28 septiembre 2011

Sesquidécada: septiembre 1996

Algunos de vosotros ya sabéis la facilidad que tengo para ilusionarme con proyectos y actividades en los que se pueda aprender algo. Podéis imaginar, pues, lo que supuso de revelación la carrera de Filología, tan vasta, tan llena de vericuetos y erudiciones, tan diversa y estimulante (eso sí, siempre alejada de la enseñanza docente y sus secretos, como si uno siempre fuese a ser el eterno estudiante...). Digo lo anterior sin ironía (excepto el paréntesis, claro), ya que viví todos los comienzos de curso con la ilusión de un niño con zapatos nuevos.
Revisando las lecturas de septiembre de 1996, me descubro también como alguien previsor que, antes de que comiencen las clases ya se había tragado monumentales monografías sobre el Romanticismo, el Realismo y Naturalismo, que iban a ser asunto prioritario en aquel curso. Así aparecen manuales de Joan Oleza (La novela del XIX: del parto a la crisis de una ideología), de Arcadio López Casanova (La poesía romántica), así como antologías diversas del costumbrismo o la crítica literaria del momento.
Todos aquellos discursos teóricos se los llevó la marea del tiempo y son joyas arqueoliterarias que uno puede consultar en la red con ciertas limitaciones. A mi parecer, la Universidad está aún más lejos de la realidad que los institutos, y mantiene un celo injustificado sobre sus publicaciones, rara vez disponibles para el público general o para los estudiosos que vivimos al margen de las Facultades. Salvo contadas excepciones -que las hay-, apenas he encontrado profesores universitarios de mi especialidad en la red de quienes aprender y con quienes compartir. Por otro lado, las revistas filológicas siguen siendo para suscriptores, sus estudios son tan opacos y eruditos que no tienen ya sentido con los avances técnicos actuales y, si no cambian las cosas, la imagen del filólogo está condenada a parecerse más a los monjes medievales que a los investigadores del CERN, por ejemplo.
Pero, como estas sesquidécadas son para hablar de literatura y libros, no me quedo con las ganas de comentar dos lecturas que han dejado poso. La primera son las Cartas a Galdós, de Emilia Pardo Bazán, en una edición de Carmen Bravo Villasante de la editorial Turner. Hace poco comentábamos -mis amigas y colegas Conxa, Mª José y yo- la extraña sensación de descubrir las intimidades de dos figuras admirables que, en sus intercambios epistolares, se mueven entre lo más cursi y lo más intelectual: "Pánfilo de mi corazón: rabio también por echarte encima la vista y los brazos y el cuerpote todo. Te aplastaré. Después hablaremos tan dulcemente de literatura y de Academia y de tonterías. ¡Pero antes te morderé un carrillito" (me reservo otros fragmentos impropios del horario infantil...). Desde luego, al pobre Pérez Galdós, a quien doña Emilia llama "ratonciño", sólo le faltaba que Valle lo llamase don Benito el garbancero...
La otra lectura es una novelita corta de Pedro Antonio de Alarcón, El clavo. Cumple todos los requisitos del culebrón romántico y criminal, y podría convertirse en capítulo de una teleserie actual del género (Bones, por ejemplo). No es nada del otro mundo, pero resulta muy representativa de su época y tiene el gusto por el detalle que cualquier filólogo -incluso los de aula- sabe valorar. Y se puede encontrar en la red, algo que se agradece, porque la clave del futuro es difundir y no esconder.

14 septiembre 2011

Algunas lecturas y varios acertijos

Justo para empezar el curso dejo unos breves apuntes de libros que quizá puedan interesar a alguien. Trataré de ser sucinto y esquemático -en contra de mi costumbre- porque prefiero que algunas de estas reseñas vayan al proyecto Kuentalibros, una experiencia que me parece estupenda y en la que quiero colaborar muy pronto.

