12 diciembre 2009

Leyendo en clase... y fuera (I)

Final de trimestre y cosecha lectora. Este curso tengo grupos de 2º ESO y de 1º de Bachiller (en el monográfico de 4º de ESO no tenemos lecturas). El planteamiento de los planes lectores es muy distinto para unos y para otros.
Comencemos por los irreductibles segundos de ESO. Para la primera evaluación debían leer en casa El retrato de Carlota, de Ana Alcolea (editorial Anaya), un libro al cual llegué gracias a Lu y Mª José Reina. Es una novela con misterio, amor y cierto aire artístico y cultural, ambientada en los carnavales de Venecia. Al finalizar la lectura, los alumnos debían rellenar esta ficha de lectura:
Ficha Lectura: El retrato de Carlota, de Ana Alcolea
Después, se comentaba en el aula y cabía la posibilidad de entregarla corregida y ampliada para subir nota. También se hacía un control de lectura para evitar el copia-pega de fichas.
En general, quienes se han leído la novela han quedado satisfechos. Incluso algunos que no la habían leído se han enganchado en los últimos días a la lectura. Creo que es un buen libro para este nivel y permite ampliar competencias con múltiples actividades (me resultó muy curiosa una que encontré en el CEIP Emiliano Labarta de la Puebla de Alfindén, en la que el alumnado de 5º diseñaba los trajes y otros objetos del libro).
Para las lecturas en el aula (esos libros que llevamos en el maletín de los sueños), habíamos seleccionado Aprendiz de detective. Un robo muy costoso, de William Irish (en cursos anteriores habíamos usado del mismo autor -con el seudónimo de Cornell Woolrich- El ojo de cristal. Charlie no vendrá esta noche). Es un libro de Vicens Vives, muy apropiado para la lectura en el aula, porque tiene ese punto de intriga que mantiene en vilo a los alumnos (algunos se adelantan páginas para llegar al final). Sin embargo, lo tuvimos que dejar al acabar la primera de las historias, porque había problemas para compartirlo con los de 1º de ESO; de modo que la segunda historia la leeremos en la 2ª evaluación.
Como nos habíamos quedado sin maletín, recurrimos a los clásicos, que son siempre valores perdurables. En la misma colección Cucaña de Vicens Vives, hay una versión muy ligera de Don Quijote. Ya sé que los puristas se echarían las manos a la cabeza si tuviesen que reducir la grandeza de nuestro clásico a poco más de 100 páginas con numerosas ilustraciones. Pero, personalmente, recomendaría a los puristas que viniesen durante la hora de lectura a nuestros terribles 2º de ESO, para que pudiesen ver a los jóvenes reírse (sobre todo con los insultos de don Quijote) y pedir un rato más de lectura. Al hilo de la lectura van aprendiendo cómo vivían las gentes en el siglo de oro, qué eran las novelas de caballerías, por qué Cervantes publicó una segunda parte...
De estas lecturas en el aula, sólo se pide participación. Saber que no habrá examen, que no tienen que resumir ni analizar, que el único trabajo es leer, convierte las sesiones de lectura en una hora que ellos mismos consideran corta. Y ésa es la mejor evaluación para mí del fomento de la lectura.

(Continuará)

15 comentarios:

Yolanda dijo...

Antonio, nos machacan con Planes de Fomento de la Lectura pero no nos facilitan el tiempo para ello en el aula. Ya he dicho varias veces que a mis alumnos les encanta leer en voz alta, lo que sea, y no sé si llegamos a los cuarenta y cinco minutos diarios que marca la ley, me importa un comino si la cumplimos o no. Yo reparto lotes de libros en las clases (uno por trimestre) y luego les pido un pequeño resumen, pero creo que voy a dejar de hacerlo si eso les supone llegar a odiar la lectura. Me niego a convertirme en una especie de Gestapo de los libros. Si la mayoría disfrutan leyendo, y sé que es así, adelante, estupendo, y si no, pues qué le vamos a hacer, ellos se lo pierden. Por las malas no vamos a conseguir que disfruten leyendo, y la lectura es para mí sobre todo placer. No podemos hacer más.
Y sí, yo también odio las adaptaciones, me parecen una falsificación. Resultan útiles, pero adulteran la obra original. Hay muchos libros, o pasajes de ellos, apropiados para cada etapa sin tener que reducirlos a la cuarta parte. Yo he leído esos libro que mencionas y están bien, desde luego. Los alumnos que los leen y disfrutan a los trece o catorce años llegarán más adelante a otras obras más complejas, seguro.
Un abrazo.

Lourdes Domenech dijo...

Retrato de Carlota les encantó a mis alumnos del curso pasado. A mí, también.

Y ahora otra confesión: Odio las fichas de lectura. Me gusta abrir tertulias en clase con los alumnos y realizar actividades grupales con ellos, pero hace tiempo que renuncié a los controles de lectura y a las propuestas de resumen, pues creo que lastran el trabajo lector.

