08 febrero 2008

Sobre cualificación profesional

Últimamente me estoy creando cierta fama de chistoso, quizá por mi afición desmedida a las ludoteces, esos artefactos digitales lúdicos e intranscendentes que usamos para enganchar en las TIC a los escépticos. También yo tenía mis dudas, porque, al llegar el fin de semana, sólo se me ocurre escribir acerca de esas trivialidades. Por eso me he interrogado por dentro y he llegado a la conclusión de que es el humor el que me salva de la mala leche.
Y lo digo claro: mala leche; es lo que siento cuando veo que la desidia y la incompetencia se pelean por ocupar el primer puesto entre las habilidades de quienes nos gobiernan.
Hace unos días aparecía en la prensa la noticia de que unos institutos habían puesto en marcha un 'proyecto piloto' para combatir el fracaso escolar. La medida no tiene nada de 'piloto' (en aposición, indica que la cosa designada por el nombre que le precede funciona como modelo o con carácter experimental -RAE dixit-) pues se trata del desarrollo de la LOE, con lo que tendríamos que considerarnos todos a partir de ahora 'profesores pilotos' por servir de 'modelo' (o conejillos de indias) de las siempre nuevas leyes educativas.
En qué consiste ese plan contra el fracaso escolar: en una reconversión de lo que la LOCE llamaba PIP: los cursos de Cualificación Profesional. Veamos qué dice la LOE:
Artículo 30
3. Los programas de cualificación profesional inicial incluirán tres tipos de módulos:
a) Módulos específicos referidos a las unidades de competencia correspondientes a cualificaciones de nivel uno del Catálogo citado.
b) Módulos formativos de carácter general, que amplíen competencias básicas y favorezcan la transición desde el sistema educativo al mundo laboral.
c) Módulos de carácter voluntario para los alumnos, que conduzcan a la obtención del título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria y que podrán cursarse de manera simultánea con los módulos a los que se refieren los anteriores párrafos a) y b) o una vez superados éstos.
(...)
6. Corresponde a las Administraciones educativas regular los programas de cualificación profesional inicial, que serán ofrecidos, en todo caso, en centros públicos y privados concertados a fin de posibilitar al alumnado el acceso a dichos programas.
Pues sí, me alegro de que hayan pensado con la cabeza. Porque, no por repetir a diario lo de la igualdad de oportunidades los jóvenes van a tenerlas así de fácil. No. Hay jóvenes que perdieron el tren de las oportunidades nada más nacer, o lo han ido perdiendo durante el colegio, o a mamporros en su casa. Es justo que el sistema educativo les ofrezca una salida. Pero pretender que los profesores somos Pigmaliones funcionando a tutiplén, eso es fantasía de la gorda. En segundo de la ESO, un chaval tiene todo el pescado vendido y pocos milagros podemos hacer por él. Para este tipo de alumnos, la salvación es aprender un trabajo y las cuatro reglas básicas que lo salven de ser un paria. Insistir en los manidos objetivos generales de la ESO, para ellos (y para nosotros) es una especie de burla macabra.
Así que, bienvenidos sean los cursos de Cualificación Profesional, aunque se puedan mejorar.
Y diréis después de esta parrafada: ¿de qué le viene a éste tanta mala leche?
Pues que, como siempre, todo se deja para última hora y parece que en mi centro no hay ningún proyecto para llevar a cabo este plan. Según la Consellería de Cultura, en su ORDEN de 14 de diciembre de 2007, sobre evaluación en Educación Secundaria Obligatoria:
Artículo 6. Repetición de curso
5. Si el alumnado, tras repetir 1º, 2º o 3º no cumple los requisitos de promoción al curso siguiente, el equipo docente, asesorado por el departamento de orientación o por quien tenga atribuidas sus funciones, y previa consulta a los padres o tutores legales, decidirá lo que proceda en función de las necesidades educativas del alumnado, en las condiciones siguientes:
a) Si repite 1º, la incorporación al curso siguiente con las medidas de atención a la diversidad que se considere.
b) Si repite 2º, la incorporación al curso siguiente con las medidas de atención a la diversidad que se considere o, en su caso, a un programa de cualificación profesional inicial o a un programa de diversificación curricular.
c) Si repite 3º, la incorporación a 4º con las medidas de atención a la diversidad que se considere o, en su caso, a un programa de diversificación curricular o a un programa de cualificación profesional inicial.
Destaco el punto segundo porque mi centro acoge a un gran número de alumnos que cumplen ese requisito. De hecho, hay grupos de segundo en los que el 90% del alumnado sería firme candidato a dichos programas profesionales. Es más, muchos de los absentistas que sólo aparecen un par de días por el instituto (para evitar molestias de la fiscalía) quizá se animasen a venir si les enseñásemos algo más que fórmulas y complementos directos.
Por eso estoy de mala leche, porque en mi centro necesitamos ya que se desarrolle ese programa. No vale mandarlos a 'institutos piloto' ni a 'granjas escuela' o 'escuelas taller', pues, si se van, es reconocer que no hemos podido salvarlos. Necesitamos que sigan en los centros educativos, aprendiendo. Necesitamos que alguien reconozca que no son los profesores los culpables de ese 90% de fracaso escolar en algunos de esos grupos desahuciados. Necesitamos que las familias recuperen la confianza en la educación y no puedan decir que sus hijos van al instituto a perder el tiempo y a que los expulsen sistemáticamente de clase por vándalos. Porque, ¿qué otra opción les queda a aquellos que perdieron el hilo de la clase hace seis o siete años y no lo han recuperado todavía?

Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/84027734@N00/139842869

26 comentarios:

Jueves dijo...

¡Buenos días, Antonio!
Ya veo que Ainscow y todas sus ideas sobre la escuela inclusiva apenas te convencieron... Qué pena no estar más cerca para poder hablar con tiempo...
Comparto tu inquietud y tu malestar (yo, además, me encuentro desorientada muchas veces, no sé tú...), sin embargo, no veo que la solución sea la organización de cursos-grupos-planes especiales para estos alumnos... No me gusta que los que más dificultades tienen en la vida (familia, capacidad, expectativas...) se queden todos en el mismo círculo sin poder disfrutar de los otros ni dejando que los demás aprendan de ellos... Si la idea que se apunta en la noticia que enlazas de que "desde la necesidad de comunicarse para hacer cosas se irán logrando objetivos" ¿por qué no organizamos el taller de cocina para todos? ¿No te parece que una actividad así podría dar para un curso entero y que podrían participar en ella, en distintos niveles, todos los alumnos... y sus familias, y sus profesores y...? Es que las clases de ciencias o las de lengua, querido compañero, son a veces (habría que contar las veces) un tostón, un rollo pensado solo para algunos... Claro, a ver quién le pone el cascabel al gato ahora... La teoría no es ninguna estupidez: tambien los profesores necesitamos reflexión, ¿no crees? Se ha escrito mucho sobre barrerras para el aprendizaje, sobre trabajo cooperativo, sobre constructivismo... Y también se va escribiendo sobre experiencias, sobre la práctica, que va saliendo y funcionando... Por supuesto que no con el 100% de éxito, pero es que tampoco se respetan al 100% los Derechos Humanos y, al menos, algunos no estamos dispuestos a retroceder ni un centímetro.
La escuela para todos (cuanto más comprensiva mejor; cuanto más atenta a las diferencias partiendo de una real igualdad de oportunidades que pase por que los alumnos más vulnerables sean prioridad en el sistema educativo... ¡también mejor!) es una utopía, un viaje, un sueño... YA sabes para qué sirven las utopías, ¿verdad?, para que nos sigamos moviendo...
No, no me gustan los talleres para niños de 14 años... Estoy segura de que los profesores, que somos valientes y creativos, encontraremos fórmulas nuevas, tendremos la capacidad de ir atisbando otros caminos... Y seguiremos de viaje. Tenemos tan asumidos algunos esquemas viejos que no va a ser fácil darle la vuelta a la tortilla... No sé... ¿qué pasa con estos horarios rígidos que parecen la Biblira de Arias Montano? ¿Y con la distribución por edades?... No sé...
¿Y con todas estas teorías felices debajo de la almohada no se nos quedará ningún alumno en la cuneta? Pues seguro que sí, pero serán menos... y todos más felices, más sabios y más humanos.
Un saludo y buen fin de semana.
Gracias por tu blog, te leo mucho y siempre disfruto con lo que escribes. ¡Otra vez gracias!

Jueves dijo...

Perdón por seguir:
Soy consciente de que para avanzar en la dirección de la inclusión tienen que cambiar muchas cosas en los centros, empezando por las instrucciones de la adminstración y siguiendo por los equipos directivos, departamentos... Pero las investigaciones en Eficacia Escolar son una realidad, lo mismo que las de la Mejora de la Escuela: si sabemos adónde ir y cómo se va, ¿qué hacemos mirando hacia atrás y llorando por algunos rincones?... (Sé que no eres tú el llorón, por supuesto...). ¡Viva la revolución! Demos nostros lo que añoramos en nuestros alumnsos: rebeldía, inconformismo, justicia...
¡Abrazos!

