29 diciembre 2009

Sesquidécada: diciembre 1994

Se cumple con ésta un año de sesquidécadas, notas en las que recupero algunas de mis lecturas de hace quince años. Lo que comenzó como una distracción banal se ha convertido en una serie reflexiva sobre gustos literarios y sobre la trastienda vital de mi biografía lectora. Pero estos escritos también han constituido una magnífica excusa para compartir impresiones sobre libros con algunos de los que pasáis por aquí. Por eso, creo que durante el próximo año seguiré con la serie sesquidecádica, a menos que se alcen voces contrarias.
Para este cierre anual, he elegido a dos autores mediterráneos muy dispares: Joan Perucho y Manuel Vicent.
En tiempos de lecturas vampíricas, convendría recuperar Les històries naturals, de Joan Perucho, uno de los grandes autores de la literatura catalana (hay ediciones en castellano en Edhasa y Quinteto). En la novela, Antoni de Montpalau, un erudito que dedica su vida a la ciencia y la explicación racional del entorno natural, se ve envuelto en la investigación de una serie de asesinatos en un aislado pueblo del Priorat, por parte de un ser vampírico llamado dip. Es una novela con muchos guiños a la Ilustración y a la novela gótica, aunque no tiene nada que ver con estas sagas crepusculares de vampiros adolescentes que están tan de moda hoy día. La novela de Perucho está escrita en una prosa elegante y con un fino humor que satisface al lector exigente. Recordándola estos días, me vino a la memoria también una película con la que tiene cierta relación: El baile de los vampiros, de Roman Polanski (triste condición humana y tristes destinos -el de Sharon Tate, el de Polanski y sus delitos-, en un azar que salda cuentas donde menos lo esperas):



La otra novela que recupero es Tranvía a la Malvarrosa, de Manuel Vicent. Personalmente, me gusta mucho más Son de mar, pero no puedo traicionar la cronología de lecturas que yo mismo he marcado. Esta novela constituye un ejercicio de memoria del propio autor, en el que recupera sus años de estudiante en Valencia, creo que con un valor más documental que literario. La novela tiene ese sabor mediterráneo y epicúreo que impregna muchos de los escritos de Vicent, tanto en las novelas como en las columnas que publica en El País. Hace unas semanas, mi amigo Miguel hablaba en su blog de una exposición de Sorolla con los cuadros de la Hispanic Society de Nueva York, y le comentaba que algunas de aquellas pinturas me recordaban a Manuel Vicent. Después de visitarla ayer, confirmo mis impresiones: En ambos se aprecia el brillo, la humanidad, el color, la vida... tantos detalles que nos hacen felices; el propio Vicent afirma:
Al final de todas las religiones y filosofías, en medio de tantos dioses, héroes y sueños, resulta que la vida no es sino un conjunto de chismes y un nudo de aromas, una pequeña costumbre cuyos pilares tan sólidos son de humo y salen de ciertas tazas frente a las cuales uno ha sido feliz.
Con estas palabras y con las pinturas de Sorolla que abren y cierran esta nota, soleadas y luminosas, despido este fértil año; esperemos que el 2010 sea para todos igual de feliz.

22 diciembre 2009

Felices Fiestas

Como felicitación para estas fiestas, os dejo una recopilación de lo mejor de este blog:


Aunque, por cuestión de espacio, no estáis todos, os tendré igualmente presentes en estos días de asueto (tranquilos, que no andaré lejos).

FELICES FIESTAS

16 diciembre 2009

Recordando a Cernuda

PEREGRINO

¿Volver? Vuelva el que tenga,
Tras largos años, tras un largo viaje,
Cansancio del camino y la codicia
De su tierra, su casa, sus amigos,
Del amor que al regreso fiel le espere.

Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas,
Sino seguir libre adelante,
Disponible por siempre, mozo o viejo,
Sin hijo que te busque, como a Ulises,
Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope.

Sigue, sigue adelante y no regreses,
Fiel hasta el fin del camino y tu vida,
No eches de menos un destino más fácil,
Tus pies sobre la tierra antes no hollada,
Tus ojos frente a lo antes nunca visto.


En homenaje a esa Generación del 27 que nació un día como hoy hace 82 años.

15 diciembre 2009

Homenaje al 27

Me entero a través del blog de Felipe Zayas que mañana se cumplen 80 años del acto de homenaje a Luis de Góngora, un acontecimiento que se considera hito fundacional de la Generación del 27.
Por ese motivo, sería interesante que quienes deseen conmemorarlo en esta red de redes publicasen MAÑANA DÍA 16 DE DICIEMBRE un poema de cualquiera de los autores de la Generación del 27.
Convocados estáis.

