08 marzo 2013

Sesquidécada: marzo 1998

Una sesquidécada que se publica el Día de la Mujer ha de tener necesariamente como protagonistas a las mujeres. Allá por marzo de 1998, mis ocupaciones lectoras seguían centradas en la literatura conventual femenina, lo que me llevó a descubrir numerosas escritoras interesantes. Si os apetece conocer algunas de las poetisas más destacadas de los siglos de oro, podéis hallarlas en una antología preparada por Ana Navarro en la editorial Castalia. Sin embargo, en esta sesquidécada me quiero centrar en dos autoras muy especiales. La primera es Sor Marcela de San Félix, una artista de primera categoría que quedó eclipsada por tres circunstancias: ser mujer, encerrarse en un convento y ser la hija de Lope de Vega. Probablemente de no haber concurrido esas condiciones (sobre todo la primera), hoy figuraría en muchos más repertorios bibliográficos. Aunque su poesía amorosa tiene una orientación divina como ocurre en los autores místicos, es fácil ver que su sensibilidad artística y su técnica versificatoria está a la altura de otros tantos poetas de la época. Os ofrezco un fragmento de uno de sus poemas amorosos, pero en Internet podéis acceder a la obra completa recopilada por Electa Arenal y Georgina Sabat de Rivers, así como a diversos estudios sobre su producción poética:


Pues no puedo callar
    ni hablar tampoco puedo,
    entre callar y hablar
    desahogarme intento.
         Y callando lo más   
    y diciendo lo menos,
    podré cumplir en parte
    con estos dos afectos.
         Yo me abraso de amores,
    sin duda yo me quemo, 
    que me ha llegado así
    un infinito fuego.
         De cerca pudo herirme
    si bien estaba lejos,
    y en calor tan activo  
    se deshizo mi hielo.
         Es el amante mío
    fino por todo estremo,
    y agora, por mi dicha,
    ha dado en estar tierno. (...)


Dejo a imaginación de los lectores completar el contexto de producción de estos poemas, a cargo de una joven, hija de Lope de Vega y Micaela de Luján, enclaustrada a la edad de 16 años y que llegaría a ser en su vida "tres veces madre superiora, maestra de novicias, provisora, refitolera y gallinera". Probablemente, lo más jugoso de su producción habrían sido sus escritos autobiográficos, quemados antes de su muerte a instancias de su confesor.
ADDENDA 10/03/13:
Referencia al cuadro del entierro de Lope de Vega con Sor Marcela en la celosía del convento
Artículo de Espido Freire sobre Sor Marcela
Artículo de 1957 en el ABC de Sevilla sobre Sor Marcela



La segunda autora en esta femenina sesquidécada es Sor Juana Inés de la Cruz, una figura muy reconocida y reivindicada desde el ámbito de la lucha por los derechos de la mujer, una figura que casi todos coinciden en señalar como una de las primeras feministas en lengua castellana. Sus poemas más combativos son tan famosos que incluso nuestros alumnos del proyecto #piensamelamor están trabajándolos, pero no es tan conocida su faceta como dramaturga. En marzo de 1998 pude leer su obra Los empeños de una casa, una comedia de enredo y con intriga amorosa. Una vez más, al igual que ocurría con Sor Marcela de San Félix, sorprende la capacidad de estas mujeres de presentar una identidad tan 'mundana' en ese contexto recluido desde el que ejercían su voz pública. Para el lector actual es todo un reto tratar de leer entre líneas las inquietudes que estas mujeres podían filtrar a través de sus obras. Es un reto adivinar si existen mensajes en clave para todas esas otras mujeres silenciadas a las que podían llegar con sus escritos. Quienes deseen acceder a esta comedia, pueden encontrar una versión digital anotada y otra descargable en formato PDF. Creo que, cuatro siglos más tarde, estas mujeres aún tienen mucho que decir.

22 febrero 2013

De absentismo


El diálogo es un género literario que se remonta a la Antigüedad Clásica. Ha tenido distintos usos y variantes, desde la filosofía a la didáctica de las lenguas. En algunas épocas se utilizó también como instrumento de crítica social, con ejemplos brillantes como Luciano de Samósata o los hermanos Valdés. En otras ocasiones es tan solo un ejercicio retórico.