Toni Solano dijo...

Jueves: el propio Mel Ainscow puso cara de póker al ver mi tutoría. Seguro que habrá visto cosas peores, pero desde luego, en un país occidental del siglo XXI no es normal una clase generalista que acumule 20 niveles distintos de aprendizaje con sus 20 idiosincrasias culturales, étnicas y personales. Aún así acepto esas reglas del juego. Y las que tú propones también me valen. Fíjate que apunto en la idea de integrar: no enviar fuera de los institutos, sino aceptar que en un mismo centro hay alumnos que trabajan metas distintas. Hasta ahora, las leyes 'obligan' a trabajar siempre con la mirada puesta en los objetivos de la ESO, una barrera bajísima para unos, pero inalcanzable para otros. De modo que, quienes van mal no aprovechan el tiempo y quienes van bien llegan al bachiller o la universidad con unos niveles de risa (o llanto, según).
Hablas de soluciones imaginativas y eso es lo que hay que buscar, pero no creo que haya que arrastrar a todos por motivos de 'inclusión'. Pueden compartir mucho tiempo y pueden separarse otro tanto. Unos aprenderán de los otros, pero también dejarán estudiar y prepararse a quienes han aceptado las reglas desde el principio; ¿o vamos a seguir castigando a los buenos hasta el final para salvar a los que tienen problemas?

Lourdes Domenech dijo...

Este debate puede ponernos a muchos de muy mala leche. Vuestras intervenciones exprimen el asunto. Sólo os muestro un caso real:

Mi hijo me pregunta siempre cómo es posible que Fulanito (su amigo) esté tan feliz en el patio si en clase no da una. ("Mamá, no sabe leer, pero es el más bueno en la portería."). Los dos son alumnos de 6º. El año que viene pisarán las aulas de mi instituto.
¿Qué futuro le espera a este chico para el que lo académico está tan alejado de sus posibilidades? ¿En qué se convertirá cuando detecte sus incapacidades?

Puedo adivinarlo. ES más, lo estoy viendo.

Jorge Muruais dijo...

Lo que no puedo entender de ninguna manera es por qué un alumno tiene que fracasar en el itinerario normalizado antes de que le den la oportunidad de recibir algún tipo de formación profesional con la que defenderse en el mundo. Es triste que aprender un oficio se conciba como una solución última sólo para desahuciados.

Sobre la inclusión... yo creo, con todos mis respetos, que es una idea vaga, sin respaldo práctico y, por lo tanto, poco adecuada para tener su campo de pruebas en un IES, lugar de necesidades urgentes e inmediatas. Deberíamos probar primero a trabajarla con adultos, esos que construyen sus círculos sociales homogéneos y cerrados. Cuando consigamos que se hagan confidencias y se vayan de vacaciones juntos el marginal, el psicopedagogo, el toxicómano violento, la licenciada en farmacia, el vándalo que, borracho, golpea a un inmigrante en el metro, José Montilla, un ACIS y un frutero pakistaní, entonces podemos probar a meter a los hijos de todos ellos en una clase de 2º de la ESO.

Saludos

Toni Solano dijo...

Creo que ya lo probaron: se llamaba Gran Hermano VIP (u Hotel Glam), pero no duraron más de tres meses :-D

Jueves dijo...