14 diciembre 2009

Leyendo en clase... y fuera (II)

Mis dos grupos de 1º de Bachillerato me están dando alegrías y tristezas por igual. Alegrías al verlos participar en actividades TIC de un modo bastante autónomo y tristezas al comprobar que muchos siguen contagiados de esa desgana más propia de la ESO. Pero, no adelantemos conclusiones antes de contar los proyectos lectores con estos grupos.
Para Bachiller tenía un blog de 2º curso (Seres de lengua) que he abandonado de momento. Consideré que valía la pena abrir un proyecto nuevo y así nació es todo el mundo un prodigio, el blog de aula de 1º de Bachillerato. Sabía que algunos alumnos de estos grupos ya habían trabajado conmigo los blogs en 3º de ESO; otros habían repetido experiencias TIC el año pasado en el Trabajo Monográfico, con Google docs, wikis, Scribd, Slideshare... De modo que contaba con suficiente apoyo logístico para proponer que los trabajos de aula se subiesen habitualmente al blog.
En el apartado de las lecturas propuestas, seguí con mi planteamiento habitual: En la medida de lo posible, los clásicos curriculares se leerían en clase y, para casa, habría posibilidad de leer novelas contemporáneas que incrementasen la nota. Estas últimas quedaban recogidas en una amplia lista con posibilidades de aceptar otras lecturas no reflejadas allí. Sobre esos libros complementarios, se encargan trabajos a medida, tratando de huir de resúmenes y análisis de personajes. Algunos de esos trabajos se pueden ir leyendo ya en el blog, como la magnífica reseña de La guerra de las salamandras, de Karel Capek.
En cuanto a los clásicos literarios, este trimestre hemos leído el Romancero español (Bruño). Durante cuatro o cinco sesiones he seleccionado romances que han leído los alumnos en clase. Cada romance nos daba pie a comentar aspectos de interés sobre la vida y la literatura medieval. Acabada la lectura, propuse unos trabajos en grupo de análisis concreto de un romance del libro. Algunos de esos trabajos han seguido automáticamente el camino Scribd+blog sin necesidad de mi tutela; a otros alumnos se los he colgado yo. También subieron al blog sus investigaciones sobre aspectos de la sociedad y la cultura medieval, una tarea que para muchos fue su primer contacto con las TIC en educación.
Para el próximo trimestre, la lectura de La Celestina quizá nos dé pie a utilizar el microblog. No veo que sea una herramienta que les interese mucho, quizá porque no hay tiempo ni equipamiento para que lo hagan en horas lectivas. No obstante, me doy por satisfecho con lo que hay hasta el momento.
¡Ah! y mis quejas del principio son producto de esa visión tan extendida que nos lleva a pensar que los alumnos, por estar en bachiller, son ya adultos. Espero que conserven por mucho tiempo esa fe inocente en el futuro.

12 diciembre 2009

Leyendo en clase... y fuera (I)

Final de trimestre y cosecha lectora. Este curso tengo grupos de 2º ESO y de 1º de Bachiller (en el monográfico de 4º de ESO no tenemos lecturas). El planteamiento de los planes lectores es muy distinto para unos y para otros.
Comencemos por los irreductibles segundos de ESO. Para la primera evaluación debían leer en casa El retrato de Carlota, de Ana Alcolea (editorial Anaya), un libro al cual llegué gracias a Lu y Mª José Reina. Es una novela con misterio, amor y cierto aire artístico y cultural, ambientada en los carnavales de Venecia. Al finalizar la lectura, los alumnos debían rellenar esta ficha de lectura:
Ficha Lectura: El retrato de Carlota, de Ana Alcolea
Después, se comentaba en el aula y cabía la posibilidad de entregarla corregida y ampliada para subir nota. También se hacía un control de lectura para evitar el copia-pega de fichas.
En general, quienes se han leído la novela han quedado satisfechos. Incluso algunos que no la habían leído se han enganchado en los últimos días a la lectura. Creo que es un buen libro para este nivel y permite ampliar competencias con múltiples actividades (me resultó muy curiosa una que encontré en el CEIP Emiliano Labarta de la Puebla de Alfindén, en la que el alumnado de 5º diseñaba los trajes y otros objetos del libro).
Para las lecturas en el aula (esos libros que llevamos en el maletín de los sueños), habíamos seleccionado Aprendiz de detective. Un robo muy costoso, de William Irish (en cursos anteriores habíamos usado del mismo autor -con el seudónimo de Cornell Woolrich- El ojo de cristal. Charlie no vendrá esta noche). Es un libro de Vicens Vives, muy apropiado para la lectura en el aula, porque tiene ese punto de intriga que mantiene en vilo a los alumnos (algunos se adelantan páginas para llegar al final). Sin embargo, lo tuvimos que dejar al acabar la primera de las historias, porque había problemas para compartirlo con los de 1º de ESO; de modo que la segunda historia la leeremos en la 2ª evaluación.
Como nos habíamos quedado sin maletín, recurrimos a los clásicos, que son siempre valores perdurables. En la misma colección Cucaña de Vicens Vives, hay una versión muy ligera de Don Quijote. Ya sé que los puristas se echarían las manos a la cabeza si tuviesen que reducir la grandeza de nuestro clásico a poco más de 100 páginas con numerosas ilustraciones. Pero, personalmente, recomendaría a los puristas que viniesen durante la hora de lectura a nuestros terribles 2º de ESO, para que pudiesen ver a los jóvenes reírse (sobre todo con los insultos de don Quijote) y pedir un rato más de lectura. Al hilo de la lectura van aprendiendo cómo vivían las gentes en el siglo de oro, qué eran las novelas de caballerías, por qué Cervantes publicó una segunda parte...
De estas lecturas en el aula, sólo se pide participación. Saber que no habrá examen, que no tienen que resumir ni analizar, que el único trabajo es leer, convierte las sesiones de lectura en una hora que ellos mismos consideran corta. Y ésa es la mejor evaluación para mí del fomento de la lectura.