  • El pan de la guerra, Deborah Ellis (Edelvives)
 Es una novela dura, con un fondo social y humano que muchos desconocemos pero que resulta muy cercano en el ámbito de los sentimientos. Ninguna concesión a la ficción, pero tampoco a la lágrima fácil. Tiene continuación en El viaje de Parvana.
  • Mala luna, Rosa Huertas (Edelvives)
 Una novela juvenil en la que dos adolescentes indagan en la memoria de unos familiares que tuvieron relación con Miguel Hernández. La historia es verosímil y huye del maniqueísmo. Los personajes están tratados con mucho mimo y la intriga se mantiene hasta el final. También mantiene una relación bastante fiel con la verdad histórica del momento. Será lectura de referencia para 4º de ESO en mi centro.
  • Los mejores relatos de ciencia ficción, Varios autores (Alfaguara)
Tal vez un título demasiado pretencioso para una recopilación de algunos clásicos del género, de enfoques y calidades diversas. Algunos relatos pueden funcionar bien en la ESO, aunque creo que el libro entero puede resultar aburrido para los poco aficionados a la ciencia-ficción. La ventaja es que se pueden encontrar en la red algunos relatos sueltos y se puede proponer elaborar una antología personal.
  • Cuando Hitler robó el conejo rosa,  Judith Kerr (Alfaguara)
Un clásico de los institutos que mantiene vigencia a pesar del tiempo. El mayor logro consiste en mover la historia por las periferias del horror nazi sin caer en victimismos ni en demagogias. Muy recomendado para trabajar la historia reciente de Europa en los primeros niveles de la ESO. Hay numerosas fichas y actividades para trabajar esta lectura.

  •   Donde surgen las sombras, David Lozano (SM)
 Novela de misterio que reúne buena dosis de ingredientes esenciales del género juvenil o best-seller: sociedades secretas, snuff-movies, videojuegos y túneles. Ritmo trepidante y una trama sólida, aunque un punto inverosímil en ocasiones -como suele ocurrir en estos casos-. Recomendable en 3º de ESO, por ejemplo.

  • Fuga de Proteo 100-D-22,  Milagros Oya (Bambú) 
Otra incursión en la ciencia-ficción, en este caso bajo las profundidades marinas. Al estilo de las distopías literarias más conocidas, la autora plantea interrogantes muy acertados que pueden dar lugar a debates interesantes en clase. Sin embargo, creo que la historia quiere abarcar más de lo necesario y se dispersa en hilos bastante disparatados. También resulta triste que estas ediciones atractivas de la editorial bambú estén salpicadas de erratas inexplicables.

Cierro con una propuesta que, sin ser juvenil, podría encajar perfectamente en las colecciones juveniles. Se trata de dos novelas de Luis García Jambrina, El manuscrito de piedra y El manuscrito de nieve. Ambas tienen en común una intriga policíaca a finales del siglo XV, en la que Fernando de Rojas, un bachiller de Salamanca debe resolver diversos crímenes. Me ha gustado el modo de enlazar la historia y la ficción, con numerosos guiños a los aficionados a la literatura, pero creo que en muchas ocasiones el autor sobrepasa con su tono divulgativo lo razonable para una novela. Podrían ser novelas interesantes en 1º de bachiller.

Y para las lecturas de adultos, os planteo una serie de acertijos por si queréis adivinar mis propuestas. Algunas son fáciles, de verdad:
1.- Visión cruda de la clase media australiana, con reflexiones interesantes acerca de la moral y la educación, a cargo de un autor de origen griego.
2.- Novela de ciencia-ficción que reflexiona sobre el valor de la memoria. Su autora eligió ese título a partir de una última frase célebre en una de las mejores películas del género.
3.- Novela en la que su protagonista se hace célebre a partir de un plagio. El enredo incluye críticas al mundo de la investigación científica, el sueño americano, las energías renovables...
4.- Curiosa historia biográfica novelada de un artista flamenco en los avatares de la Unión Soviética desde la Revolución hasta los años 50.
5.- Autora de novela negra israelí que elige para cada uno de sus crímenes un determinado gremio, que disecciona en un lúcido análisis humano y social.

