuevo, volveremos a ello. Los alumnos del máster de secundaria que vienen a ver nuestras clases suelen llevarse una grata impresión, a la vez que se sorprenden porque no habían oído hablar nunca de esta posibilidad. Os animo a que lo probéis, sobre todo porque hay que abrir las puertas del aula y romper de una vez por todas con la imagen del profe como lobo solitario que soporta en silencio sus alegrías y tristezas a puerta cerrada.

Crédito de la imagen: 'compass04'

12 agosto 2015

Sesquidécada: agosto 2000

Dicen que el verano es tiempo ideal para leer libros largos, novelones a los que dedicar horas sin prisa, tiempo de best sellers intranscendentes si es preciso. En esta sesquidécada que recupera lecturas de agosto de 2000 también se reseña un novelón, aunque tiene poco que ver con un best seller. Se trata de Sombras sobre el Hudson, del premio Nobel Isaac Bashevis Singer. Si no recuerdo mal, llegué a esta obra por alguna reseña de Antonio Muñoz Molina, que en aquella época estaba muy centrado en la cultura judía (poco después publicaría Sefarad, una interesante novela sobre los sefardíes).

Sombras sobre el Hudson es más que una novela río, una novela océano, como apunta Eduardo Chamorro. Tanto el estilo como la trama recuerdan mucho a las novelas del siglo XIX. Bashevis Singer sustituye el Madrid de Galdós por la comunidad judía de Nueva York y ofrece un minucioso despiece de personajes y costumbres, por lo general marcados por el signo de un holocausto demasiado cercano. En mi caso, esta lectura me acercó a la cultura judía más allá de los guiños cómicos de las películas de Woody Allen, John Goodman en el Gran Lebowsky o la saga de El padre de la novia, que llegarían después. En alguna ocasión he vuelto a autores de este estilo, como Saúl Bellow, pero reconozco que me parecen más interesantes las visiones críticas o abiertamente cómicas, como la de El lamento de Portnoy de Philip Roth.

En cuanto a los novelones de verano, sigo manteniendo en parte esa costumbre. El verano pasado me atreví con Anna Karenina y ahora mismo estoy enfrascado en La broma infinita, de David Foster Wallace, otro de esos libros raros y largos que ponen a prueba a los lectores impenitentes. Por suerte, mi amigo Joselu retroalimenta mi lectura con la suya. A ver si llegamos ambos a buen puerto. 

29 julio 2015

Colaboración: recursos lexicográficos

Como bien sabéis, este blog no admite publicidad ni se sostiene con patrocinadores. Eso permite que las publicaciones sean producto exclusivo de mis intereses y manías. Sin embargo, tampoco he dudado nunca en promocionar libros o páginas que me han parecido interesantes. Hace unos meses, me enviaron desde Okodia, una web dedicada a la traducción, un artículo en el que explicaban qué recursos lexicográficos usaban frecuentemente. Me lo enviaban sin ningún compromiso, pensando que encajaba en la línea de este blog y que podría hacerles algo de promoción sin resultar invasivo. Les dije que lo pensaría y que quizá los meses de verano eran el mejor momento para este tipo de colaboración. De modo que os dejo a continuación ese artículo y vosotros veréis si os resulta útil.

Recursos útiles para profesores

En la imagen de cabecera de este interesante blog Re(paso) de lengua leemos que está dedicado especialmente a los profesores de lengua y literatura. Nosotros también queremos aportar nuestro granito de arena a esta “Cueva de Ali Babá” y compartir con sus lectores algunos de los recursos web que nosotros utilizamos en nuestro trabajo diario como traductores. Esperamos que os sean tan útiles como a nosotros. ¿Empezamos?

Los imprescindibles diccionarios
¿Qué sería de un profesional de la lengua (o de un traductor) sin una herramienta tan clásica como es un diccionario? 

Afortunadamente ya hemos dejado atrás esos días en que teníamos que acarrear no uno, sino dos y tres gordísimos diccionarios en nuestra cartera. Una de las maravillosas ventajas de las TIC es que nos permite “llevar puesto” nuestro diccionario favorito. 

