30 septiembre 2017

Sesquidécada: septiembre 2002

Septiembre de 2002: hago las maletas y me voy a un cole privado en el ombligo de la meseta. Allí descubro que los profes preparan e imparten sus clases, pero además ayudan en el comedor escolar, hacen guardias de patio, día sí, día también, acompañan en la ruta del transporte y, si es necesario, se quedan a las reuniones con las familias los sábados. Probablemente, para el profe que solo ha conocido la jornada en la escuela pública esto parezca infernal, pero para los que llegan de otras jornadas aun más largas es simplemente un cambio de hábitos. 

En 2002 todavía no había internet ni wifi en muchos hogares, y menos en los pisos compartidos de estudiantes, como el que me sirve de albergue en todo este extraño curso. Con una jornada que ocupaba casi todo el día, apenas tenía tiempo de aburrirme, y el mayor consuelo en la soledad y la distancia era la lectura. Por eso, el primer protagonista de esta sesquidécada es un ensayo de Alberto Manguel llamado Una historia de la lectura. En los viajes de ida y vuelta a mi auténtico hogar, en el retiro espiritual de una habitación de apenas cinco metros cuadrados escamoteada a un salón compartido, en el frío atardecer de los parques del bajo Guadarrama, en las tristes despedidas y los alegres reencuentros, los libros me van haciendo compañía y llenan de sentido esta búsqueda de un oficio que se fraguaba hace quince años.
Dice Manguel en su ensayo
“Desde siempre, el poder del lector ha suscitado toda clase de temores: temor al arte mágico de resucitar en la página un mensaje del pasado; temor al espacio secreto creado entre el lector y su libro, y de los pensamientos allí engendrados; temor al lector individual que puede, a partir de un texto, redefinir el universo y rebelarse contra sus injusticias (...) Todos nos leemos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea para poder vislumbrar qué somos y dónde estamos"
Aquel era sin duda mi propósito: redefinir el universo, rebelarme contra las injusticias y vislumbrar quién soy y dónde estoy, algo que todavía no he consumado, creo.


El segundo libro que recupero para esta sesquidécada no necesita muchas presentaciones, como demuestran todas aquellas obras que tienen su propia entrada en la wikipediaEl nombre de la rosa, de Umberto Eco. Por aquellas fechas ya se había estrenado la película y el libro había entrado en la categoría de best seller, lo que había convertido a su autor en un icono cultural, más allá del ámbito de la semiótica, por el que lo conocíamos los cuatro filólogos que habíamos leído artículos especializados y otras lindezas del género como Obra abierta. Sin embargo, a pesar de la prevención con la que me sumergí en esta novela de masas, he de decir que me sorprendió muy gratamente, que me descubrió un autor especial que combinaba la erudición con las tramas cautivadoras de la novela de género, para dar lugar a una obra única que sirvió de modelo a numerosos autores que hicieron su agosto con versiones más o menos acertadas de la intriga histórico-intelectual. No he vuelto a leerla, pero creo que seguirá igual de viva y fresca, como la película, otro clásico que nos ha dejado grabadas escenas inmortales en nuestra memoria de cine.

La última reseña corresponde a una de las lecturas que por aquellas fechas era obligatoria en bachillerato y que me tocó releer para mis clases. Se trata de Niebla, de Miguel de Unamuno. También es una novela -o nivola- que no necesita presentación en el mundo de los profes de literatura. Una novela magistral para los filólogos, pero bastante opaca para los estudiantes de bachillerato, a los que los vericuetos de las vanguardias y los entresijos de la narratología les resultan bastante ajenos. No resultó nada fácil que leyesen y entendiesen esta obra, lo que me preocupaba en aquellos momentos, porque pensaba que era por culpa mía, sin darme cuenta que, en la mayoría de casos, los contenidos de los exámenes se asimilaban por memorización transitoria y que hacía falta algo más intenso que una disertación para que esos contenidos se fijasen y perdurasen. Pero para esas constataciones aún me faltaba mucho. 