05 septiembre 2011

Buenas prácticas (fuera de ley y de jornada)


La lectura de Luces de bohemia en 2º de Bachillerato es una actividad curricular y obligatoria. En la evaluación trimestral supone un 20% de la nota (dos puntos), aunque también es cierto que en esos dos puntos se recogen otras competencias relacionadas con la literatura y la expresión lingüística. Para la preparación de esa lectura hay dos caminos, el fácil y el difícil. El fácil es proporcionar a los alumnos unas fotocopias de teoría y recomendarles que se las memoricen para la selectividad. El difícil exige tratar de que los alumnos entiendan el contexto de producción de la obra, comprendan la posición del autor en el panorama literario y político de su época y, por último, que descubran la calidad artística y lingüística del propio texto.
Sello de Buena Práctica leer.esCuando propuse la lectura acompañada de Luces de bohemia con la ayuda de la red social Tuenti, sabía que elegía el camino difícil, pues no tenía sentido darles allí lo que podría haber fotocopiado en clase. Por eso me satisface haber recibido por ello la mención de Buena Práctica lectora del portal Leer.es, junto a magníficos compañeros de la red. No voy a hablar de la dedicación personal que supuso aquella actividad (tanto en su preparación como en su puesta en práctica), pues quienes siguieron aquellas sesiones saben lo complicado que resulta medir la atención personalizada en una red social. Además, era una actividad que no podía reemplazar otros contenidos de clase, es decir, era una mera actividad de ampliación o refuerzo, sin nota, voluntaria. Sin embargo, el recibimiento de la actividad fue maravilloso en el aula y se extendió a más niveles (y supongo que a otros alumnos ajenos, pues la página está abierta a todos). Ahora, buena parte del alumnado me hace consultas a través del Tuenti, sabiendo que estoy por ahí en algún momento del día o la semana. Muchos se preguntarán por qué un trastornado funcionario es capaz de trabajar fuera de horario durante un trimestre para que sus alumnos consigan dos puntos en el hipotético caso de que les salga esa pregunta en la selectividad. Muchos no entenderán que alguien elija el camino difícil existiendo atajos. Todos sabemos qué camino elegirían quienes tantas estupideces sueltan estos días acerca de la jornada docente. Es inútil explicarles nada, ni decirles que somos muchos los trastornados que superamos con creces las 40 y las 60 horas semanales y que, además no paramos ni en verano; hay cosas que no tienen precio, y más vale que se pregunten cuánto costaría la atención personalizada de un médico o un abogado durante todo el día, vía correo, tuenti o lo que haga falta.
Y, como reflexión final, la mención también sirve de aviso a navegantes: el éxito de una actividad como ésta, basada en una herramienta cuyo uso está prohibido en los centros educativos, nos debería animar a la rebeldía. Los "docentes forajidos" del futuro usaremos Tuenti, móviles y todo lo que nos sea vetado, con el fin de crear una generación que arregle lo que sus padres están fastidiando. Ahí está la clave para indignarnos de verdad.

28 agosto 2011

Sesquidécada: agosto 1996


Las postrimerías de agosto tienen algo crepuscular, sobre todo para nosotros los docentes, que iniciamos un nuevo ciclo en septiembre. Echando las redes a las lecturas de agosto de 1996, esta sesquidécada tropieza con una obra teñida de una melancolía acorde con este sentimiento otoñal de fin de verano. Se trata de Bearn o la sala de les nines (la sala de las muñecas), una novela de Llorenç Villalonga que constituye un referente de la literatura catalana contemporánea, una obra que muchos han comparado con El Gatopardo de Lampedusa, pues ambas dan testimonio del fin de una familia, del fin de un modo de vivir. El patetismo de esa decadencia y el simbolismo que señala el tránsito a una realidad distinta tal vez tengan algo en común con estos tiempos que vivimos, unos años que quizá suponen el fin de las vacas gordas. Casualidades de la vida o de estos trances finiestivales, acabo de leer otro clásico de la narrativa catalana, Pa negre, de Emili Teixidor (muy actual por la premiada adaptación cinematográfica) también muy simbólico en cuanto al sentimiento de pérdida y al concepto de tránsito. 
Para no teñir de tristeza esta sesquidécada, recupero también la lectura de Ramón Gómez de la Serna, un habitual del blog. En esta ocasión viene con Seis falsas novelas, uno de esos juegos literarios en los que escribe seis relatos que imitan, rozando la parodia, los tópicos de distintas narrativas del mundo:

