21 septiembre 2008

Tinta o tecla

Llevo unos días liado con un curso sobre Ortografía y TIC. Lo mejor de enseñar es que casi siempre acaba uno aprendiendo mucho más de lo que creía saber. Pero también suele ocurrir que surgen dudas donde menos te lo esperas. Me ha pasado al escribir una nota en mi blog De textos, en el que procuro dar soporte logístico al curso. Escribía allí:
Bastantes profesores se muestran reacios a que los alumnos usen procesadores de texto con el argumento de que escribirán peor que si se acostumbran a escribir todos sus trabajos a mano. Sin embargo, tal como está la sociedad, lo normal será que escriban casi siempre en un ordenador, de modo que, a partir de cierta edad (creo que los trece o catorce años es razonable), conviene que usen de manera habitual el procesador de textos (...) hay que emplear el sentido común y tratar de concienciar al alumno para que entienda que los correctores son sólo herramientas para ayudarlo a escribir y nunca podrán sustituir sus conocimientos sobre la lengua (...)
No parece muy lógico seguir por muchos años con una práctica de escritura basada en el lápiz y el papel cuando la educación se encamina a la integración de las nuevas tecnologías. ¿Por qué pedimos trabajos a mano si lo correcto en la vida real es entregarlos en formato electrónico? ¿Hasta cuándo es recomendable que un alumno mantenga esos hábitos de educación primaria?
Los profesores tenemos miedo de que un alumno que no ejercita la escritura a mano pueda convertirse en un esclavo del corta y pega con el ratón. Sin embargo, la experiencia parece demostrar que los alumnos de secundaria que manejan desde temprana edad los procesadores de textos escriben igual o mejor que sus compañeros de "escritura convencional".
Creo que si hubiese ordenadores en las aulas y su uso educativo fuese una práctica natural, mejoraría la expresión escrita de los estudiantes de secundaria. Habría que revisar sus escritos, adiestrarlos en el uso correcto de las tipografías, de los correctores ortográficos, de las normas de presentación. Sin embargo, tal y como están las dotaciones tecnológicas hoy día, esa labor tendrían que hacerla en casa, lo que nos lleva a sospechar de una mala praxis en casi todos los casos.
Si pudiésemos trabajar la escritura académica mediante los procesadores de texto, la redacción discurriría por dos vertientes distintas y complementarias: una formal dirigida al ámbito público y otra de carácter privado en la que tendría cabida la imaginación, lo plástico, lo improvisado. De ahí, tal vez la escritura a mano cobraría nueva vida: las notas al margen, las cartas personales, los poemas, etc. Algo que, como profesores, nos alegraría la vista y nos evitaría muchas páginas emborronadas.

Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/56591156@N00/2110975557

11 comentarios:

JLG dijo...

Antonio, chapeau. Un artículo fantástico. Me has dejado sin palabras. Aprovecho para añdir a mi Netvibes "De textos".

Juliiiii dijo...

Lo ideal es lo que apuntas: presencia de ordenadores en el aula con la que controlar el proceso de creación de textos por parte de nuestros alumnos, ya que si no se corre el riesgo de que los alumnos atajen por el camino de en medio y corten y peguen.

De momento, término medio. En algunos trabajos les dejo que me lo presenten con procesador de textos, pero habría que controlarlo con métodos para asegurarse de la autoría del trabajo.

Por cierto, me ha encantado la utopía de tu entrada anterior.

¡Saludos y buen inicio de curso!

Joselu dijo...

El año pasado todos mis alumnos de cuarto presentaron sus escritos a través del blog de la clase, trabajando mediante el aula de ordenadores portátiles. Del mismo modo, sus novelas. Estoy de acuerdo en que a partir de cierta edad conviene que los textos se presenten en formato informático. Sin embargo, esto hace difícil la corrección de los textos para el profesor. ¿Cómo corregir los textos presentados a través de un blog? Los correctores de textos corrigen una parte de las faltas de ortografía, pero muchas es evidente que no las detectan. Se corre el peligro de que confíen demasiado en estos instrumentos. No obstante, de acuerdo en la necesidad de ese paso a la escritura digital frente a la analógica. ¿A qué edad? ¿En segundo o tercero de ESO?

Anónimo dijo...

Creo que los buenos hábitos en la escritura son previos a cualquier forma de escribir: a mano o a máquina. Debemos ser exigentes con todos los tipos de textos académicos y debemos utilizar todos los medios que estén a nuestro alcance (diccionarios, correctores, ayudas...)Sinceramente, no sé cuáles serán las mejores medidas, pero prohibir los textos digitales no es la solución, creo.

Anónimo dijo...

Personalmente, me gustaría que entre los profesionales de la enseñanza de la lengua dedicaramos al menos el 50% del tiempo que dedicamos a hablar sobre ortografía a interrogarnos sobre cómo podemos mejorar la coherencia de los textos de los alumnos, su adecuación, etc.
Como Cassany ha escrito tantas veces "es un aspecto claramente sobrevalorado en la enseñanza de la escritura"
Dicho esto, creo que hay que cuidarla y que la escritura digital nos ayuda a ello. Evidentemente si enseñamos a escribir a los alumnos y alumnas es porque es una práctica individual y social que van a necesitar poner en práctica, luego no podemos hacerlo de espalda a las funciones y características de la escritura. En un futuro que ya está aquí nuestros alumnos cuando sean adultos, profesionales escribiran en ordenador ( o por otros medios digitales) como por otra parte lo hacemos ya nosotros la mayor parte de veces.
Un procesador de textos nos puede dar la facilidad de seleccionar los contenidos ortográficos que hasta ahora no discriminan los correctores y dedicar el tiempo a estas dificultades.
De todas formas, yo creo que es un trabajo individual y que no se puede someter a todo el colectivo a largas sesiones de huecos con B y V.

