13 enero 2016

Hoy me he encontrado con la Celestina…


Estaba en un centro comercial y la he visto pasar. No me he asustado al verla y ni siquiera me he sorprendido demasiado; por el contrario, me ha alegrado encontrarla después de casi seis años. No, no me refiero a la verdadera alcahueta de Rojas, que lleva siglos muerta y enterrada, sino a una antigua alumna que hizo el papel de Celestina en un memorable proyecto de aula que dio como resultado una adaptación cinematográfica del clásico que se acerca a las 80.000 visitas. He contado en muchas jornadas y cursos que aquella Celestina de mis alumnos de bachiller en 2010 supuso mi epifanía audiovisual, una auténtica caída del caballo metodológico que me impulsó a virar hacia proyectos multimedia y a la progresiva introducción de la narrativa digital en el aula, antes incluso de que el storytelling educativo se convirtiera en trending topic. En aquella ocasión, los alumnos se organizaron y repartieron papeles según sus habilidades (desde el guionista o la operadora de cámara hasta el encargado de vestuario), se buscaron patrocinadores, resolvieron problemas complejos, movilizaron a familias e instituciones hasta difundir públicamente su trabajo. Dejar que los estudiantes experimenten y romper con las comodidades del rol docente de toda la vida nos lleva casi irremediablemente a esto, a hacer cosas que ni siquiera sabíamos que existían, como el ABP, el storytelling o tantas otras novedades que solo lo son en la medida en que se popularizan en las redes. 
Pero vuelvo a nuestra Celestina, una alumna que ya ha terminado su carrera, que incluso está empezando a trabajar y a cobrar por ello, cosa verdaderamente extraña hoy día entre los jóvenes. Creo que sigue teniendo contacto con Pármeno y Sempronio, con Calisto y Melibea, aunque sus respectivas trayectorias académicas y profesionales hayan ido separándolos con el tiempo. Por lo poco que hemos podido hablar, me parece que ninguno de ellos guarda mal recuerdo de aquella aventura y tampoco creo que les haya perjudicado mucho no haber dedicado más tiempo a la sintaxis o la historia de la literatura. A veces, nos preocupamos demasiado por lo que podemos transmitir a nuestros alumnos, por los saberes que perpetuamos en ellos o por las carencias que no sabemos suplir. Sin embargo, al despedirme de Celestina esta mañana, de lo que me he dado cuenta es de lo mucho que ellos me aportaron en aquel curso, del imborrable recuerdo que dejan y, sobre todo, de la trascendencia que supuso su empeño colectivo para mi manera de abordar las clases y para modificar la visión de lo que realmente importa en la educación: el esfuerzo por mejorar y la ilusión por aprender. Ellos lo consiguieron y yo también.



6 comentarios:

Marimar dijo...

Qué gran proyecto...

Yolanda dijo...

Ais Solano. Soy Yolanda exalumna también. Me alegra mucho ver que sigues apostando por metodologias distantas y por innovar. Yo no participé en la celestina, pero si todos mis amigos y compartí muchos momentos del rodaje, nunca había visto a unos alumnos tan motivados por una historia tan antigua como la Celestina. Ahora desde mi punto de vista, creo que profesores como tu hacen falta, que innovan y que apuestan por los alumnos, que no se dan por vencidos. Yo sigo estudiando(un Master en Mediación Artística) y espero que cuando tenga tu experiencia siga con tantas ganas y alegria, orgullosa de lo que he hecho(como tienes que estar)innovando y luchando para que la educación se tome enserio.
Un saludo y hablamos pronto

Yolanda dijo...

Ais Solano. Soy Yolanda exalumna también. Me alegra mucho ver que sigues apostando por metodologias distantas y por innovar. Yo no participé en la celestina, pero si todos mis amigos y compartí muchos momentos del rodaje, nunca había visto a unos alumnos tan motivados por una historia tan antigua como la Celestina. Ahora desde mi punto de vista, creo que profesores como tu hacen falta, que innovan y que apuestan por los alumnos, que no se dan por vencidos. Yo sigo estudiando(un Master en Mediación Artística) y espero que cuando tenga tu experiencia siga con tantas ganas y alegria, orgullosa de lo que he hecho(como tienes que estar)innovando y luchando para que la educación se tome enserio.
Un saludo y hablamos pronto

mjchorda dijo...

Lo recuerdo :) Eso sí fue revivir un clásico y dar sentido a nuestra asignatura.Todo un booktrailer o bibliotrailer. Ese sigue siendo el camino...

Joselu dijo...

Estos proyectos hechos carne son los que dan sentido a nuestra profesión. Yo no recuerdo demasiado las horas prolijas de clase dedicadas a lo necesario sino estas excepciones que vitalizan el alma y llegan a la cordialidad de nuestros alumnos. Nuestras historias (distintas y distantes) tienen algo en común. Yo viví otro tiempo diferente antes de este. Tú llegaste más tarde. Enseñar es un proyecto de vida, de inspiración. Tu proyecto de La Celestina que recuerdo muy bien (ya hace seis años) fue un ejercicio riguroso e inteligente del arte de enseñar. Tú no lo has olvidado. Para ti, esa muchacha es Celestina, en alguna manera se le ha unido a ella y también lo sentirá como una parte importante.

Recuerdo con enorme potencia todos los sueños que llegamos a realizar.

Toni Solano dijo...

Blogge@ndo: Gracias. Vosotras ya estabais en mi PLE por aquel entonces y aprendí mucho con vuestros recursos.
Yolanda: Me alegro de leerte en este blog. Me acuerdo de casi todos vosotros porque también empezasteis a participar en el mundo de los blogs y me hacíais un poquito de caso. Gracias por tus palabras y ojalá los que venís nuevos os atreváis a cambiar algo la educación.
Mª José: Estamos en el mismo camino y creo que queda mucho por andar y descubrir. Será un placer seguir compartiendo.
Joselu: Hay un momento en los cursos de ABP que se pide a los profes que recuerden aprendizajes memorables cuando eran alumnos; muy pocos los rescatan a la primera porque los tienen sepultados bajo capas de rutina y aburrimiento. Resulta curioso comprobar lo poco que nos gusta repetir aquello que nos emocionó cuando jóvenes y lo mucho que insistimos en repetir lo que más nos aburría. Un abrazo.