Como te imaginarás, los traductores utilizamos diccionarios muy diversos, depende del proyecto y el idioma en el que estemos trabajando en cada momento. En las traducciones no especializadas los siguientes podrían ser nuestros “imprescindibles”: 

DRAE

El diccionario de la Real Academia de la Lengua en línea. Todavía no está disponible la última edición publicada en octubre del 2014 –la 23ª- pero la anterior es perfectamente válida para comprobar rápidamente las distintas definiciones de ese término que estamos traduciendo o, en vuestro caso, enseñando. Esta interesante herramienta se puede consultar a través de la página web de la RAE: www.rae.es o bajar directamente una app gratuita en nuestro móvil inteligente: 
Diccionario Inglés/Español
Hoy en día es completamente imposible impartir clases de lengua y literatura sin contar con un buen recurso que nos permita verificar una traducción al llamado idioma universal, el inglés. En nuestra empresa de traducciones manejamos distintos diccionarios generales para verificar rápidamente la traducción de un término. No te fíes de todos los diccionarios en línea gratuitos que existen. Como sabes la traducción que nos ofrecen muchos de ellos (incluido el todopoderoso Google Translate) es, como mucho, orientativa. Nuestro favorito, con diferencia, es Linguee. ¿Lo conoces? Es muy útil para comprobar la traducción de un término o una frase concreta. Su dirección: www.linguee.es

Diccionario de términos jurídicos de la UNED

Como te imaginarás, conocer todos y cada uno de los términos, giros y frases hechas de la legislación española, europea e internacional sería una auténtica locura, así que nuestros traductores jurados guardan bajo la manga diferentes herramientas que les ayudan en su trabajo. Una de estas herramientas es el diccionario o enciclopedia jurídica de la Universidad de Educación a Distancia. No contiene todos los términos que un traductor jurado utiliza en su trabajo, pero sí los suficientes para empezar. Es una herramienta interesante para ti, profesor, si estás trabajando en clase algún texto relacionado con la justicia. La dirección: www.uned-derecho.com/diccionario/
Además, si trabajas en la Comunidad Autónoma Catalana te puede ser de utilidad apoyar este recurso con este otro: Terminología jurídica y administrativa español>catalán

Enciclopedias: los compendios del saber
Que levante la mano el profesor que nunca ha consultado una enciclopedia ¿Hay alguien? ¿No, verdad? A pesar de que los grandes buscadores de Internet nos permiten acceder en un segundo a miles de artículos sobre un tema concreto, guardar en la recámara una o dos enciclopedias rigurosas y fiables es – debería ser – una asignatura obligatoria para los profesionales de la docencia y, también, de la traducción. Existen cientos de enciclopedias de calidad en la inmensa red de redes. Esta es nuestra selección: 

Enciclopedia Británica
Para muchos docentes la famosa Encyclopedia Britannica es la mejor del mundo. Quizá sea una exageración, pero sí que es cierto que esta prestigiosa publicación ha sabido adaptarse estupendamente al avance de las tecnologías de la información y la comunicación. Este recurso es uno de los favoritos de nuestro equipo de traducción sobre todo por la alta calidad de los miles de artículos que almacena. Aquí te dejamos su enlace: www.britannica.com/

Wikipedia
1000 millones de usuarios satisfechos no pueden equivocarse, ¿verdad? La enciclopedia libre Wikipedia nació en el año 2011 de la mano de dos visionarios del mundo web, los norteamericanos Jimmy Wales y Larry Sanger. Basada en el concepto de software libre y accesible, Jimmy y Larry pusieron los cimientos de la que hoy es una de las herramientas de trabajo imprescindibles para numerosos sectores laborales, incluidos los profesores de lengua y literatura. Seguro que conoces más que de sobra su enlace web, pero por si acaso: http://es.wikipedia.org

Para tus estudiantes también existen enciclopedias similares a Wikipedia pero más adaptadas a su edad. Un par de ejemplos de calidad:
  • Vikidia: Especialmente adaptada para niños de edades comprendidas entre los 8 y los 13 años. Hoy por hoy contiene cerca de 4.000 artículos de diferentes temáticas y sigue creciendo. 
  • Kalipedia (Tareas y más):  Una interesante enciclopedia electrónica creada para alumnos de 12 a 16 años. Su compendio de recursos sobre lengua y literatura no está nada mal. ¿La única pega?: no es gratuita. 
Cajón de sastre

Además de los diccionarios y las enciclopedias, los traductores de nuestra agencia utilizan habitualmente otras herramientas lingüísticas para consultar dudas concretas en español. Esta es nuestra favorita:

FUNDEU

La Fundación del Español Urgente es uno de los mejores portales sobre lengua castellana en Internet. Cada día encontraremos artículos cortos, concretos y muy interesantes sobre los términos más actuales. El llamado “buscador urgente de dudas” nos ofrece la oportunidad de enviar nuestras consultas sobre cualquier término, expresión o giro idiomático y, lo mejor, recibir una respuesta rápida y útil. Puedes acceder a este recurso a través de la dirección: www.fundeu.es o bien descargar su aplicación en iTunes  o en Google Play.

Recursos útiles para traductores, recursos útiles para profesores de lengua y literatura y es que, en definitiva, todos trabajamos con lo mismo: con esas humildes y poderosas palabras, ¿verdad?