María Yarsilovna (Falsa novela rusa)
Los dos marineros (Falsa novela china)
La fúnebre (Falsa novela tártara)
La virgen pintada de rojo (Falsa novela negra)
La mujer vestida de hombre (Falsa novela alemana)
El hijo del millonario (Falsa novela norteamericana)

Para cerrar este agosto, os regalo algunas perlas ramonianas entresacadas de esta obra. Feliz regreso a clase.

Vio al hombre … a través de las piedras de molino de sus lentes...

Alargó una mano caliente, allí donde todas las manos eran frías como pescadillas.

Nuevos presentados salían de los rincones como arañas que estaban ocultas... p.42

El extranjero le sacudió el brazo como quien tira de la campanilla de la casa que no abren. p.43

Un carro de carbón, muy negro, pasaba sembrando carbones negros sobre la sábana blanca, carbones que semejaban agujeros que diesen a lo profundo.

La tarde tenía sobre sí, no el cielo, sino las claraboyas de cristal de hielo. p.44

Sin sable, y sin esas charreteras que, unidas al plumaje del casco, hacen de los militares fuentes chorreantes. p.45

Cuya corbata subida sobre el cuello de tirilla semejaba como si le hubiese quedado a perpetuidad el metro de hule del chico que toma las medidas de la camisería. p.46

El flequillo, que formaba algo así como unas finas pestañas del pensamiento … rejas de su pensamiento, algo que aleja y no permite la entrada, como una verja... p.57

En las grúas, los agujeros muy aceitados tenían incontinencia de pajaritos sueltos de aceite. Caparazones de cangrejos eran como cascos de barcos estropeados. p.61

Le bastaba haberle oído hablar el francés con aquella mujer, cuyo francés era tan salido que parecía como leche que sube, que está dando un hervor. p.62

Las grandes higueras daban de mamar a los pajarillos que revoloteaban bajo los pañolitos de sus hojas, como niños que buscan un seno mejor. p.65

La noche se había puesto su quimono mejor, azul con estrellas en los hombros y azul con dragones en las faldas, largo quimono mojado, porque la noche mete las piernas en el agua como los arroceros. p.68

El detalle destellante de sus lentes sin marco, sus lentes como dos alas solitarias de cristal. p.121

Su mano nerviosa, con la larga cucharilla, empuñada, remueve el fondo, como quien agita el fondo del corazón apasionado. p.127

En la mañana de este día, el sol es como la moneda que reúne todos los ahorros del mundo y hasta el oro de los próximos días. p.144

Hasta la chimenea era de metal, pareciendo un verdadero cañón que estirase el cuello en monstruoso desperezo. p.145

Los rascacielos hacían caer sobre la ciudad el sueño de sus mil o dos mil ojos. p.157