(Continuará)

06 diciembre 2009

Cinco palabras

Parece que fue ayer cuando empezamos el curso y resulta que vamos cerrando ya el primer trimestre. Es momento de hacer balance de algunas de las actividades que han salido adelante. Este año vuelvo a tener a los "peculiares" segundos de la ESO, grupos difíciles y diversos, con alto absentismo y con un alto porcentaje de abandono escolar (calculo que alrededor del 70% cumplirán los dieciséis sin pasar de aquí y sin obtener ningún título). No obstante, son grupos en los que, como entramos dos profesores (mi compañera de departamento Elena y yo), se puede atender la diversidad con cierta solvencia (aunque también con cierto menoscabo de nuestro equilibrio mental).
Hoy hablaré de una actividad que nos ha ocupado las cuatro o cinco últimas sesiones de clase. Se trataba de una actividad de Elena que, aprovechando un texto de Bernardo Atxaga, permitía ejercitar el estudio del sustantivo y del texto descriptivo. Esta es la ficha:
Actividad de descripción

La actividad tenía en origen los siguientes pasos:
-Selección de los sustantivos vinculados al recuerdo personal del estudiante.
-Redacción de un borrador con el texto de Atxaga de modelo.
-Revisión de los profesores.
-Redacción en limpio en la libreta.

Pero, en lugar de quedarnos ahí, decidimos grabar los resultados con Audacity y subir los podcasts a Goear. Además, reciclando un blog que ya viene de largo, las grabaciones están disponibles para quienes quieran oírlas en familia o con sus amigos.

La actividad de grabación ha sido también interesante, porque permitía ver el grado de interés de los alumnos por sus producciones orales. Había quien no quería leer por vergüenza, otros porque el texto les parecía pobre, otros porque todo les parecía una tontería, otros incluso practicaban en casa para hacerlo bien. Aunque, al principio casi nadie quería que se publicase en internet, al ver que ya habíamos publicado otras grabaciones el curso anterior, se fueron animando. Los resultados no son espectaculares, pero quizá para final de curso hayan mejorado.

30 noviembre 2009

Alumnos tóxicos

Lunes, justo antes de empezar la jornada semanal, me encuentro con esta noticia: "La madre de un niño con síndrome de Down denuncia que cuatro centros se niegan a aceptarlo". Sé muy bien que hay que ser cautelosos con cualquier noticia que busca causar impacto en los medios. Sin embargo, reconozco que se trata de uno de esos asuntos sobre los cuales no me caben dudas y que no necesito ver sobre el papel para confirmarlo: Las actuaciones de algunos centros privados atentan contra principios constitucionales y suponen un factor desestabilizador en el sistema educativo.
No voy a entrar en disputas sobre los conciertos educativos, sobre ese dinero público que va a parar a entidades privadas que no garantizan los servicios que se comprometieron a prestar. Sólo quiero airear un poco la indignación que he sentido esta mañana al leer esta noticia. Y lo haré lanzando unas preguntas retóricas a las que no estáis obligados a responder:
  • ¿Por qué las familias siguen pensando que los centros privados ofrecen mejor educación a sus hijos? -la razón que se ofrece en la noticia acerca de las dimensiones del centro no parece muy sólida-.
  • ¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI, cuatro centros educativos se nieguen a escolarizar a un menor por padecer un síndrome de Down?
  • Si no lo hubiesen dejado entrar en un autobús o en un centro comercial, por muy privado que fuese y con su derecho de admisión en regla, ¿sería un acto lícito?
  • ¿Para qué integrar en los centros educativos a las minorías, a los que necesitan atención especial, a los inmigrantes, etc. si, a la vista de lo que ocurre a pie de calle, la sociedad nunca les va a perdonar ser como son?
  • ¿Qué sentirán las familias de alumnos de esos centros cuando sepan de este asunto? ¿Alivio? ¿Alegría? ¿Remordimiento? ¿Vergüenza?
Después de tanto interrogante me he marchado a mis clases con bastante desasosiego, ese resquemor de saber que todavía consideramos tóxicas a ciertas personas y nos protegemos de ellas con mascarillas sociales. Menos mal que, cuando entro en el aula se me pasa: En alguno de mis grupos de 2º de ESO hay hasta seis o siete niños con Adaptaciones Curriculares Significativas, una ratio muy por encima de lo que marca la ley; sin hablar de alumnos que no conocen el idioma o, simplemente, absentistas que vienen un día sí y seis no. Aquí siempre hay sitio para uno más, o para dos, tres o cuatro, que el curso es muy largo y el centro público. Cada uno viene con su problema y a cada uno tratamos de darle algo a cambio. Ellos no han elegido ser así, pero nosotros -docentes, progenitores, empresarios, políticos...- sí que hemos decidido ser lo que somos. Después de ver lo que veo, ya no sé quién tiene que aprender de quién.