Felipe Zayas dijo...

Las adaptaciones de los textos clásicos para acercarlos al público infantil y juvenil han sido una constante en el ámbito de la educación literaria. En el caso concreto del Quijote, vale la pena echar un vistazo a El Quijote para niños y jóvenes, obra coordinada por Mª Victoria Sotomayor Sáez y publicada por Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. En ella se analiza la historia de las adaptaciones de esta obra de Cervantes.

Marian dijo...

Tamién en mi instituto se ha programado esa lectura del Quijote de la editorial Cucaña para los 1º de ESO. La leeremos en el 2º trimestre. Me alegra saber que tiene aceptación.
Estoy con Lu en que las fichas de lectura, resúmenes o exámenes no contribuyen mucho a fomentar la lectura...Mis alumnos celebran los días dedicados exclusivamente a leer o comentar lo leído, pero reciben con más desagrado las actividades de "control".

blogge@ndo dijo...

¡Qué difícil desarrollar el hábito lector! Apoyo la idea de Lu de renunciar a controles, fichas y demás y hablar con ellos de lo leído. Las tertulias dialógicas dan muy buen resultado, especialmente en las claes de E.S.O. y con grupos no especialmente motiovados hacia la lectura. En el último número de AULA hay dos o tres artículos muy interesantes con experiencias sobre este tema.
De todas formas, no hay que olvidar que leer es divertido, motivador, enriquecedor para el que le gusta leer y para el que no le gusta, es un suplicio. Debemops tener decálogo de Pennac siempre en la cabeza al programar la lectura en el aula.

Toni Solano dijo...

Yolanda: Tenemos esa fama de policías lectores, pues somos los únicos que mandamos leer. Si trabajar la competencia comunicativa (que incluye la lectora) es cosa de todos, ¿por qué no se manda leer libros en otras asignaturas? ¿no hay lecturas de historia, de ciencias, de deporte...? Y lo peor es que muchos profesores piensan que "plan lector" es lo mismo que "mandar leer tres libros al año". Penoso.
Lu: Hablé del asunto de las lecturas obligatorias y las fichas (trabajos, controles, etc.) hace un tiempo. En la docencia compartida hay que buscar puntos de encuentro: a mí no me gusta ni la ficha ni el control, pero reconozco que permite compartir en clase puntos de vista y trabajar las lecturas con cierta profundidad. Y el acuerdo entre mi compañera y yo es este: se mantiene su metodología y mis selecciones de libros; quid pro quo.
Felipe: Gracias por la referencia y por la visita. Se echa en falta una mayor formación en este tipo de literatura. Y siguen sin ofertarse cursos específicos para el profesorado.
Marian: Un año lo trabajé en 1º de ESO y los alumnos hicieron murales por grupos; cada grupo tenía asignado un capítulo y lo plasmaban en un mural. Quizá se podría hacer con Glogster.
blogge@ndo: La lectura sin obligación suele implicar a todos; está comprobado que el libro de aula lo van leyendo todos, mientras que el obligado en casa, con sus fichas, sólo alcanza a unos pocos. Creo que hay que mantener esa doble vía que asegura lo básico y permite avanzar a los que tienen interés.

Miguel dijo...

Yo no sé cómo habrán resultado las evaluaciones de esos "terribles" segundos de la ESO, pero intuyo que las actividades que les habéis propuesto han sido positivas. Y por lo que respecta a las adaptaciones, pues, qué quieres que te diga, ya tendrán tiempo de adultos para enfrascarse con las originales, de momento, no me parece nada mal, sino todo lo contrario.

Un abrazo.

Patxo Landa dijo...

No hay experiencia más reconfortante que notar el recogimiento de toda la clase durante una hora de biblioteca. Yo me conformo con obligarles a ese placer semanal dentro de la vorágine adolescente en la que habitan permamentemente.

Anónimo dijo...

blogge@ndo , ¿cómo son las tertulias NO dialógicas? .

marlen dijo...

Me interesa mucho este tema. Me gustaría preguntaros a todos los que hacéis lectura en el aula ¿cómo lo realizáis? ¿todos leen el mismo libro a la vez? ¿En voz alta o baja?
Para los que opináis que no hay que realizar controles de lectura ¿cómo os aseguráis de que leen en casa?
Yo, personalmente les propongo un libro por trimestre del que me hacen una fichita sencilla y les puntúo con un positivo a los libros extras que lean voluntariamente.
En algunos da buen resultado.

Gracias, de antemano, por atenderme.

Luisa López Hita dijo...