Jorge, yo pensaba que lo lógico era empezar la casa por los cimientos y no por el tejado... ¿Estamos hablando de adultos o de niños (¡todos los niños!) que tienen el derecho de recibir una educación de calidad, independientemente de quienes sean sus padres o sus vecinos? No sé, se me ocurre empezar por Infantil, por Primaria y, por supuesto, continuar en ESO.
Y lo de que la inclusión es una "idea vaga" es bastante discutible. Por su puesto que no se puede medir a través del sistema métrico decimal, pero está bastante bien documentada y existen centenares de referencias bibliográficas y decenas y de experiencias. Es cuestión de perspectiva: cada uno ve lo que enfoca, ¿no crees?
Y lo de "la mala leche" no lo entiendo muy bien... De todos modos, creo que es positivo siempre generar emociones en todos los que estamos implicados en temas de educación... Pero puestos a sentir, quizá nos viniera mejor partir desde la empatía... Quizá.
Me pregunto si saben los niños lo felices que están los otros niños en el patio o si saben por qué dicen que están felices (si es que así se pronunciaron). Y de ahí me viene a la cabeza que nunca había pensado que estar o ser felz fuera algo indeseable... ;)
Creo en que las expectativas altas (qué va a ser de ese niño tan buen portero...) ayudan a producir mejores resultados; creo también que el único "campo de pruebas" que existe para la educación es la escuela (además de los cerebros de qienes las frecuentan); creo también que no me importaría que mis hijos aprendieran en el mismo grupo de trabajo que los hijos de los toxicómanos, farmacéuticos... ¡y hasta que los de Montilla o Rajoy!
No va a ser mañana (tampoco vamos a solucionar a la misma hora el hambre en África)... pero estoy convencida de que ese es el camino: plagadito de pasos en falso, de errores... pero también de éxitos, de experiencias de centros que encuetran la manera de ser más profesionales, que se interrogan y que buscan sus respuestas... En España, las comunidades de aprendizaje, por ejemplo.
En fin, you can say I'm a dreamer, but I'm not the only one... Me parece que no estamos todos tan lejos del mismo sueño... Apuesto por el sí, por el más, por el plural, por el optimismo, por volar... (Y no pasa nada -hombre, un poco duele...- si me doy un golpe: ya tengo unas cuantas heridas y por eso sigo apostando por el sí, por el más, por el plural).
Saludos, gracias, y disculpad la vehemencia. El día está siendo raro...

Jorge Muruais dijo...

Jueves, no puedo entender cómo se puede hablar independientemente de los alumnos y de sus familias, porque te aseguro que si Rajoy o tú misma no os vais de vacaciones con una pareja de toxicómanos del Raval no es porque no hayáis compartido aula con ellos durante vuestra etapa escolar.

En serio, ¿recibir una buena formación profesional no forma parte de tu idea de una educación de calidad?

Tienes todo el derecho del mundo a soñar, pero al despertar nos hemos encontrado a muchos alumnos hastiados de este sistema que nada les aporta más que esperar a cumplir los 16 para poder largarse sin ninguna cualificación, tras haberse aburrido de partes y expulsiones e impedido a otros progresar. Son personas de verdad que van a tener que desenvolverse en el mundo y que merecen alguna solución práctica, real y rápida, y no sólo el candor de nuestros bellos sentimientos.

Por lo demás, creo que nos estamos desviando del sentido original de la entrada.

Antonio, me parece que la inclusión de estos pseudomódulos en los institutos estará sujeta a restricciones importantes porque claramente se necesitaría un aumento importante en personal y medios y la ley no obliga a la Administración a dotar con ellos a todos los centros.

Saludos

Anónimo dijo...

¿Qué opinais de la noticia que han dado hoy en canal 9 sobre clases de repaso en julio en los IES? Yo me he quedado patidifusa.
http://www.panorama-actual.es/noticias/not249285.htm

Toni Solano dijo...

Como el blog es mío, me voy a permitir generalizar. De mis alumnos que tienen problemas en 2º de ESO, encuentro estos perfiles:
1)Alumno con carencias básicas, generalmente desde Primaria, que trabaja al dictado y acepta con más o menos entusiasmo aguantar el desfile de profesores que le hablan de cosas que no entiende (en algunos casos le dan fotocopias para que rellene huecos?
2)Alumno que ha descubierto que da igual si hace como si no, porque su familia lo dan por perdido desde hace años. Se aburre en clase, por lo que necesita llamar la atención interrumpiendo, gritando, insultando, etc. Sabe perfectamente que nunca pasa nada, que puede sacar a los profesores de sus casillas y juega a llegar al límite. La ley le asegura que tarde o temprano volverá a clase para seguir sus negocios ("maestro: en casa me aburro y aquí consigo tabaco, móviles, mp3, etc.")
3)Alumno que ha descubierto que el sistema no le proporciona nada interesante y, en connivencia con sus padres (la madre dice al tutor: "siempre que lo mando al instituto me lo devuelven con dos o tres partes de disciplina, así que lo dejo en casa"), aparece esporádicamente hasta cumplir la edad.
Los modelos de inclusión sólo funcionan con el primer perfil. El alumno se integra, aprende y es feliz. En los otros casos, suele convertirse en una bronca continua: no hay vínculo afectivo entre el alumno y su grupo, y tampoco consideran el centro como un lugar de interés para su vida, sino como una cárcel o como un mercado de trapicheo. Les podemos tratar como personas, ayudarles a descubrir otros mundos, pero nunca participarán del currículo de 2º de ESO (que debemos impartir por ley al resto de la clase).
Y estoy generalizando, porque el blog es mío.