Crédito de la imagen: Levante-EMV

26 noviembre 2009

El corrillo digital de Twitter

En el vasto mundo de los ecosistemas, la sala de profesores constituye uno de los hábitats más diversos y pintorescos. Allí, sus habitantes conversan, discuten, se odian, se enamoran, etc. Hay todo tipo de fauna (tierna o peligrosa) y de flora (bacteriana, sobre todo). Pero, la sala de profesores es, ante todo, la prolongación de nuestro oficio y nuestra vida fuera de las aulas. En ella se trabaja y se habla de trabajo, pero también es lugar de convivencia. En charlas apresuradas se intenta arreglar el instituto, la educación, el país, el mundo... En los corrillos, uno se ríe o se indigna; alguien pasa y comenta una noticia; otro revela altos secretos de aula, de despacho o de alcoba; un padre manifiesta sus preocupaciones por las clases de ballet y una madre aclara cuestiones sobre el tubo de escape del coche; el de educación física cuenta al de religión las actividades TIC que ha preparado para el trimestre, etc.
La sala de profesores es un hervidero de voces sobre lo divino y lo humano (al menos en centros -como el mío- en los que no hay departamentos). Sólo una pega: Tienes que conformarte con la compañía que te ha tocado.
Pero, al margen de los ecosistemas reales (analógicos), tenemos los ecosistemas digitales. El descubrimiento de Twitter hace aproximadamente seis meses me proporcionó una sala de profesores virtual. Todo lo descrito arriba se puede vivir en Twitter, que viene a ser, más que una sala, un ágora en la que pululan cientos de personas y personajes cada uno con su nombre de guerra. Me muevo por allí bajo el alias @tonisolano y escribo mensajes (de menos de 140 caracteres) a través de un complemento de Firefox. En esas microcharlas he experimentado algo parecido a lo que ocurriría en una sala de profesores en la que los contertulios son colegas a los que escoges de manera voluntaria. En Twitter converso con personas a las que conocía del mundo de los blogs; comentamos noticias, compartimos recursos, contamos chistes, pinchamos música, decimos tonterías, nos indignamos con los políticos, etc. Y, del mismo modo que hay días en los que no hablas con nadie en una sala de profesores, hay periodos en los que permanezco escuchando sin hablar, o ni tan siquiera me asomo a la puerta de Twitter para no enredarme en conversaciones más o menos banales.
Seguramente, Twitter ofrece posibilidades didácticas que saldrán a la luz cuando las aulas tengan acceso normalizado a las redes. Mientras tanto, Twitter es mi sala de profesores a medida. Y para quienes no se han decidido aún, deben saber que empezar es muy fácil, incluso para una abuelita:



Crédito de la imagen: Wikimedia: Japanese-Teacher's-Room

18 noviembre 2009

Sesquidécada: noviembre 1994

En el mes de noviembre de 1994, leí en dos días el Libro de Apolonio, en cuatro, El Conde Lucanor, en otros cuatro, el Cantar de mío Cid (y por ahí en medio otros tres o cuatro librillos de menor talla y trascendencia). Era un periodo febril de lecturas con fines académicos. Recuerdo que el Libro de Apolonio me gustó bastante más que El Conde Lucanor, quizá por las locas peripecias de sus protagonistas y por lo fantástico de su trama (una historia que, actualizada, daría para un best-seller de mayor calidad que algunos de los que circulan con relativo éxito).
También por aquellos días estaba sumido en el estudio de la Narratología, con Gérard Genette como figura señera. Cualquier texto literario que caía en mis manos era sometido a análisis minucioso: "Narrador homodiegético, focalización cero, analepsis parcial, etc.". Sin darme cuenta, había perdido la inocencia lectora y me había convertido en un "microbiólogo literario". Tardaría muchos años en darme cuenta de que es necesario separar "ocio y negocio", ámbitos que, en nuestro oficio, por suerte o por desgracia, van íntimamente ligados en ocasiones.
Con este panorama de fondo, no es de extrañar, pues, que no pudiese disfrutar de otra de aquellas lecturas sesquidecádicas. Me refiero a El siglo de las luces, de Alejo Carpentier. Invadido por mi taxidermia lectora aproveché bien poco la prosa del cubano, más atento de los juegos con la trama y el narrador que del delicioso lenguaje con el que están narradas las vidas de unos personajes inolvidables.
Con el tiempo, he tenido muchas oportunidades de revisar los clásicos que he citado arriba. Pocos resisten relecturas agradables (a excepción quizá del Cantar de mío Cid). Sin embargo, no he vuelto a visitar a Carpentier. Quizá sea esta nota la excusa apropiada para hacerlo.