María José Reina dijo...

Totalmente de acuerdo, Antonio. Yo misma he esgrimido los mismos argumentos varias veces. ¿Acaso la contabilidad se enseña con libros de debe y haber y lápices de dos colores?
Está bien que en primer ciclo hagamos hincapié en lo manuscrito (aunque con criterios nada lingüísticos, sino más bien formales: limpieza, pulcritud, etc.). Pero en 2º ciclo hay que introducir el corrector. Muchos de nuestros alumnos no saben ni que existe.

Lourdes Domenech dijo...

En vuestros comentarios se plantean muchos aspectos que tenemos que considerar.

1. ¿A qué edad?
No creo que dependa de la edad, sino de los recursos. Si los hay, por qué no usarlos a cualquier edad, pero haciendo una buena elección.
No se nos olvide que existen los TabletPC, que permiten a los alumnos escribir a mano en una pantalla que memoriza los trazos.
Como veis, la tecnología no da la espalda a la caligrafía, lo cual celebro enormemente.
2. La corrección.
Los que trabajamos en entornos virtuales sabemos la inversión de tiempo y las limitaciones que supone corregir en Red. La publicación de los textos en blogs o foros virtuales es un estímulo para los alumnos, pero complica enormemente las tareas de seguimiento y corrección. En mi centro, se revisan los textos antes de su publicación, ya se presenten escritos a mano o con un procesador.
3. Correctores, diccionarios y demás.
Creo que no podemos excusarnos de enseñar a los alumnos a usar las herramientas de consulta y corrección de textos. Forma parte de la competencia digital de la que tanto se habla.

Llevo unos días hablando de TIC y lengua en diferentes ámbitos y mis reflexiones me llevan a defender el equilibrio entre lo clásico y lo moderno y a evitar posturas extremistas en uno u otro sentido.

Anónimo dijo...

Estoy convencido de que no hay razones válidas para cuestionar la idoneidad didáctica de los correctores ortográficos y de las demás herramientas automáticas de corrección textual (correctores gramaticales, tesauros, funciones de búsqueda y sustitución) que incorporan los procesadores de textos modernos.

El alumno que escribe bien sin ayudas automáticas no empeora con las tecnologías informáticas (antes al contrario), y para el más torpe pueden constituir una ayuda inestimable. Además, es evidente que el futuro de la escritura es digital, y no podemos permitirnos el lujo de que los alumnos salgan de las aulas sin haberse formado en este ámbito.

No obstante, hay ciertas cuestiones que a día de hoy no están resueltas:

1. Cómo enseñar la mecánica de la escritura digital. No es que la mecanografía sea imprescindible, pero ayuda mucho (yo la aprendí en el colegio y no hay duda de que es el saber práctico más útil de todos los que me enseñaron). ¿Cómo, dónde y por parte de quién debe enseñarse a utilizar un teclado?

2. Cómo corregir los trabajos digitales de los alumnos por parte de sus profesores. En un documento creado con un procesador de textos convencional es relativamente fácil, pues se pueden hacer marcas (subrayados con diferentes colores, notas al margen, signos especiales), pero ¿en un blog, en un wiki, en un documento online?

Más de una vez he pensado en montar una plataforma para divulgar e intercambiar entre los colegas del oficio técnicas, estrategias y herramientas de la didáctica de la escritura digital, pero siempre lo dejo para mejor ocasión.

¿Nos animamos, Toni? Yo ya tengo el tema para el primer artículo: cómo mejorar la redacción de un trabajo escrito en un procesador de textos mediante las funciones de búsqueda y sustitución.

Jesús dijo...

En lo esencial estamos de acuerdo. Reparemos en que el procesador de textos, en tanto que borrador infinito, es una herramienta que responde de manera idónea a las fases del modelo cognitivo de escritura (planificar, redactar, revisar). Complementado con el acceso a fuentes de información el alumno puede nutrir su "memoria a largo plazo". Es decir, los textos podrían tener más sustancia, más conocimiento, más "mundo", si se permite la expresión.
El curso pasado insté a mis alumnos de 3º a remitirme los borradores a una cuenta "ad hoc"; allí los corregía y reenviaba con sugerencias y correcciones.La corrección era mucho más formativa, pero muy costosa en tiempo. Por otra parte, surgieron problemas de intendencia: había quienes no tenían conexión, quienes decían haber mandado archivos que no llegaban, etc...

Seguiremos madurando.

joan serra dijo...

¿Ortografía? ¿Qué es eso?

El Mozilla Firefox con sus diccionarios (add ons), tanto en castellano como en cualquier otra lengua y su más que probable evolución y desarrollo, tanto en este navegador como en otros, creo que harán que la Ortografía deje de ser la parte de la lengua que más tiempo requiere en su tratamiento y enseñanza para dejar paso a otros aspectos más olvidados: expresión, semántica, discurso...

Si a un maestro de hace 30 años se le hubiera ofrecido una solución a las faltas de ortografía de sus alumnos, ¿creéis que no hubiera vendido su "alma al diablo" por conseguirla?

Ahora la tenemos. Aprovechémosla y centremos nuestras energías en otros aspectos de la lengua (comunicación?) más importantes para el futuro de nuestros alumnos.

frikosal dijo...

Me parece razonable lo que dices. Según tengo entendido, cuando se inventó la escritura hubo quien protestó por que la memoria perdía importancia.

Yo también creo que se valora demasiado la ortografía, que a fin de cuentas es algo casi mecanizable por completo, en relación a la importancia que se da a la claridad en la exposición, sintaxis correcta, etc.

Pero yo no soy profesor.