31 julio 2011

Gamusiano

Gamusiano es el término empleado para el conjunto de los habitantes de Gamusia, reconocidos oficialmente en su conjunto como seres extraterrestres de desarrollo cognitivo-racional por la Confederación de Galaxias, emparentados vagamente, según diversos investigadores, con algunas colonias del Sistema Solar.
Los gamusianos no tienen un CI muy elevado según se observa a partir de determinados comportamientos y actitudes en sus relaciones sociales. Por ejemplo, los gamusianos eligen periódicamente a quienes se han de ocupar de la Sanidad, de la Educación, del Transporte, etc. Para que esos "Gamusianos Elegidos" puedan gestionar los bienes comunes, toda la población entrega parte de sus ganancias personales. Paradójicamente, los Elegidos no comparten ninguno de los servicios que se supone han de mejorar para sus electores: sus hijos acuden a colegios selectos, sus familias son atendidas en hospitales privados y ellos mismos se desplazan al margen de los transportes públicos. No obstante, en su faceta social, parecen muy preocupados por el fracaso escolar, por la falta de médicos o por el deterioro del medio ambiente. Los gamusianos de base, año tras año, les siguen confiando la gestión de sus recursos sin percibir que los Elegidos viven en un universo paralelo. Los expertos achacan este comportamiento a una mutación de ciertos genes gregarios también presentes en los óvidos, mezclado con un vago instinto de confianza ciega similar al que se ha observado en los fanáticos de deportes como el fútbol. Por si quedasen dudas acerca de la superioridad de los Elegidos, sólo queda decir que el único requisito que se exige para ser Elegido es una fidelidad y entrega constante al líder espiritual de cada casta de Elegidos. Ciertos estudiosos del fenómeno lo emparentan con los ritos y religiones del pasado, aunque los diferencia el hecho de que mientras los religiosos centran su felicidad en una vida posterior, los Elegidos se aseguran, con los impuestos de sus congéneres, unas buenas comodidades en la vida real.

Fuente: Curiosidades para un verano indignado, varios autores (Editorial 15M)
Crédito de la imagen: 'UFO W Krakowie'

22 julio 2011

Sesquidécada: julio 1996

En esta sesquidécada, correspondiente al mes de julio de 1996, aparecen dos autores que tienen el exilio como punto en común. El primero es José María Blanco White, un escritor poco conocido pero que merece la pena leer por su visión crítica de España. Sus Cartas de España entroncan con el género del ensayo en forma epistolar, un recurso empleado por autores como Voltaire o Cadalso. Alguna vez he mencionado que me gusta leer la visión que tienen los extranjeros de nosotros y, en este caso, la mirada de Blanco White resulta suficientemente extrañadora como para provocar esa reflexión acerca de cómo somos y cómo nos ven los demás. Y, aunque hayan transcurrido dos siglos, seguimos sufriendo bastantes tópicos del pasado (algunos sin duda merecidos).
El segundo autor ya ha aparecido en este blog en ocasiones anteriores. Se trata de Max Aub, exiliado e hijo de exiliado, nacido en París, pero siempre manifiestamente español, porque decía que uno es de donde hace el bachillerato y él lo hizo en Valencia. 
Hace quince años leí La gallina ciega, una reflexión amarga sobre la visita de Max Aub a España poco antes de morir. Hojeo ahora aquel libro, un ejemplar dedicado por Manuel Aznar, responsable de la edición crítica de Alba (cito por la 1ª edición de 1995), y encuentro una nota mía del día de su lectura: "A los 60 años de aquel funesto día que tanto nos hizo sufrir". Hoy recupero algunos fragmentos con el sabor amargo que produce ver lo poco que hemos cambiado a pesar de creernos tan modernos. Os dejo algunas citas:

Me hubiese gustado escribir y publicar estas páginas en España. No puede ser (…) Podría vivir callado en una agradable casa española, comer y beber según los permisos de los facultativos. ¿Para qué entonces? (p.99)

Lo malo es que este libro no se venderá en España, y cuando pueda circular libremente nadie sabrá de qué estoy hablando. Lo más imbécil: clamar en el desierto. Ser inútil. (p.180)