Crédito de la imagen: : '105119'

09 noviembre 2009

Pulgartuito

En una casa en medio del bosque 2.0 vivía una familia de blogueros. Los padres escribían largas notas en sus blogs, sin apenas imágenes, tochos en los que hablaban de lo divino y lo humano. Con una mayor profusión de widgets, los hijos siguieron la tradición y mantuvieron blogs temáticos: Garrapunto.com, Microciervos, Mantasverdes, Motosierrapasion, etc. Sin embargo, el más pequeño de todos ellos, tras un curso de escritura zen por correspondencia, decidió que sus escritos nunca superarían los 140 caracteres, unas frases que se pueden tapar apenas con un pulgar; por eso, lo llamaron Pulgartuito.

Los padres blogueros advertían siempre a sus hijos de los peligros que acechaban en el bosque 2.0.
-Tened cuidado, que hay mucho troyano tras los arbustos -decía papá Blogger.
-A ver si un psicopedagogo desalmado os hace una adaptación curricular on-line -apuntaba mamá Wordpress.

Y los niños, alocados como corresponde a su edad y condición, nunca hacían caso de sus padres y paseaban por el bosque de feed en feed sin la mayor preocupación. Pulgartuito era sin duda el más avispado de todos ellos. La filosofía zen había impregnado su espíritu, y sus notas rebosaban sabiduría e ingenio. Por eso, cuando sus padres les avisaron de que los ingresos publicitarios eran cada vez más bajos y que quizá tendrían que cerrar los blogs, Pulgartuito convenció a sus hermanos para ir, cruzando el bosque, en busca de patrocinadores.
Aquella misma tarde, salieron con sus netbooks, sembrando el camino de tags, hashtags, pingbacks y trackbacks, una idea que se le había ocurrido a Pulgartuito para no perderse. Sin embargo, al caer la noche, descubrieron que tanto Twitter como Blogger se habían colgado por un ataque masivo de monjas-bulo antigripales.
-¿Qué vamos a hacer ahora :-((((?- lloraba desconsolado uno de los hermanos que sólo posteaba vídeos de niños riéndose o llorando.
-¡Nunca volveremos a casa! -sollozaba otro, conocido en toda la blogosfera por sus powerspoint de frases sobre la amistad con fondo de paisajes y música new age.
-Llorad como cobardes. Pensaré como un valiente -lanzó Pulgartuito en un arrebato tuitero de primer orden.

Y, sin miedo alguno, Pulgartuito, alzado por la ballena de Twitter, descubrió en un claro del bosque una casa de colorines. Hacia allí se dirigieron, con tan mala fortuna que se trataba de una sede de Microsoft Corporation.
-Pasad, pasad, chicos. Soy el Hada Messenger y también escribo y me comunico en la red, como vosotros. Os podéis quedar a dormir, pero debo esconderos. Mi padre Windows vendrá pronto y a él siempre le apetece comerse todo lo que se mueve por el bosque 2.0.

De este modo, los chicos se escondieron en un repositorio de archivos ocultos, intentando no hacer ruido al teclear sus notas. Pero, cuando llegó Windows, la tragedia se mascaba en el ambiente.
-¡Cuidadito conmigo, que vengo caliente! Otra vez se me han adelantado los niñatos de Google con su computación en la nube... En la nube, en la nube... ¿quién demonios va a pagar por algo que no se puede vender en una cajita de colores?... Estoy que me comería tres wikis y dos redes sociales. Pero..., ¿a qué huele aquí?

Abriendo carpetas y subcarpetas, ignorando sus propias advertencias de que el ecosistema podría dejar de funcionar si se removían los archivos, Windows encontró a los niños escondidos entre una pila de librerías dll.
-¡Vaya, vaya! Unos sabrosos niños blogueros. Y, este pequeñajo, ¿quién es?
-Soy Pulgartuito y, aunque pequeño, tengo ya más de tres mil followers.
-Eso, a mí, me la trae al pairo. Acabo de firmar planes exclusivos con algunas comunidades autónomas para instalar mi sistema operativo de Siete leguas.
Y, diciendo esto, Windows cerró todas las carpetas de golpe y los dejó allí encerrados.
-Mañana daré buena cuenta de vosotros.

