En esta entrada número 300 del blog, hubiese querido hacer apología de la lengua, ese material con el que trabajamos todos los días y que constituye la esencia y la especificidad del ser humano. Sin embargo, mientras me inspiraba sobre ello viendo la película de Barbie, La princesa y la costurera, encontré este menú:
Heché un vistazo para ver si el DVD era pirata y por tanto no habían podido pagarle a un traductor con título, pero no, era original: se ve que los de Mattel, como Disney, también tienen congelado el cerebro.
Acudí, pues, a mi otra fuente de inspiración: El diario Mediterráneo:

Comprobé los recursos de la RAE, por si, de repente, habían abolido la ortografía y no me había enterado, pero todo estaba allí, como siempre e incluso mejor y más fácil.
De modo que, visto lo visto, desistí de redactar cualquier apología de la lengua y me propuse dedicarme a las matemáticas. Y sobre ello hablaré muy pronto.