Desde que llegué me di cuenta de que aquí, en general, a nadie le importa un comino como no sea vivir en paz y de la mejor manera posible.(...) Nadie se queja ni se puede quejar. (…) ¿Que no se enteran de lo que sucede en el mundo? ¿Qué les importa? Todos envidian su santa tranquilidad, su sol, su aire, su arroz, sus gambas, sus mejillones, sus centollos, sus percebes, sus pollos, sus merluzas, sus carnes, sus mujeres. ¿Dónde se construye más? ¿Dónde acuden más turistas extranjeros?
Dan ganas de contestar: -¡Váyanse ustedes a la mierda! (p.221)

La gente se ha acostumbrado. Con el tiempo transcurrido las injusticias han dejado de serlo, se han convertido en costumbre. Y no iba a ser ahora, ahora en que se empieza -desde hace pocos años- a vivir mejor, cuando se echarían a la calle.
-Los estudiantes... (p.319)

Regresé y me voy. En ningún momento tuve la sensación de formar parte de este nuevo país que ha usurpado su lugar al que estuvo aquí antes; no que le haya heredado. (p.596)

España está mal. Ya se le pasará. No hay razón en contra, ni en pro; pero si basta para la Historia, para mí, no.
¿Quién dijo que ya no había Pirineos? ¡Que vuele de día de Francia a España, o al revés, y conteste! De noche, claro, es otra cosa. (p.602)

15 julio 2011

Callejeros campuseros

Esta es la presentación de los Callejeros Literarios en EducaParty, la sección educativa de la Campus Party.
View more presentations from Toni Solano


Resulta complicado, a estas alturas del curso (de estas vacaciones nonatas), ponerse a escribir acerca de las emociones y experiencias vividas primero en Novadors y ahora en EducaParty: decenas de personas  con quienes compartir buenos momentos y con quienes disfrutar de lo que nos gusta. Sólo diré como Lope: "quien lo probó lo sabe". Feliz verano.

Actualización 17/07/11:

01 julio 2011

Callejeros literarios en Novadors


El proyecto colaborativo Callejeros literarios ha tenido una presencia destacada en este blog, dada mi condición de promotor junto a mis colegas de Tres Tizas, Blogge@ndo y A pie de aula. Asimismo, los callejeros literarios han estado muy cerca de mí en el aula, pues ha sido una tarea que he puesto en marcha con mis alumnos de 3º de ESO. Como novedad, he conseguido que una actividad de este calibre se contagie a compañeros de mi departamento, en este caso a Elena Cervero, una profe con la que comparto los grupos de 2º de ESO y que ha promovido este proyecto en los suyos de 4º.
Durante varias semanas, los alumnos de 3º trabajaron con Google docs (igual que lo habían hecho con la actividad del Lazarillo) y con Google maps. Algunos, los más osados, hincaron el diente a Dipity y sus líneas del tiempo digitales, y otros a los reportajes en vídeo. Los grupos de 4º fueron más autónomos porque era una actividad de ampliación, pero el esfuerzo no fue menor. El balance final es muy alentador y creo que marca el camino acertado para trabajar por competencias. Los resultados podéis verlos en sus vídeos y en el wiki Callejeros literarios en Castelló y Borriol.
Quisiera destacar que el trabajo les ha permitido conocer mejor sus ciudades y aprender de una manera activa y difícil de olvidar. No tengo ninguna duda acerca de la relevancia de este tipo de actividades en el currículo, un esfuerzo que lleva tiempo en el aula pero que pone de manifiesto la consolidación de los conocimientos, sobre todo en los aspectos más pragmáticos de nuestra asignatura: Búsqueda y síntesis de la información, creación de materiales multimedia, colaboración, interacción con la sociedad...
Me queda la espinita de no haber sabido enganchar a más compañeros, a pesar de ofrecerme a solucionar cualquier problema técnico que surgiese. Quiero pensar que les pudo el miedo y no la comodidad.
Como colofón, os dejo la presentación que llevaré dentro de unas horas a Novadors 2011. Espero veros a algunos de vosotros en Sagunt. Y aún nos quedará EducaParty... un no parar, aunque "sólo es un momentito", como decía Marcos Cadenato.