Diálogo de TÁCITO y NUMERIO

TÁCITO: Por aquí viene mi amigo Numerio.
NUMERIO: Hola, Tácito. Ven conmigo que quiero invitarte.
TÁCITO: Muy feliz te veo, Numerio. ¿Van mejor las cosas de palacio?
NUMERIO: Pues sí. Precisamente acabamos de publicar los datos de absentismo escolar. Lo hemos reducido en más de diez puntos porcentuales.
TÁCITO: Es un buen motivo para estar contento. ¿Qué habéis hecho: conceder ayudas para la conciliación laboral, promover talleres de formación familiar, aplicar programas de integración, cursos de formación intercultural... ?
NUMERIO: Sí, sí... esas teorías están bien, pero nosotros tenemos nuestros atajos: notificación de servicios sociales y un policía que se presenta en casa del chaval y avisa de que si no lo mandan al cole les pondrán multa y le retirarán ayudas. No falla, ya ves las cifras.
TÁCITO: Pero, ¿no crees que esa solución es un tanto precaria? ¿Crees que mandar al cole a los niños bajo amenaza sirve para educarlos?
NUMERIO: Educarlos no sé, pero ya no son absentistas. Las cifras son las cifras. 
TÁCITO: Al menos los mandarán con material escolar, ¿no? 
NUMERIO: No me consta. Nosotros no podemos vigilar si van con libros o no. Harían falta decenas de asistentes sociales para eso. El policía y la amenaza son más baratos.
TÁCITO: No quiero imaginarme qué ocurrirá en los coles e institutos cuando se llenen las aulas de jóvenes que van a la fuerza y sin ningún estímulo familiar para aprovechar el tiempo.
NUMERIO: Bueno, siempre les queda la opción de expulsarlos si se portan muy mal. Las familias ya saben que el asistente y la policía no les dirán nada si el niño está en casa con un parte de expulsión. 
TÁCITO: Pero eso es terrible.
NUMERIO: No se lo digas a nadie, pero ellos ya se saben el truco: cuanto más gorda montes la bronca, más tiempo te expulsan y menos te molestan los servicios sociales.
TÁCITO: No sé, Numerio, a mí todo esto me parece un poco hipócrita: conseguir que vayan a la escuela para que los expulsen. ¿Para qué preocuparse entonces ahora por el absentismo?
NUMERIO: Mira, Tácito, en los tiempos de bonanza nadie ponía en evidencia las cifras de absentismo ni las del fracaso escolar. Como había faena, que un chaval dejase el instituto para irse a la obra era casi un motivo de orgullo para todos. Pero ahora, con la crisis, a todos les ha dado por echar la culpa al fracaso y al abandono. Hay que bajar las cifras sea como sea. 
TÁCITO: Pero esas medidas no solucionan el abandono ni mejoran el éxito...
NUMERIO: Siempre viviendo en la utopía, Tácito... Las medidas en las que estás pensando cuestan dinero. Con las nuestras hemos conseguido mejoras estadísticas. Si dentro de unos años hay que revisar la estrategia, se revisa y ya está.
TÁCITO: Amigo Numerio, ojalá tengas razón, pero me temo que la realidad no se acomoda a las cifras, sino al contrario. Es más, estás hablando de cifras y detrás de cada uno de esos números hay una vida y un futuro. Quizá estáis alimentando un monstruo que algún día nos devorará. 
NUMERIO: No exageres. En nuestra época hemos visto cosas peores en la escuela, la palmeta, el capón, el tirón de orejas, cuarenta en clase... Además, la gente de bien siempre contará con la opción de buscar un colegio o instituto más tranquilo. A nadie decente se le cerrarán esas puertas.
TÁCITO: Quieres decir que no se le cerrarán puertas a quien pueda pagarse la llave, ¿no?
NUMERIO: Querido Tácito: Dios aprieta, pero no ahoga. Ya hablaremos dentro de unos años.
TÁCITO: Sí, Numerio, hablaremos y recordaremos tus palabras y las mías. Lástima que en estos tiempos las palabras tengan tan poco valor como memoria.

14 febrero 2013

Amor y PQPI

El amor, ay, el amor... Para que asome alguna alegría hay que sufrir muchas tristezas y desengaños. Mi relación con el grupo del PQPI representa muy bien la ponzoña de la que hablaba Góngora: "Amor está de su veneno armado, / cual entre flor y flor sierpe escondida". En lo que llevamos de curso hemos tenido numerosos desengaños de los que hablaré algún día, cuando serene el espíritu; las alegrías han sido escasas, pero intensas, como la participación en #poema27 con poemas grabados en clase o sus redacciones sobre la reencarnación.
Pero en el día de #sanpiensamelamor, el grupo y yo nos hemos reconciliado y volvemos a ser una pareja al  más puro estilo Pimpinela. A ver cuánto nos dura.