Jueves dijo...

Antonio, como el blog es tuyo, a ti me dirijo...
Es que la inclusión es más que lo que dice la LOE... Consiste, creo, en darle la vuelta al sistema, al que aburre, al que no conecta, al currículum obsoleto... Cuando hablo de revolución, me refiero de verdad a revolución. ¿Conoces cómo funcionan las comunidades de aprendizaje? A mí me parece que por ahí anda la dirección... Y que no mejoraremos ni todo ni todos en un día ni dos... ¡Pero es la dirección!
Inclusión no es el programa de integración, ni la compensatoria, ni la diversificación... Es un proceso en el que se pone la mirada en la participación de todos los alumnos... para lo que hay que mover todas las barreras (¡que son un montón, empezando por nuestos prejuicios, creencias implícitas o explícitas!) que dificultan el aprendizaje... La escuela inclusiva es la de todos: los "disrutptivos", los que estudian mucho, los indóciles y los dóciles, los que apuntan maneras de delincuentes... Y empiza, me repito, en Infantil... La Secundaria no va a solucionar los problemas que arrastran los niños desde que nace, claro... ¡Podría, al menos, no empeorarlos!
Bueno, lo dejo por hoy... Que es un placer hablar contigo y con los demás y que valoro mucho tu trabajo y tu entusiasmo.
Abrazos. ¡Ahora a cenar!

Toni Solano dijo...

¡Ay! La revolución... ¿Cuánto tiempo hace que los ordenadores entraron en nuestras vidas? (Me compré uno en el 1985, pero quizá empecé su uso profesional hacia 1994). Date una vuelta por los institutos (o colegios) y dime qué porcentaje de profesores usa profesionalmente el ordenador. Y no te hablo de los que están a punto de jubilarse. A mí también me gusta la revolución (en ocasiones, hago trampas con la ley educativa), pero he aprendido a desconfiar de grandes paradigmas que implican a todo un colectivo, pues los objetores te crecen debajo de todas las cátedras ("ahora me van a decir a mí, a mí, cómo tengo que dar clase...").
Quizá si aboliesen el derecho a la educación y sólo pudiesen estudiar los ricos, se crearían esas comunidades de aprendizaje; nuestras escuelas serían entonces como la casa de Pippi Langstrumfp y los coches volarían con la cola Konrad... perdón, se me vuelan los ideales.

Toni Solano dijo...

Astrid: Estoy todavía alucinando con la noticia, que supongo será una promesa más dentro de este periodo electoral. Copio un fragmento:
...los profesores que participen tendrán "un reconocimiento y una certificación" de la participación en este programa de refuerzo por 100 créditos válidos a efectos de sexenios, concurso de traslados y concurso-oposición. También se tendrá en cuenta a efectos de la concesión de comisiones de servicio por parte de la Administración...
No sé por los créditos si alguien se apuntará, pero lo de las comisiones de servicio suena a chantaje puro y duro: "Si no participas, no te la doy". Ya ves, clases particulares gratis para julio. (Por si alguien quiere frivolizar con las vacaciones de maestro, le sugiero que lea las entradas de blogs de profesores en los meses de julio y agosto y descubrirá que nunca acabamos de desconectar).

Jueves dijo...

