09 noviembre 2007

Cortázar y Moebius

Tenía ganas de publicar esta nota acerca de Cortázar, el subte y Moebius. La lectura hace poco de una entrada en Nosololibros sobre un cuento de misterio de Cortázar hecho vídeo me llevó a recordar otro cuento también inquietante leído hace mucho más tiempo en la revista Cacumen, en el que un tren completo del metro se perdía en la red ferroviaria porque los túneles se habían diseñado como si fuesen una gigantesca cinta de Moebius. Ya he hablado aquí de Moebius y de los trucos de magia en clase. Ahora simplemente he aprovechado la referencia a Cortázar para que mis alumnos de 2º de Bachillerato tengan información complementaria en su blog.
Y para vosotros, curiosos lectores, si disponéis de tiempo y ganas, estos son los enlaces:

3 comentarios:

Joselu dijo...

Cortázar es uno de los grandes con su asombrosa imaginación literaria. Leí Rayuela varias veces, así como otras de sus novelas y relatos de cuentos. Hubo un tiempo en que me hubiera gustado ser Cortázar. Justo cuando murió, alumnos de COU y yo le hicimos un homenaje sacado de uno de sus cuentos. Se trataba de pasar un paso de peatones con una flor en la mano mientras estuviera verde. Cuando se ponía rojo, parábamos como buenos ciudadanos para volver a cruzar en cuanto se ponía verde. En 1984, en febrero, se produjo una situación mágica en la ciudad de Berga, a consecuencia de nuestra acción. El tráfico se detuvo, las gentes nos insultaron o aplaudieron, la policía intervino y me quiso detener por alterar el tráfico. Mis alumnos asistieron maravillados al estallido de lo realmaravilloso en la cotidianidad. Todo acabó bien y los que participamos en aquello no lo olvidaremon nunca.

Toni Solano dijo...

Alucinante. Supongo que si lo intentases ahora, te denunciarían algunos padres, los alumnos te llamarían 'el loco', el jefe de estudios te llenaría el horario de huecos y el inspector de educación te pediría la programación.

Lourdes Domenech dijo...

Ah, Anotnio, te olvidas de que a esas desgracias se sumarían los vivas de sus colegas (léase yo misma y los que se adherirían).

Ese punto de rebeldía y excentricidad que se deriva de cierta literatura me encanta.