10 febrero 2013

Sesquidécada: febrero 1998


El teatro del Siglo de Oro es un referente continuo en mis lecturas filológicas y ya ha aparecido en alguna sesquidécada. Al igual que ocurre con los romances, la comedia abarca un universo que parece inagotable: aventura, pasión, celos, ambición, humor y muerte. Siempre he imaginado al espectador de aquel teatro como un híbrido de lo que hoy son los apasionados del cine y los forofos del fútbol. Ya sé que no todas las obras barrocas están pensadas para ese público ruidoso de ebrios mosqueteros y matronas festivas, pero me gusta pensar que incluso en las comedias más morales habría quien hallase un punto lúdico que justificase pasar una tarde de teatro en el corral. 
En febrero de 1998 leí, entre otras, dos obras que podrían representar bien el alfa y el omega de este teatro áureo. Por un lado El cerco de Numancia, de Cervantes y por otro Los cabellos de Absalón, de Calderón de la Barca. Mientras la primera podría ubicarse en el nacimiento de lo que hoy llamamos la 'comedia nacional, la segunda se sitúa en la cima del teatro barroco, y a partir de ella comenzará su declive y extinción.

La Numancia se corresponde con las postrimerías del teatro renacentista, anclado en las normas aristotélicas y sujeto a sus unidades de acción, tiempo y lugar. Cervantes construye una tragedia en cinco actos plagada de muerte y desolación, con un deseo ferviente de provocarnos la catarsis, pero a nuestros ojos es una obra que no conmueve, que se queda a mucha distancia de historias como Fuenteovejuna, mucho más cercanas a las emociones del espectador. Cervantes tuvo clavada durante mucho tiempo la espinita del fracaso como dramaturgo, sobre todo cuando alguien hacía lo que yo acabo de hacer, compararlo con el exitoso Lope. Solo al final de su vida entendió que había prestado más atención a Aristóteles que a los ansiosos espectadores de su época. 

Tras el huracán teatral de Lope, será Calderón quien lleve el teatro a su máximo esplendor. En alguna ocasión he mencionado que la crítica ha sido injusta con el pobre Calderón, a quien acusan de dogmático, serio o austero por oposición a la desmesura lopesca. Sin embargo, las obras de Calderón tienen una perfección formal difícil de igualar. Incluso sus obras más complejas, las que parten de la historia o la tradición bíblica para moralizar sobre su tiempo, tienen una trama escénica que cautiva al lector y lo mantiene en vilo hasta el final. En el caso de Los cabellos de Absalón, los personajes bíblicos de Tamar, Amón y Absalón son el eje para reflexionar sobre la ambición humana y sobre el engaño basado en una interpretación errónea de los vaticinios -algo que emparenta esta obra con La vida es sueño-. Absalón, a partir de estas palabras: "Ya veo / que te ha de ver tu ambición / en alto por los cabellos", interpreta lo siguiente: "Luego justamente infiero, / pues que mis cabellos son/ de mi hermosura primeros / acreedores, que a ellos deba / el verme en el alto puesto; / y así, vendré a estar entonces / en alto por los cabellos.". Su vanidad, arrogancia y ambición lo llevarán a la guerra, al asesinato, al incesto y a su fin trágico ahorcado por su propio cabello, un cuadro final que servirá para que el público comprenda que no hay error sin castigo. 

Soy consciente de que esta sesquidécada es un bocado casi exclusivo para filólogos, de modo que aún me atreveré a mencionar otra obra muy alejada en tiempo, género y tema de las anteriores, pero también destinada a un lector con cierto conocimiento de los ambientes universitarios. Se trata de la novela de David Lodge, El mundo es un pañuelo, una narración de enredo protagonizada por profesores visitantes y que constituye una crítica más o menos amable de ese extraño mundillo de favores y rencores. Recuerdo que me resultó una novela divertida que me provocó más de una risa, quizá porque todavía tenía muy presentes los entresijos de la vida en la facultad, los congresos y las disputas de eruditos. Tal vez ahora me resultase muy muy lejana, más incluso que Calderón.

02 febrero 2013

Vuelven los 60


Tengo abandonados a mis grupos de 2º de ESO en las notas de este blog, a pesar de que suelen ser protagonistas habituales de muchas de las actividades que más alegría generan. Son grupos bulliciosos y con perfiles difíciles, en los que trabajo con mi compañera de departamento, Elena Cervero, la docencia compartida desde hace varios años. Por segundo año consecutivo, en estos grupos desarrollamos actividades ligadas al Plan Lector de centro que, con loables y contadas excepciones, sigue siendo un proyecto que pocos docentes asumen como propio, necesario y útil, incluso recordando que se trata de una exigencia legal. En este sentido, la revista de centro funcionaba como un elemento integrador que daba sentido a actividades interdisciplinares. Los recortes de personal y la ampliación de la dedicación horaria dejan muy poco tiempo para actualizar el blog y la web de la revista y mucho menos para dinamizar la redacción de artículos. No obstante, seguimos con el proyecto de la revista Riu Sec aunque sea bajo mínimos. 
En este curso, con motivo de los 50 años del primer disco de los Beatles, hemos tomado como hilo conductor los años sesenta. Como en el primer trimestre trabajamos a fondo el texto expositivo, vimos ese pequeño documental -que encabeza esta nota- sobre la moda de los sesenta y luego les propusimos la elaboración de un trabajo sobre diversos aspectos de los sesenta. Este texto se elabora en el aula y en la biblioteca, tutelando tanto la escritura como la búsqueda de información, lo que nos lleva unas cuatro o cinco sesiones. Tanto los borradores como el texto final en limpio se pegan en la libreta (en algunos casos se animan a entregarlo en formato digital). El trabajo culmina con la elaboración de presentaciones, realizadas en un par de sesiones en el aula de informática. No todos los alumnos llegan a esta fase final; el absentismo frecuente o el 'olvido' del material son inconvenientes insalvables.
Con estos proyectos constatamos las severas carencias que tiene el alumnado del primer ciclo de ESO (y niveles más altos) para planificar, seleccionar, organizar y presentar información. Incluso aquellos que 'tienen buenas notas' reconocen que ante este tipo de trabajos suelen ir a la wikipedia y copiar sin más lo que se les pide. En nuestro caso, la conclusión debía incluir una reflexión acerca de lo que habían aprendido: la tendencia general es pensar en términos de contenidos, es decir, qué han aprendido sobre los sesenta; pocos son capaces de alzarse al marco de los procedimientos y reconocer que han aprendido a buscar, sintetizar y exponer sus conocimientos.
Podéis ver las presentaciones de los alumnos en el blog de 2º ESO. También tenéis a vuestra disposición la ficha de la actividad (y la del año pasado sobre las bibliotecas).

22 enero 2013

Callejeros por Campos de Castilla

La dehesa, Ágreda
Llevamos un par de años acompañando a nuestros alumnos a la calle para que se conviertan en ‘Callejeros literarios’. Durante este curso mantenemos la tercera edición de este proyecto que ha establecido vínculos entre el aula y la geografía urbana, una edición a la que ya se han sumado numerosos centros educativos de distintos niveles. Pero también este año hemos querido homenajear al poeta Antonio Machado con motivo del centenario de la publicación de Campos de Castilla, una de sus obras más relevantes. No era fácil que los alumnos saliesen del aula para vagar por esa ancha Castilla y por ello planteamos que ese ‘Paseo con Antonio Machado’ fuese un viaje simbólico, una recreación audiovisual a través de la lectura de sus poemas. En esta propuesta nos hemos encontrado también con viajeros que se han subido al tren machadiano y han decidido regalarnos su trabajo en el aula para compartirlo con todos vosotros. Queremos agradecer a los participantes de uno y otro proyecto el esfuerzo que dedican a sus alumnos y también la disposición para embarcarse en aventuras que exigen tiempo paciente y espíritu sosegado, algo difícil de hallar en estos días de furia. Y si alguien todavía se siente con ganas, los formularios para inscribirse siguen abiertos hasta final de marzo, aunque podéis enviar los trabajos hasta mayo. ¿No os apetece un paseo literario?

