
Pues no puedo callar
ni hablar tampoco puedo,
entre callar y hablar
desahogarme intento.
Y callando lo más
y diciendo lo menos,
podré cumplir en parte
con estos dos afectos.
Yo me abraso de amores,
sin duda yo me quemo,
que me ha llegado así
un infinito fuego.
De cerca pudo herirme
si bien estaba lejos,
y en calor tan activo
se deshizo mi hielo.
Es el amante mío
fino por todo estremo,
y agora, por mi dicha,
ha dado en estar tierno. (...)
Dejo a imaginación de los lectores completar el contexto de producción de estos poemas, a cargo de una joven, hija de Lope de Vega y Micaela de Luján, enclaustrada a la edad de 16 años y que llegaría a ser en su vida "tres veces madre superiora, maestra de novicias, provisora, refitolera y gallinera". Probablemente, lo más jugoso de su producción habrían sido sus escritos autobiográficos, quemados antes de su muerte a instancias de su confesor.
ADDENDA 10/03/13:
Referencia al cuadro del entierro de Lope de Vega con Sor Marcela en la celosía del convento
Artículo de Espido Freire sobre Sor Marcela
Artículo de 1957 en el ABC de Sevilla sobre Sor Marcela
ADDENDA 10/03/13:
Referencia al cuadro del entierro de Lope de Vega con Sor Marcela en la celosía del convento
Artículo de Espido Freire sobre Sor Marcela
Artículo de 1957 en el ABC de Sevilla sobre Sor Marcela

La segunda autora en esta femenina sesquidécada es Sor Juana Inés de la Cruz, una figura muy reconocida y reivindicada desde el ámbito de la lucha por los derechos de la mujer, una figura que casi todos coinciden en señalar como una de las primeras feministas en lengua castellana. Sus poemas más combativos son tan famosos que incluso nuestros alumnos del proyecto #piensamelamor están trabajándolos, pero no es tan conocida su faceta como dramaturga. En marzo de 1998 pude leer su obra Los empeños de una casa, una comedia de enredo y con intriga amorosa. Una vez más, al igual que ocurría con Sor Marcela de San Félix, sorprende la capacidad de estas mujeres de presentar una identidad tan 'mundana' en ese contexto recluido desde el que ejercían su voz pública. Para el lector actual es todo un reto tratar de leer entre líneas las inquietudes que estas mujeres podían filtrar a través de sus obras. Es un reto adivinar si existen mensajes en clave para todas esas otras mujeres silenciadas a las que podían llegar con sus escritos. Quienes deseen acceder a esta comedia, pueden encontrar una versión digital anotada y otra descargable en formato PDF. Creo que, cuatro siglos más tarde, estas mujeres aún tienen mucho que decir.