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29 agosto 2023

Sesquidécada: agosto 2008


En aquel lejano agosto de 2008 que recupero en esta sesquidécada, el mundo editorial celebraba el éxito desbordado y póstumo de Stieg Larsson y por eso es justo mencionar aquí Los hombres que no amaban a las mujeres, una novela que tuvo su gracia y sus secuelas y de la que hoy tendríamos que recordar al menos el título (bueno, seamos justos, fue un interesante punto de partida para otros éxitos literarios y cinematográficos que vinieron después, por ejemplo, sin ir más lejos, la saga de Reina roja, de Juan Gómez-Jurado).

Pero en esta nota los protagonistas son otros tres títulos que creo que merecen la pena al margen de ese best seller. En primer lugar, Crash, de J.G. Ballard, un clásico de la ciencia ficción distópica que no caduca. Es una novela que impacta, nunca mejor dicho, por su originalidad y también por las implicaciones éticas y cívicas que plantea. Como digo, una novela de nuestro tiempo que se resiste a una sola lectura.


Cambiando de género y de época, La piedra lunar, de Wilkie Collins, es una de esas obras del XIX que te sumergen en su lectura con el detalle del folletín y el deleite de una trama bien armada. Amor, misterio y ambiente inglés empapado de Austen, Dickens o Conan Doyle, en una novela que se considera precursora de las novelas modernas de misterio. Muy recomendable también La mujer de blanco del mismo autor.


Finalmente, aparece en estas notas otra joya del reportero y escritor Ryszard Kapuściński, Viajes con Heródoto, un brillante ensayo, relato, reportaje o mezcla de todo ello, en el que los clásicos se reflejan en la vida y conflictos modernos de diferentes países. Un libro para disfrutar y soñar desde el sillón, sobre todo aquellos que, con la llegada de septiembre, tenemos que aparcar los viajes.

27 mayo 2022

Sesquidécada: mayo 2007

Ayer, sin ningún ruido ni alboroto, cumplió dieciséis años este blog. Hubo años en los que esto fue motivo de júbilo y celebración, porque siempre había multitud de colegas con quien compartir estos pequeños triunfos de la escritura contra el olvido. Ahora quedan pocos lectores de blogs y menos escritores, al menos en lo que fue la blogosfera educativa. Justamente hoy he compartido unas felicitaciones con mi amigo Iñaki Murua, cuyo blog también cumple años. No somos la Resistencia, ni viejas glorias, ni nostálgicos de un tiempo mejor: somos unos artesanos de la reflexión a pequeña escala, breves islas en la marea agitada de ruido y furia de las redes sociales. Este blog ha quedado reservado a los cuatro amigos que os pasáis por aquí a comentar de vez en cuando, amigos con los que a veces intercambio algunas palabras de solidaridad. En ese sentido, vale la pena seguir escribiendo aunque solo sean algunos artículos sobre educación, alguna memoria del curso y estas sesquidécadas que mantienen la rutina de una escritura más o menos fiel.

Y en esta recuperación de lecturas de mayo de 2007, tengo dos libros muy diferentes para recomendar. El primero es un libro de viajes, o de periodismo, o de historia, o de ensayo, o de todo un poco. Se trata de El Imperio, de Ryszard Kapuściński. Es un delicioso viaje por la extinta Unión Soviética, con tres partes diferenciadas, una antes de la disolución de la URSS, otra en plena ruptura del muro de Berlín y la última en los primeros años 90. Kapuściński es un autor imprescindible, cuya mirada sagaz permite al lector empaparse de las vidas de los retratados, impregnarse de los paisajes atravesados. También aporta las claves para entender el porqué de las alegrías y miserias que rodean a los protagonistas de sus reportajes. Como decía antes, no es solo periodismo, es también historia y sobre todo humanidad, porque hay un humanismo comprometido detrás de cada escena y de cada relato. Un gran libro, como casi todos los que he leído de este autor.

El segundo título escogido es Eskoria, de Alfredo Gómez Cerdá, una novela sobre acoso juvenil que anticipaba con bastante tino algunos temas que habrían de venir multiplicados en años venideros: acoso, intentos de suicidio... La novela es ágil y creo que sigue siendo válida para niveles de 2/3 ESO actuales. En aquellos años, recuerdo que la recomendaba bastante y que incluso algún alumno la reseñó en el blog de aula. Ahí queda, por si a alguien le resulta útil.


P.D: Acabo de ver que esta es la nota número 800 del blog, así que parece que tengo motivos para un poco de fiesta y alboroto. Descorcharé algún libro para celebrarlo ;-)