CENTROS PARTICIPANTES: UN PASEO CON ANTONIO MACHADO
  1. CEIP Inocente Martín, Villamayor de Calatrava (Ciudad Real)
  2. IES Aurora Picornell, Palma de Mallorca, (Illes Balears) 
  3. Colegio Escolapias Gandía (Valencia) 
  4. Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología Sul- Riograndense, Pelotas, RS, (Brasil) 
  5. IES Burdinibarra BHI, Trapagaran (Bizkaia)
  6. Col·legi Salesià Sant Josep, Barcelona (Barcelona) 
  7. CEPA Colmenar Viejo, Colmenar Viejo (Madrid)
  8. IES Bovalar, Castelló de la Plana (Castellón)
  9. IES Santiago Apóstol, Almendralejo (Badajoz) 
  10. IES Pablo Neruda, Castilleja de la Cuesta (Sevilla)
  11. IES Bembézar, Azuaga (Badajoz) 
  12. IES Pedro Antonio de Alarcón, Guadix (Granada)
  13. IES Marqués de Manzanedo, Santoña (Cantabria)
  14. IES San Isidoro, Sevilla (Sevilla)
  15. Escola San Felipe Neri, Barcelona (Barcelona)
  16. Institut Roquetes, Roquetes (Tarragona)
  17. Agora Portals, Calviá (Illes Balears)
  18. IES Floridablanca, Murcia (Murcia)
  19. IES Basoko, Pamplona (Navarra)
  20. CPR Luis Vives, Ourense ( Ourense)
  21. INS Castellar, Castellar del Vallès (Barcelona)
  22. INS Hug Roger III, Sort (Lleida)
  23. IES Son Rullán, Palma de Mallorca (Illes Balears)
  24. Colegio Cardenal Larraona, Pamplona (Navarra)
  25. Colegio Helios, L'Eliana (Valencia)
  26. IES V Centenario, Sevilla (Sevilla)
CENTROS PARTICIPANTES: CALLEJEROS LITERARIOS
  1. Colegio Maestro Ávila, Salamanca (Salamanca)
  2. IES Heliópolis, Sevilla (Sevilla)
  3. IES Virgen de la Soledad, Pilas (Sevilla)
  4. Universidad Pública del País Vasco, San Sebastián (Gipuzkoa) 
  5. IPEM nº 158. Leopoldo Lugones, Oncativo (Argentina)
  6. IES Floridablanca, Murcia (Murcia)
  7. Colegio Amor de Dios, Madrilejos (Toledo)
  8. IES San Isidoro, Sevilla (Sevilla)
  9. IES Navarro Santafé, Villena (Alicante)
  10. IES Sanje, Alcantarilla (Murcia)
  11. Colegio Apostolado, Ceceña (Cantabria) 
  12. Institut Escola Turó de Roquetes, Barcelona (Barcelona)
  13. IES Zoco, Córdoba (Córdoba)
  14. IES Ramón Arcas Meca, Lorca (Murcia)
  15. Colegio la Inmaculada, Ponferrada (León)
  16. Institut Premià de Mar (Barcelona)
  17. IES Rafael Campalans, Anglés (Girona)
N.B: Si por alguna circunstancia hubieses mandado tus datos y no apareces en la lista, ponte en contacto con nosotros para que te incluyamos en el proyecto.

15 enero 2013

Sesquidécada: enero 1998

Hace ahora quince años, comencé 1998 inmerso en el Siglo de Oro, una época muy bien sintetizada en un ensayo de Bartolomé Bennassar que leía por aquellos días, La España del Siglo de Oro, y que considero muy recomendable para quienes busquen un acercamiento general a la sociedad y cultura en la que se forjaron las mejores obras de nuestra literatura. En aquellos días, me afanaba con numerosas lecturas centradas en ese periodo y, básicamente, con dos frentes abiertos. Uno de ellos, la imagen de la mujer en la literatura del Siglo de Oro, ya ha ocupado las últimas sesquidécadas. El otro caballo de batalla fue un estudio sobre los gitanos también en la literatura áurea; como ya expliqué, este estudio correspondía a un curso de doctorado sobre 'Minorías y literatura en los siglos de oro', dirigido por Julio Alonso Asenjo, quien un tiempo después se convertiría en el mentor de mi inacabada tesis doctoral. 

A partir de aquellas lecturas, surgió en mí un interés creciente por los límites de lo literario, por esos subgéneros que en muchas ocasiones han sido ignorados por la crítica a pesar de contar en su día con gran público (el caso de los diarios, de la literatura conventual, de entremeses costumbristas, de relaciones de sucesos...). En enero de 1998 leí dos ensayos de carácter general sobre los gitanos, uno de J.P.Clébert y otro de J.P.Liégeois, pero la monografía más interesante fue una obra de Bernard Leblon: Les Gitans dans la littérature espagnole. Gracias a él descubrí, por ejemplo, la constante aparición de gitanos en obras teatrales breves, en la comedia barroca y en buena parte de los textosa de Cervantes, por ejemplo en Pedro de Urdemalas o en la clásica novela ejemplar La Gitanilla, que a pesar del nombre no era gitana auténtica.