Recuerdo con mucho cariño la reacción que tuvieron algunos alumnos de primero de eso, hace unos años, cuando terminaron de leer la adaptación de El Quijote de Vicens Vives: se les saltaron las lágrimas.Se habían divertido mucho durante la lectura pero ellos no esperaban ese desenlace.
Ahora leemos en clase, también en primero, la adaptación de Cucaña de Robinson Crusoe e igualmente están disfrutando.
A mi no me gustan demasiado las fichas de lectura tampoco; por eso estoy aprovechando las TIC para comentar los libros con ellos: he abierto un foro en la red social que tengo para este grupo y allí proponemos debates. Ahora intentan ponerse de acuerdo en qué les sería más útil si tuvieran que pasar una temporadilla con Robinson.

Marcos Cadenato dijo...

Coincido con todos vosotros: cuando llevaba a mis chicos de la ESO a leer a la biblioteca les extrañaba que sólo tuviesen que leer, sin fichas de lectura, resúmenes, argumentos y principales personajes... Absolutamente nada: sólo leer por el mero placer de leer; incluso no hacerlo, como reconoce Pennac. Es sólo una opción, claro está.

Toni Solano dijo...

Miguel: Tú sabes bien cómo son los segundos, aquí y en cualquier parte del mundo. No es tarea sencilla tenerlos quietos, cuanto menos callados y leyendo. Pero, si algo les interesa, tienen todo el aguante del que carecemos nosotros. Eso es lo que hay que aprovechar.
Patxo: Nosotros no podemos usar la biblioteca porque se necesita como aula de manera habitual. Has tocado un tema, el de las bibliotecas de los institutos, en el que queda casi todo por hacer.
Anónimo: Creo que se refieren a una tertulia en la que docentes y discentes se encuentran al mismo nivel, alejada por tanto de la clase magistral.
Marlen: En nuestros grupos, la lectura se hace en voz alta, cambiando los turnos de lectura cada dos o tres minutos. Preferimos hacerlo así por el alto porcentaje de alumnado inmigrante que necesita input. No obstante, cada caso debe obedecer a los perfiles de los grupos y la metodología preferida. En cuanto a los controles de lectura, yo recomendaba siempre libros que ya había leído y preguntaba cada semana por dónde iban; así era fácil saber quién leía y quién no.
Luisa: Gracias por la visita y por contarnos esa experiencia. Anímate a dejarnos algún enlace para visitarte. Un saludo.

marlen dijo...

Gracias Antonio por contestarme.
Lo voy a poner en marcha a partir de enero, aunque deberá ser cada 15 días, pues sólo dispongo de tres horas semanales en 2º ESO.
Lo que sí hago todos los años, y en eso estoy precisamente esta semana, es la lectura de una obrita de teatro en voz alta, que les suele agradar bastante.

Gus dijo...

En mi caso tengo un hijo que con tan solo cinco años decidió leerse como libro de verano una versión juvenil de Don Quijote, a partir de ese día denominado "su Quijote". Posteriormente la lectura variada (infantil, juvenil, adulto, estudios, historia, civilizaciones,...) le ha permitido adquirir un vocabulario muy elevado. A nivel lingüístico estaba ya valorado como un universitario de 19 años aunque solo tenía ocho. ¿Genial? sí, pero el profesorado de la asignatura de Lengua no tiene claro para qué ha de usarse la asignatura. Se pierden entre deberes y demás componendas gramaticales que lo único que hacen es obrar el milagro, ¡pero al contrario! Con el paso del tiempo el alumnado pasa de leer porque su profesorado ha dado más importancia al aprendizaje de aquello que para nada nos es necesario para el correcto desarrollo de la lectura comprensiva. ¿Cuál es el verdadero objetivo de la asignatura? ¿Hacer exámenes y deberes y transformar la lectura en trabajo? Pues esa es la realidad.

Metéis la pata todos y cada uno de los días, cada vez que obligáis a leerse el mismo libro, cada vez que hacéis exámenes de Lengua o de las lecturas, cada vez que habláis de gramática en vez de enseñar a los niños a expresar lo que en sus cabezas hay. Simple y llanamente la gran mayoría del profesorado no sabe enseñar, es nuestra triste realidad, pero no se conforma con eso si no que a mayores añade su torpeza a la carga que de por sí ya tiene el alumnado.

El profesorado de Lengua debería pensar en esto: si para que lean tus alumnos tienes que obligarlos deberías dejar tu puesto de trabajo. Si tienes que decidir por ellos qué libros elegir haces mal tu trabajo y haces daño a la sociedad.

Ahora bien, si entras en el aula, pides silencio y comienzas a leer, por poner un ejemplo, una de las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer es muy posible que quieran seguir escuchando más, leyendo más.

¿Para qué sirve la gramática si la mayoría del profesorado no la ha interiorizado? así se escuchan los "más mayor" y otras incorrecciones a diario. No se enamora al alumno y peor aún, a aquellos que lo "traen de casa" los forzáis, violando a su persona, a someterse a lo que diga el libro de la editorial y vuestra soberbia y egoísmo.

Habláis de leer, de lectura, pero no de las torpezas que hacen que el alumnado esté deseando que esa clase acabe.

Para qué escuchar a los niños y lo que ellos quieren, ¿verdad?