Pulgartuito y sus hermanos se quedaron allí, rodeados de archivos temp, de registros de configuraciones polvorientos... Pero, Pulgartuito, tras hacerles un retuit de urgencia a varios followers desesperados que pedían su ayuda, se puso a hurgar en un ejecutable malicioso que un antivirus gratuito había guardado en un baúl y consiguió resetear la habitación. Mientras sonaba la sintonía de Windows, Pulgartuito y sus hermanos se calzaron unas botas ADSL de 20 megas reales y huyeron de aquella casa maldita.
-¡Qué flipe! -decía uno de los chicos, que siempre llenaba su blog de gifs animados.
-¡Quién iba a pensar que existían de verdad los 20 megas reales...! -gritaba lleno de alborozo otro que llevaba tres meses sin meterse con la SGAE.

De este modo, veloces como el viento, Pulgartuito y sus hermanos llegaron a su casa en un periquete.
-¡Por fin, hijos! ¡Pensábamos que habíais sido víctimas de las redes P2P!
-Padre, madre -dijo Pulgartuito-, no debéis preocuparos más por Google AdSense y sus anuncios inteligentes. Aquí os traigo lo que nos sacará de la ruina.
Y abriendo su netbook, descargó el código secreto de Windows: Una ristra de unos y ceros -más ceros que unos, en realidad- se derramó por el salón e inundó los verdes prados del bosque 2.0. convirtiendo toda la flora y la fauna en un ecosistema copyleft.
-Bien está lo que bien acaba -tuiteó Pulgartuito-. Y se puso en modo off.


Este cuento surge a iniciativa de Juanjo Muñoz y su Caperucita 2.0., en una serie que han seguido otros ilustres blogueros con más salero que yo:

31 octubre 2009

Que se queden hasta los 18

Alzaré mi voz contra el clamor docente que reniega de la escolarización obligatoria hasta los 18 años. Me parece estupendo que los jóvenes se queden estudiando hasta la mayoría de edad (supongo que luego vendrá aquello de elevar la mayoría de edad hasta los 21). A cambio, sólo exijo la inclusión de esta pequeña reforma:

Título de Estudios Elementales:
Podrán acceder al módulo de Estudios Elementales (Niveles básicos correspondientes al Primer ciclo de ESO) aquellos alumnos que no hayan superado los objetivos de Primaria y que, tras haber cumplido los catorce años, no hayan aprobado las asignaturas instrumentales de 1º o 2º de ESO. Estos alumnos pasarán a un curso de adaptación curricular centrado en la adquisición de Competencias de Supervivencia Cívica:
-Alfabetización básica.
-Socialización.
-Higiene y Salud.
Estos cursos tendrán una orientación académica con carácter fundamentalmente práctico y podrán ocupar uno o dos años según decisión del equipo docente.
Quienes superen esos cursos obtendrán el Diploma de Estudios Elementales y podrán optar por Programas de Cualificación Inicial Profesional o por Programas de Diversificación Curricular.

Por otro lado, aquellos alumnos que, tras cumplir los quince años, no hayan superado este módulo, pasarán una prueba diagnóstica y serán remitidos al especialista correspondiente según el informe elaborado al respecto. Las universidades dispondrán de unas Aulas de Milagros Didácticos destinadas a este tipo de alumnado con el fin de atenderlos debidamente hasta los 18 años. Para ello, se contará con especialistas en Psiquiatría infantil, Psicopedagogos, Educadores sociales, Jueces, Abogados, Fiscales, Presidentes de Asociaciones de Padres y Madres, Obispos, Políticos, Periodistas, y un señor que pasaba por allí.

Del resto del alumnado, como siempre, nos seguimos ocupando nosotros.
Crédito de la imagen: 'Day 112/365 - Wrong Way'

30 octubre 2009

Hablando se entiende la gente


A mi casa llegó hoy un mensajero;
una caja con un tubo esperado
traía, por di4 enviado:
Por fin, cesó un antiguo desespero.

Varios correos con tino certero
llegarían a un señor educado
en atención al cliente encargado,
y dio la cara como un caballero.

Salvó di4 esa garantía
ante algo que a cualquiera descalabra:
El no saber si esta empresa cumplía.

Aquel diálogo -abracadabra-
a la conciliación la puerta abría:
Es mi fe en el poder de la palabra.


Crédito de la imagen: 'Communication'

26 octubre 2009

Sesquidécada: octubre 1994

Empecé a estudiar Filología porque me gustaban la lengua y la literatura, es evidente. Dentro de la literatura, mi atención se centraba en la novela contemporánea y, aunque reconocía el valor de otras épocas y géneros, no pensaba que mis estudios fuesen a hacerme cambiar de gustos. Sin embargo, allá por el lejano 1994, la literatura medieval se me apareció casi de sopetón para darme muchas alegrías. En esta sesquidécada (y seguramente en las próximas) regresará alguno de aquellos clásicos que me dejó gratamente sorprendido. En esta ocasión viene Gonzalo de Berceo y sus Milagros de Nuestra Señora.
Los lectores que no se han acercado a la literatura medieval tendrán los mismos prejuicios que tenía yo en aquellos años: Un libro con ese título tan devoto debe de ser aburridísimo. Como este blog es bastante visitado por filólogos dejaré que sean los comentaristas los que den sus opiniones. Mi recuerdo al respecto me lleva a la enorme sorpresa de encontrar un libro plagado de historias divertidas, de golpes de efecto, de pasiones, de dolor, de violencia, de lujuria, de muerte, de amor... Eso sí, no nos engañemos, cuesta leerlo por partida doble: Por su castellano medieval y por la omnipresencia de la devoción mariana como motor de todos los milagros. Y entre tanto milagro, no fue extraño que hace poco, cuando todos hablaban de cierto político que emprendió el Camino de Santiago como expiación de su soberbia y sus pecados, me acordase del "milagro del romero". En fin, que hemos cambiado muy poco desde la Edad Media.