En las vigilias de mi habitación mesetaria, mientras reflexionaba sobre ello, continuaba entregado a la lectura y a la escritura y me veía reflejado en las palabras de Manguel: 
“Tal vez podría vivir sin escribir. No creo que pudiera vivir sin leer”

24 septiembre 2017

Mucho por hacer

Hace un año contaba en el blog cómo nos habíamos puesto en marcha en las tareas de dirección. Con la perspectiva de este primer año, sin haber ganado demasiada altura, pero sí la suficiente para otear en la distancia, compartiré algunos de los cambios que se han ido produciendo, unos por nuestro esfuerzo y voluntad y otros por azares planetarios, que también debe haberlos.


Definíamos en el proyecto de dirección 20 aspectos concretos para el periodo 2016-2020. Comentaré los avances en cada uno de ellos.
1. Revisar la asignación de grupos para evitar la segregación. Los grupos actuales son totalmente heterogéneos, lo que evita grupos-gueto. Hay que decir que mejora la diversidad, pero dificulta en ocasiones la convivencia, lo que requiere un trabajo extra en las tutorías.
2. Reconfigurar los espacios públicos (patios, pasillos, zonas comunes...). Seguimos haciendo cambios en esta línea, ganando algunos espacios para los alumnos. Los problemas vienen por el incremento de matrícula, ya que sobrepasamos los 700 alumnos.
3. Reforzar el Plan Lector. Este año trabajaremos el Mayo del 68, intentando ligarlo a la coeducación y la convivencia pacífica.
4. Dinamizar la Biblioteca. Habrá horas para dedicarlas a esa tarea, principalmente ligadas al plan lector.
5. Revisar, renovar y contextualizar el Plan de Acción Tutorial. El plan de formación seguramente va a ir centrado en esa línea, con un seminario de creación de materiales. Por fin, nos han concedido una segunda orientadora, lo que esperamos refuerce esa acción tutorial.
6. Incidir en aspectos fundamentales para la convivencia del centro, como puntualidad, imagen limpia del centro, respeto al profesorado y a los compañeros. Todos los protocolos de convivencia que intentamos desarrollar buscan mejorar este aspecto. Es quizá el punto más complejo y el que más dedicación exige.
7. Reformular el Aula de Convivencia como espacio educativo y no meramente sancionador. Durante este curso, el aula de convivencia servirá también para refuerzo de alumnos a la hora del patio.
8. Promocionar la cultura de prevención de conflictos y refuerzo de la figura del mediador. Ligado al plan de acción tutorial, el proyecto Futuro, a través del grupo Riu Sec y la Casa Camarón, intenta que el alumnado más conflictivo desarrolle actitudes positivas hacia el centro y su propia educación.
9. Aclarar y mejorar las normas de convivencia existentes (plan de convivencia y reglamento de régimen), así como mejorar la aplicación de medidas correctoras. Se han definido nuevos protocolos y se han unificado los modelos de parte de incidencia. Hay dos personas con dedicación al seguimiento de conflictos.
10. Promocionar la inclusión efectiva del Aula de Comunicación y Lenguaje (autismo) en la organización del centro. Por un lado, con Casa Camarón se interacciona con el alumnado de etnia gitana, por otro, se han realizado actuaciones con el alumnado de FP Básica de Jardinería. Las nuevas instrucciones de inicio de curso del aula CiL promueven una mayor inclusión de este alumnado en el aula ordinaria.
11. Reformular las sesiones de evaluación como herramientas de reflexión y mejora didáctica. Se han marcado pautas para que las sesiones de evaluación se centren en lo esencial y se eviten digresiones. Falta definir criterios para los casos más complejos.
12. Promocionar un Consejo Escolar más efectivo y participativo. Se ha aumentado la comunicación virtual y se espera una mayor participación en las próximas elecciones.
13. Convocar Claustros más transparentes y participativos. Los claustros van acompañados siempre de una presentación multimedia y se distribuye previamente un formulario digital cuando hay que decidir.
14. Realizar Comisiones de Coordinación Pedagógica más centradas en aspectos organizativos y educativos. Seguimos buscando una mayor eficacia para estas reuniones.
15. Dinamizar la participación e implicación del alumnado en el funcionamiento del centro. Se han constituido reuniones de delegados, asociación de alumnos y se está formando un grupo de antiguos alumnos. A través de las redes sociales (Instagram, Facebook o Twitter) se mantiene un flujo constante de información.
16. Dinamizar la participación de las familias a través de la activación del AMPA. Se han realizado varias reuniones y esta asociación ha puesto en marcha un banco de libros de lectura, además de ocuparse del préstamo de taquillas.
17. Garantizar la prevención de conductas conflictivas a través de la ocupación lúdico-cultural del tiempo libre. Durante el curso pasado se pusieron en marcha los patios lúdicos, con actividades deportivas. Este año se añaden las actividades lúdicas "Mens sana", con ajedrez, cubo de Rubik, etc., asistidas por profesorado del centro a la hora del patio.
18. Racionalizar las actividades extraescolares, vinculándolas al proyecto educativo para que sean inclusivas y formativas. Aunque se han promovido actividades interdepartamentales, es necesaria una mayor coordinación en este aspecto.
19. Organizar sesiones de intercambio de experiencias educativas al final de curso. Los compañeros cuentan lo que han hecho a lo largo del curso. Fue una de las grandes sorpresas de final de curso, que esperamos repetir.
20. Difundir públicamente las actuaciones educativas más destacadas. A través de Facebook, Twitter, Instagram, el blog de la revista e incluso con notas de prensa. Visibilidad y transparencia.