Para quienes deseen acercarse al tema, publico ahora aquel trabajo que aborda de una manera muy somera aspectos antropológicos, culturales y literarios de la cultura gitana, junto con la reseña de la citada obra de Leblon en forma de anexo. Seguro que a estas alturas hay bibliografía más reciente, pero creo que puede resultar interesante para tener una visión global y para curiosear sobre unos textos descatalogados y difíciles de hallar. Para mí fue un trabajo sumamente enriquecedor en el que aprendí muchísimas cosas sobre una cultura con la que tengo que convivir a diario en las aulas.

04 enero 2013

Nuevo Auto de los Reyes Magos


MELCHOR: Pajecico, por ahí llega Gaspar.
GASPAR: Hola, Melchor. ¡Cuánta alegría!
MELCHOR:  Qué solitario vienes. ¿No traes paje?
GASPAR: Mi paje era interino, ya sabes...
MELCHOR: ¡Vaya! A la fin, tendremos que acarrear nosotros con los bártulos a las espaldas.
GASPAR: Y tú, ¿por qué llevas ese cartel de 'Compro oro'?
MELCHOR: Hombre, sin paga extra tendré que pluriemplearme, ¿no?
GASPAR: Pues sí. Mira, ¿aquel que viene por allí caminando no es Baltasar?
MELCHOR: Eso parece.
BALTASAR: Salud, amigos.
MELCHOR: ¿Y el camello? ¿Y los regalos?
BALTASAR: No preguntes, que estoy aquí de milagro. Me pilló el 14 de noviembre atravesando los reinos de Aragón y, en un tumulto, a mi paje le saltaron un ojo. Cuando fui a protestar, me requisaron la mercancía; como no llevo papeles, me han tenido encerrado casi un mes. Tuve suerte de que indultaran a tres corruptos y a dos mossos que estaban en mi módulo. Al verme cargado de pedrería pensaron que iba con ellos y me soltaron.
GASPAR: ¡Qué movida!
MELCHOR: No sé dónde vamos a llegar...
BALTASAR: Menudo añito llevamos. No me atrevo ni a ponerme enfermo.
GASPAR: No me extraña, con ese color...
BALTASAR: Ya estamos...
MELCHOR: ¿Y qué me decís de las cartas de este año?
GASPAR: ¡Uuuyy!, calla, calla. Yo las he dividido entre los que piden víveres y los que suplican les caiga alguna desgracia a políticos y banqueros.
MELCHOR: Por no hablar de la sobrecarga de trabajo: mira, solo con la F, por ejemplo, tengo miles de cartas de funcionarios, de farmacéuticos, de ferroviarios...
BALTASAR: Madres que piden transporte escolar, jubilados que lloran el cierre de un ambulatorio, hijos que demandan ayuda para dependientes, estudiantes que piden profesores... Lo más duro son esos niños que se conforman con que les llevemos una sonrisa.
GASPAR: Pues oíd esta que me he guardado: "Apreciado colega: Solo pido un safari por África que dure hasta que acabe la crisis. Si no puede ser, por lo menos llévate a mi yerno".
BALTASAR: ¡Eh, mirad! Por ahí viene el ángel a anunciarnos algo.
MELCHOR: Lleva el BOE debajo del ala.
GASPAR: ¡Lagarto, lagarto!
ÁNGEL: Sabios y regios señores. Tengo que comunicaros que no hay presupuesto ni para I+D ni para magias, así que tan sabios como son habrán de buscar nuevos mercados en el extranjero. Me dicen de arriba que para no cerrar el servicio este año podemos probar con un ERE, así que arréglenlo ustedes. Solo hay dietas para dos reyes, y nada de camellos ni pajes.
BALTASAR: Pero, ¡eso no puede ser! ¡Somos un servicio público, un derecho conseguido por nuestros padres y abuelos a lo largo de siglos de lucha! No lo consentiremos, ¿verdad, colegas...? ¿Verdad...? ¿Por qué calláis? ¿Por qué me miráis así?

Crédito de la imagen: 'A game of Chess'