Cambiando de tercio completamente, he revisado otra lectura de aquel mes de octubre de 1994: TV: fábrica de mentiras, de Lolo Rico. Su autora fue la creadora del programa La bola de cristal, un referente para los "jóvenes de mi edad". El libro, a pesar de su antigüedad, tiene una vigencia asombrosa. En él se habla de los perniciosos modelos televisivos que se ofrecían a los niños: Leticia Sabater, Bola de Dragón, Sensación de vivir...
Me contaba una maestra (...) que los chiquillos de su instituto declaraban (...) aspirar a que el centro en que estudiaban se reformara a imagen y semejanza del de Beverly Hills (..). Querían tener las mismas taquillas, idéntico jardín (...). Ninguna referencia al profesorado, ni peticiones para la biblioteca (...). La realidad que nos circunda convertida en mero escenario, en soporte de una hipotética actividad social, recreativa, sexual -nunca intelectual- que necesariamente les asimilará, según creen, a los personajes de la serie (...).
Me temo que Beverly Hills se ha convertido ya para muchos jóvenes en la meta a alcanzar, por cualquier medio, en sus vidas: un estado vacacional permanente, acomodado, sentimentaloide y reaccionario.
Ahora, Beverly Hills son esos institutos de ficción (Los Serrano, Física o Química, etc.) o, simplemente canales como Disney Channel, que ofrecen ese estado "vacacional permanente", como alguna vez ha apuntado Joselu. Aquella generación de niños de la que hablaba Lolo Rico son la "generación Peter Pan", los adultescentes de hoy, y ya vemos cómo les va. No sé qué nos encontraremos de aquí a quince años ni si estaremos para contarlo.
Crédito de la imagen: 'Monasterio de Suso'

21 octubre 2009

El tonto inglés


EL TONTO INGLÉS
(Drama en tres actos)


PERSONAJES:
Un TONTO
LISTO 1
LISTO 2

ACTO 1

(Entra un tonto en el centro comercial La brecha británica)

TONTO:
Buenas tardes tenga usted.
LISTO 1:
Buenas sean. ¿Qué desea?
TONTO:
Estropeose este tubo
del aspirador, ¡qué pena!
LISTO 1:
Veo que es en garantía;
llévelo usted sin problema,
no anda lejos el servicio
técnico, y allí no hay pena.
Mas, hombre, no vaya usted hoy
que es sábado y allí cierran

(Vase)

ACTO 2

(Servicio técnico, lunes por la tarde)


TONTO:
Buenas tardes tenga usted.
LISTO 2:
Buenas. ¿Viene con un tubo?
Sepa que el aspirador
que usted creía de lujo
es un cacharro mezquino
que funciona como el culo.
Varios me han traído ya
y garantías no hubo.
TONTO:
Asi, ¿me toca pagar?
LISTO 2:
Y serán casi mil duros.

(Vase desconsolado)

ACTO 3

(Martes por la tarde en La brecha británica)

TONTO:
Buenas tardes tenga usted.
LISTO 1:
(Aparte) Otra vez el persistente.
¿Qué le trae por aquí?
TONTO:
Ya de atención al cliente
vengo muy desesperado,
así que no me caliente...
La garantía lo dice:
"Dos años los componentes"
LISTO 1:
Pero este tubo es pïeza,
señor, y no componente.
Y sepa que las pïezas
se excluyen completamente.
TONTO:
Mas el tubo no es cepillo,
ni filtros; es diferente.
LISTO 1:
Olvídese, caballero.
No obró atinadamente
al elegir esta marca.
TONTO:
¡Si me la enseñó su gente!
LISTO 1:
Aquí en la factura veo
que lo compró en internete.
¡No somos la misma cosa!
No vendía yo tal ente.
TONTO:
Pero, ¿qué me dice usted?,
¡si lo veo allí enfrente!
LISTO1:
Para otros bobos lo guardo;
siempre pica algún cliente.
Retírese ahora un tanto
que se me espanta la gente.

(Vase el TONTO rumiando entre dientes)

TONTO:
Enseñaba yo a los críos
respetar mucho la letra
para tratar con las gentes
sin romperles la cabeza.
Mas ahora veo triste
que, aun sobre letra impresa,
hay quien discute y porfía,
y lo escrito se la pela.
Malas gentes comerciantes,
muy devotos de la empresa
pero poco fieles al cliente,
quien en la estacada dejan.
Y llámenme tonto inglés
puesto que aquí se demuestra
que bien extranjero soy
de aquesta mi propia lengua.