Además de esos puntos a largo plazo, teníamos otras propuestas concretas para poner en marcha de manera inmediata, muchas de las cuales hemos conseguido llevar a cabo:
  • Establecer vínculos de interacción con la Escuela Oficial de Idiomas y la Universitat Jaume I para mostrar trabajos de nuestros alumnos o recibir agentes externos en las aulas. Somos centro de prácticas y referente en la asignatura de "simulación de instituto" del máster de Secundaria.
  • Mentorización del profesorado nuevo por parte de compañeros definitivos en el centro, con los que comparta guardias. Cada profe nuevo tiene como referencia a un profe definitivo.
  • Establecer una jornada para compartir y difundir proyectos y trabajos de cada asignatura, con talleres organizados por el alumnado. La semana anterior a las vacaciones de pascua se dedica a estas labores.
  • Crear un canal abierto de difusión de noticias por Telegram para las familias y otro de uso interno para los docentes. Esto permite una comunicación fluida e inmediata con la comunidad educativa.
  • Identificar al alumnado con Altas Capacidades y promover, a través del Comité de Jóvenes Expertos, un plan de actuación que no suponga más tarea para ellos sino motivación añadida. Ya se han apuntado varios alumnos y alumnas y trataremos de darles una respuesta apropiada.
  • Poner en marcha Google Classroom. Estamos aprendiendo poco a poco a gestionar la integración de la plataforma de reprografía y el entorno Google. 
  • Eliminar cuanto sea posible la documentación impresa. Mantenemos actualizada una carpeta digital con toda la documentación del profesorado y usamos el correo o Telegram para las comunicaciones inmediatas. 
A título personal, como profe de lengua y literatura tendré un grupo de 4º de ESO y otro de 2º de ESO, con docencia compartida, además de mis alumnos en riesgo de exclusión del grupo Riu Sec. Después de un año centrado sobre todo en proyectos de convivencia, apetece retomar grupos en los que seguir una programación y en los cuales poder desarrollar proyectos. Ya veremos.
Como decía al principio, con la experiencia de un curso en la dirección, seguimos trabajando en equipo para corregir aquellos puntos en los que tuvimos problemas el año pasado. El arranque de este año ha sido un poco más ordenado, a pesar de haber incrementado el número de docentes y de alumnado. Vamos aprendiendo a gestionar mejor lo urgente y lo importante, aunque hay días en los que parece que el mundo se acaba. Me gustaría decir que todo va mejor, pero prefiero pensar que todavía queda mucho por cambiar. Trabajo por proyectos, centro sin deberes, inclusión, convivencia pacífica... Mucho por hacer.


Crédito de la imagen: 'Ladders on the wall'