¡Buenos días, Antonio!
Ya he desayunado, así es que traigo energía renovada... ;)
La "revolución" de la que hablaba no es solo la informática o cibernética... Se hace también con bolígrafos, con bocas, con orejas, con ganas... Y cuando las cosas van saliendo bien, casi nadie se resiste a montarse al autobús...
Lo de las "comunidades de aprendizaje" no es una entelequia y mucho menos los mundos de Yuppi (¿se escrbía así?). Te mando una referencia, por si no la conoces:
Elboj, C.; Puigdellivol. I; Soler, M., y Valls, R. (2002) Comunidades de Aprendizaje. Barcelona: Graó.
Partiendo de lo que sabemos (que es mucho), de los chicos que vienen a nuestros centros (que también son unos cuantos)... ¿qué podemos soñar, qué podemos hacer?
En otros sitios están trabajando con el "Index for Inclusion", elaborado por T. Booth y sus colaboradores... Según tengo entendido, empieza a dar resultados... Se trata de observar, poniendo los ojos en las barreras, en los más vulnerables, por dónde se nos está escapando la corriente... y, entre todos, poner en marcha un plan de mejora.
Los chicos con más dificultades puden darnos la pista de hacia dónde debemos caminar.
Voy a poner también un ejemplo: este año en mi tutoría tengo dos niños que están dentro del "progrma de integración". La niña acumula todos los problemas imaginables (discapacidad física, intelectual, familia sin recursos, enfermedad...) y el chico es "lento" en el aprendizaje y tiene dificultades para relacionarse con los compañeros. Bueno, pues ellos han sido los que nos han ido dando las pistas para mejorar: cómo nos colocamos en clase, cómo intervenimos, cómo colaboramos y trabajamos. Además, contamos con dos profeores en algunas asignaturas, porque no hemos querido que los de pedagogía terapéutica se los "lleven" a su aula sino que les hemos pedido que nos ayuden a todos. Esto está resultando fenomenal, porque tenemos a una profe que está pendiente, porque sabe mucho de "dificultades" de TODOS los alumnos, de qué les pasa cuando aprenden... Ahora es también la profesora de todo el grupo y han establecido con ella una relación estupenda... (Trabajamos juntas y sabe mucho más que yo de algunso aspectos, así que formarmos un buen equipo). Ah: los chicos están aprendiendo, por supuesto.
No sé si pensarás que ese no es el caso de los alumnos "disruptivos"..., de los de tu 2º de ESO. Insisto: si el taller de cocina puede funcionar muy bien, ¿por qué no taller de cocina para todos utilizando la metodología del trabajo cooperativo (en la que se pueden utilizar ordenadores, claro ;)? A lo mejor estos chicos nos están diciendo que al currículo hay que darle una vueltecita... ¿No nos están dejando ver que estamos ya un poco pasados con tanto complemento directo? Escuchemos un poco...
Lo mismo ocurre con la diversificación: si da buenos resultados lo de integrar áreas de conocimiento, ¿por qué no lo hacemos en otros grupos? ¿Por qué no pueden trabajar juntos los departamentos de Lengua y Sociales, y los de Matemáticas y Ciencias?
Bueno, Antonio, creo que lo mejor será que vayas ideando otro post para que a mí se me vaya el santo al cielo y deje de dar la paliza...
Cómo pasa el tiempo, ahora tengo que desearte ya ¡buen domingo!

Toni Solano dijo...

Creo que no somos los únicos preocupados por los métodos novedosos:
Mediación escolar (vía Aníbal de la Torre)

Jueves dijo...

¡Pues claro!
Además, no me gusta la soledad... ;)

José Mari dijo...

¿Por qué "educación para todos" y no "viviendas para todos" o "puestos de trabajo para todos" o "sueldos de dos mil euros para todos"? Estamos educando, nos dicen, para la igualdad, y la realidad es que los chicos no son iguales. Es tan fácil como decir que unos estudian y otros no, y el sistema educativo común está para los que estudian, o al menos para los que tienen disposición a ello. A partir de ahí, todas las demás medidas son muy positivas, pero sin perder este objetivo. La sociedad no es igualitaria, y esta es la gran mentira del siglo XXI, porque se necesita para seguir manteniendo falacia tras falacia. Un alumno inmigrante llegado hoy y matriculado mañana sin saber hablar español no está en una situación de igualdad con respecto a los demás, y sin embargo se mete en el lote de segundo de eso, con esos supuestos programas integradores que no significan nada porque en un mismo grupo hay tantos niveles que el profesor no da pie con bola.
Hay dos conceptos que son importantes en este terreno y que conviene recordar, que son los de aptitud y actitud. Se puede ser más o menos inteligente, más o menos trabajador, pero hay que querer intentarlo. Basta ya. Los centros viven situaciones insostenibles en las que los alumnos dispuestos a aprender ven retrasado su progreso por cuestiones que ya deben ser tratadas también por otros profesionales.
La educación es un derecho, sí, para el que la quiera. Y aquel que decida tomarla (simbólicamente, claro) debe recibir la mejor de las posibles, una educación de calidad. Convertirla en una obligación ha llevado a lo que miles de profesionales de la enseñanza padecemos a diario. Al aburrimiento y a la lucha. Hay que garantizar lo mejor a quien lo quiera y buscar otras vías para los que decidan optar por otra cosa. Esto es tan cierto que escuece a los teóricos. Y así los refuerzos y las adaptaciones serán para los que tengan verdaderos problemas de aprendizaje, no para disruptivos y alumnos pasotas, que al paso que van, y esto lo sabrán los profes de pt, van a convertirse en sus alumnos.

