La sesquidécada de septiembre podría contar con mucha novela juvenil, ya que es un periodo propicio para elegir libros del plan lector de centro. He revisado algunas de aquellas novelas y veo que ya están descatalogadas, así que me veo casi forzado a seleccionar lo que ha perdurado en el tiempo y la memoria.
La primera es un clásico de larga duración, Marina, de Carlos Ruiz-Zafón. Es una novela de intriga con un punto de terror que se sitúa en Barcelona y que suele funcionar bastante bien para los chavales de 14 a 16 años (y creo que también para adultos). Del mismo autor hay otras dos novelas de este estilo que también me han funcionado: El príncipe de las tinieblas y El palacio de la medianoche.
Otro autor imprescindible, con una novela que no pierde vigencia, es Fernando Lalana y La tuneladora. Aventuras en el subsuelo de la ciudad, intriga y suspense, forman una trama que resulta también atractiva a los jóvenes lectores. Casi todas las novelas de este autor desarrollan argumentos con un ritmo muy interesante, similar a los thrillers televisivos.
Por último, un autor al que le tengo mucho aprecio, tanto por sus relatos policíacos como por los de ciencia-ficción. Se trata de Fredric Brown, un narrador magnífico con un gran sentido del humor y una maestría excepcional para sorprender al lector. Os recomiendo todo lo que podáis leer de él. En este caso os dejo los relatos de Universo de locos y otras novelas de marcianos, que no necesita aclaración en cuanto al género. Disfrutad sin complejos de su lectura, porque lo podéis encontrar en ediciones actuales y en librerías de saldo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario