16 julio 2007

Lugares literarios

Tenía pendiente un meme de lugares literarios, lanzado desde Oteando desde proa, al que me comprometí hace unas semanas. Ahí van algunos de los lugares que más me ha apetecido visitar después de leer algunas obras literarias:
Moguer: La temprana lectura de Platero y yo, de J.R. Jiménez, hizo de Moguer un topos literario muy atractivo para mí. Sus calles blancas y silenciosas, los campos luminosos, los olores... Ya de adulto he visitado Huelva en un par de ocasiones (incluso para opositar), pero no he querido acercarme hasta Moguer por no desilusionarme.
La ribera del Támesis: Cuando leí las delirantes aventuras de Tres hombres en una barca, de Jerome K. Jerome, pensé que algún día repetiría ese viaje en barca a través del curso del Támesis. Creo que hacen excursiones de ese tipo con visitas culturales incluidas, pero es otro de los viajes que tendrán que esperar. Sin embargo, en cierta medida, he compensado esa ilusión con otros viajes en barco por el Canal du Midi.
El valle del Curueño: Tras La lluvia amarilla, leí casi todos los libros que publicaba Julio Llamazares (por cierto, el último, El cielo de Madrid, no me gustó mucho). Me impresionó sobre todo El río del olvido, un viaje sentimental por el valle leonés del Curueño (ahora que se celebra el aniversario de Riaño es buena ocasión para recordar estas desgracias de pueblos desaparecidos). Esta vez sí que cumplí mis objetivos y pude conocer la zona de la montaña leonesa, en la que tengo, además, buenos amigos. Siempre he dicho que, si me pierdo, que me busquen en Babia.
Lisboa: Aquí se invierte el fenómeno: Visité Lisboa un par de veces con doce o trece años y después leí a Pessoa y a Saramago, con lo que la ciudad adquirió un tinte especial. La conjunción de ambos autores y de la ciudad se puede disfrutar con la lectura de El año de la muerte de Ricardo Reis de Saramago.
El páramo: Lugar indefinido de Gran Bretaña que aparece en El sabueso de los Baskerville, de Arthur Conan Doyle, y que representa lo desconocido, lo que permanece ahí fuera a la espera de que hollemos su suelo para descubrir su identidad y la nuestra.

Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/54745487@N00/72712524

3 comentarios:

Joselu dijo...

Un saludo veraniego. Creía que estabas en periodo de letargo pero veo que sigues en pie de guerra cultural. Los topos literarios. Interesante tema que veré cómo aprovecho. Coincidimos con el espacio de Moguer, que yo sí visité, aunque algo rápidamente y mi ciudad favorita que es Lisboa y que siempre tengo ilusión por volver a recorrer. Los blogueros nunca descansan. Un cordial saludo.

Lourdes Domenech dijo...

Creo en las casualidades (y causalidades). Hoy mismo he cerrado un billete para Lisboa. Me marcho una semana en busca de paz (y literatura).

Lee Soldados de Salamina de Javier Cercas y luego vente a visitar los lugares que en esta novela se citan. Blanes es uno de ellos.

wraitlito dijo...

No he podido estar en ninguno de los lugares que citas... peor aún, no he leído ninguno de los autores salvo J.R.Jiménez (desgraciadamente no me gustó demasiado) y muy poquito de Pessoa, a ver si me pongo las pilas.
Saludos.