Joselu dijo...

Llego tarde al debate. He pasado el fin de semana en Zaragoza. Allí he visto y he hablado largo y tendido con mi sobrino que cumple ahora dieciocho años. Él fue un prototipo de alumno fracasado. Repitió primero y pasó, repitió segundo y pasó. Era un alumno de buen fondo, pero desinteresado por el proceso de aprendizaje, acostumbrado a estar en la calle, disruptivo (provocaba a los profesores). Formaba parte del grupo ese de chavales inteligentes pero falto de hábitos y compostura en la escuela. Esta no le proporcionaba nada que a él le interesara. Su tutor habló con los padres y en tercero, como cumplía 16 años durante el año, les sugirió derivarlo a un PGS, un programa de garantía social de hostelería. Inaceptable ¿No? Fracaso ¿no?. La escuela no había logrado integrarlo y lo único que había provocado era aburrimiento y mal comportamiento en conclusión. Mi sobrino hizo con brillantez el PGS y obtuvo el título de hostelería, lo que le permitió trabajar en un hotel durante cuatro meses ganando 900 € al mes más propinas. De paso se dio cuenta de que quería seguir estudiando y se preparó para hacer la prueba de acceso a ciclos en la que sacó un 9, la mejor. Ahora está cursando con buenas notas Técnico de Mantenimiento en instalacions electrotécnicas o algo así. ¿Qué pasó durante tantos años en la ESO en los que acumulaba amonestaciones y expedientes? Pues sencillamente que no era el lugar adecuado para él, para sus circunstancias. Intentar creer que nuestros alumnos de segundo de ESO pueden formar parte de algún tipo de currículum común tipo de curso de cocina, como se sugería, es no conocer la realidad que existe en nuestros centros. Hay alumnos con altas expectativas, que quieren aprender y continuar sus estudios con aprovechamiento. ¿Qué derecho hay a experimentar con ellos proponiéndoles currículums que satisfagan a los alumnos disruptivos y no adaptados? ¿Acaso no tienen derechos? Quizas nos equivocamos cuando se piensa que todos tienen los mismos intereses. A la altura de los catorce años es imposible integrar ya a los alumnos que han optado por la deserción porque se aburren con esa forma de aprender. Necesitan otras propuestas, y no entiendo que las profesionales sean menos prestigiosas ni que sean un camino hacia la nada. Estoy seguro de que mi sobrino, con su título, dentro de dos años puede ser que intente llegar a los ciclos de grado superior. Sin duda, estuvo durante varios años calentando la silla y no haciendo nada provechoso. Ese es el problema. Un cordial saludo.

Jueves dijo...

Vaya, escribí un post largo para contestar a Joselu... Será que los dioses están hartos de mí... Acato sus decisiones, asumo...
Lamento tener que cerrar la boca... No es mi voluntad...
(Joselu, en voz baja: si lo de tu sobrino no funcionó, a lo mejor es que había que haber hecho otra cosa que hubiera permitido que todos, y no solo él, funcionáramos mejor... Shhhh... que me oyen los jefes....).
Abrazos

G. A. dijo...

Veo que hay una gran discusión en marcha en los comentarios también...Pero no voy a entrar a ella :) Solamente decir que enhorabuena por el blog, y gracias por la utilidad.

Gracias a este blog comencé a aprender las pasadas semanas muchísimo sobre lo que los blogfesores andan haciendo por tierras españolas y me parece algo maravilloso.

Ánimo.
Un abrazo

Jesús dijo...

Todavía más tarde que Joselu me incorporo al debate, tal vez cuando todos estéis demasiado cansado de darle vueltas (eternamente) a la misma madeja (parezco uno de esos arteros asamblearios de entonces que esperaban el asalto cuando la disputa estaba madura).

a. Hace tiempo que no tiene el cuerpo para revoluciones, si acaso para la rebelión (más Camus que Sartre, claro). Tampoco estoy muy al cabo de la calle en lo referido a la teoría de la escuela inclusiva, por tanto, lo mío son tan solo impresiones barruntos, etc...

b. Trabajo en un centro que expide a la sociedad en torno al 50% del alumnado sin titular. De 130 alumnos en 3º ESO, 69 presentan desfase curricular (han repetido); no es necesario insistir en cómo está el primer ciclo. Quiere decirse que razones para el malestar las hay.

c. Ante este panorama, creo útil "achicar el campo", plantearse objetivos humildes y aceptar que los problemas son muy complejos y que sólo conseguiremos pálidos reflejos de nuestros pensamientos. También me parece que coopera en la buena dirección no caer en el catastrofismo (aunque a veces sea higiénico soltar la mala leche)

d. Esos PIP de que hablas, Antonio, llámense como se llamen, buscan recomponer el hilo conductor entre la institución y aquellos alumnos fracasados. Admitamos que el CD ya no puede unir a nadie. Los chicos fracasados son entes intransitivos. El problema, en parte, está en los perfiles del profesorado: no es fácil encontrar personas solventes en la gestión de grupos complejos, buenos administradores de las emociones adolescentes y capaces de tejer un nuevo hilo educativo (sea el que fuere). Admitiendo, claro está, que los magos no trabajan en la enseñanza. En este sentido, se necesitaría reorientar los departamentos de orientación (perdón por el chiste fácil).

e. Por lo demás, direcciones comprometidas y equipos educativos cohesionados (conviene recordar que esto es un trabajo en equipo). Para un centro es una bendición un buen tándem jefatura-orientador (no inhibido). Molesta el chantaje que contiene esa orden. Antonio. Por eso es hora de plantear cambios administrativos que valoren el trabajo real (en la línea de la vieja afrenta jefatura de departamento versus tutoría de primer ciclo) e incentiven al personal comprometido.

Un saludo

María José Reina dijo...

¡No pierdas el buen humor, por favor!
Junto con la calidad y la cantidad de tus posts conforman el encanto de tu blog.
Por cierto, no sé si se puede votar o no, pero espero que ganes el premio Edublogs.
(Ahora que no nos oye nadie intentaré influir en una miembro del jurado que a veces me encuentro por la calle). :-))

Toni Solano dijo...

Uy! Maria José, vaya entrada más arrolladora... Gracias por los halagos (ya te pasaré la comisión)

montse dijo...

Soy Montse, la tutora de 2ºE del I.E.S. GARCÍA BERNALT DE Salamanca. Ángel Encinas es el que metió el gusanillo de los blogs. Y me convenció, aunque reconozco que primer ole di calabazas porque yo soy muy torpe para esto.
Bueno ,quería decirte que mi curso es, precisamente, la solución que tú estás buscando. Se denomina "curso de adaptación curricular en grupo". Matriculamos a niños que no son capaces de conseguir los objetivos mínimos de 2º de eso. Les damos una salida digna, bien para 3º de diver o, si no, para los programas de cualificación profesional. Es como un 2º de DIVERSIFICACIÓN. Tiene el mismo planteamiento. Por lo menos no pasan un año perdiendo el tiempo, ni ellos ni nosotros. En Slamanca es el primer Centro que lo pone en práctica, así que somos como conejillos de indias, pero ha merecido la pena. !Chapeau!.
A ver si la Junta de Castilla León, y otras que lo copien,lo proponen y aprueban para todos los Centros. Como tú dices, hay niños que, desde que nacen, ya están orientados a fracasar y, los pobres no tienen la culpa. Hay que intentar que los poco que les quede de estudios lo aprovechen al máximo haciendo lo mínimo, o premiarles con métodos como el blog que han creado. Se lo merecen.

Toni Solano dijo...

Montse: Te agradecería que me enviases más detalles de ese curso a mi correo (repasodelengua-arroba-ono-punto-com).
Nosotros somos un centro CAES al que van a parar todos los casos problemáticos de la zona, pero no tenemos mucho éxito, quizá porque no estamos enfocando bien el asunto.
Gracias por tu comentario y enhorabuena por tu trabajo.

montse dijo...

Es la primera vez que lo ponemos en funcionameinto en el Centro y creo que en Salamanca, con muchas reticencias, porque no sabíamos cómo iba a resultar. Es primordial tener aulas adecuadas. Entre esta tarde y mañana colgaremos en nuestro blog: www.somosquince.blogspot.com todos los detalles de la A.C.G. (adaptación Curricular en Grupo). El orientador, Joan Miquel Sala, que es su creador, nos lo ha dejado amablemente. También puedes ver cómo es la clase, tipo taller, con muchos ordenadores ( en la sección fofos). De todos modos te enviaré un pequeño resumen al correo que me has facilitado. Lo tengo en el disco duro del ordenador de mi casa.
Entonces, entre hoy y mañana te doy la información