FIN
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Los personajes y acciones que se cuentan en este drama están basados en hechos reales. Por si alguien quiere huir de situaciones similares, todo esto ocurrió en este comercio, y con un aspirador de esta marca.

ACTUALIZACIÓN 30/10/09:

Tras varios correos electrónicos, el departamento de gestión de calidad de di4 se ha hecho cargo del envío gratuito de esta pieza. También desde el departamento de atención al cliente de El Corte Inglés se han preocupado de llamar para tratar de solucionarlo. Quiero pensar que lo hubiesen solucionado sin necesidad de mis insistentes correos y de esta nota en el blog. Y como es de bien nacidos ser agradecidos, publico una nota aclarando todo esto en el mismo registro poético.

17 octubre 2009

Pedagogía personal

Tiempo de programaciones didácticas. En ellas se recogen las intenciones para el curso. En la mayoría de casos, no pasan de ser un copia y pega de currículos oficiales, de propuestas editoriales o de efusiones departamentales con mayor o menor vocación de permanencia en el tiempo y el espacio. En algunos centros, como éste en el que estoy, se procura adaptar a la realidad de las aulas: Perfiles de los grupos, lecturas de referencia, proyectos y experiencias concretas, etc. Sin embargo, no dejan de ser programaciones para todo un departamento, en las que el apartado de metodología docente se ha de hacer más o menos universal para que cualquier docente pueda adaptarse a ello. Y todos sabemos que la metodología docente es lo que más nos diferencia, pues, como dice el refrán, "cada maestrillo tiene su librillo". Incluso en aquellos grupos en los que entramos dos profesores al aula, en los que todo está pactado de antemano para evitar incompatibilidades, cada uno aplica enfoques distintos y privilegia unos aspectos sobre otros. Debo decir que esta experiencia de compartir docencia con mi compañera Elena ha enriquecido mi visión de la docencia, a pesar de nuestras diferencias a la hora de manejar una clase (o quizá precisamente por ello). Y lo que he aprendido es que no hay fórmulas mágicas, que es preciso que cada docente busque su propia metodología y que, en esa indagación, se muestre flexible y sea capaz de aprender de otros, no para imitarlos, sino para adaptar y pulir su estilo con el tiempo.
Cuando aprobé las oposiciones, mis conocimientos sobre didáctica y pedagogía eran muy limitados. De hecho, una compañera y amiga tuvo que echarme una mano para preparar la programación que debía defender (gracias, Isabel). En lo que no tenía dudas era en el modo que consideraba apropiado para dar clase; lo consideraba tan personal que ni siquiera me atreví a plasmarlo sobre el papel, y lo defendí a viva voz en el acto, creyendo que si era algo descabellado se lo llevaría el viento. Aquellos cuatro puntos que sustentaban mi pedagogía personal eran los siguientes:
  • Proximidad: En la medida de lo posible, los contenidos serían explicados con ejemplos cercanos a la realidad del alumno. Es buen modo de compensar el desinterés de los jóvenes por todo aquello que consideran ajeno a sus vidas o inútil para su futuro inmediato.
  • Empatía: Considero fundamental la capacidad de ponerse en el pellejo del alumnado. En ocasiones, olvidamos que son adolescentes, con todo lo que ello supone, y que nosotros circulamos por sus vidas como una sucesión de bustos parlantes que sueltan discursos y dictan órdenes.
  • Negociación: Quizá producto de una falta de firmeza o quizá derivada de la anterior, la negociación de ciertos aspectos en el desarrollo de las clases, me ha permitido adaptarme a muchos alumnos difíciles. No me gustan las normas igualatorias y pienso que el profesor puede y debe negociar individualmente lo que exige a cada alumno, siempre que ello no suponga un trato discriminatorio hacia el resto.
  • Persistencia: Ellos son pesados y yo debo serlo más. No me debo cansar de repetir las cosas, en clase, en el pasillo, en el patio... A fin de cuentas, ¿quién no recuerda a los pesados que han pasado por nuestras vidas?
Con el tiempo, he relativizado todas mis certezas, incluidos estos cuatro pilares. Sin embargo, ahí los tengo, siempre presentes. Ya sé que no son gran cosa y que a muchos les parecerán discutibles, pero, por encima de la validez de unos u otros, reivindico que cada profesor/a pueda ejercer la docencia siguiendo sus propias dudas y certezas. Para ello, las programaciones tienen que ser la cuerda que nos guíe en el laberinto y nunca la soga que nos ahorque en las mazmorras de la burocracia.
Crédito de la imagen: 'At right angles'

07 octubre 2009

Porque tú no vales

Hoy se cumplen cinco años de la implantación del Permiso de Conducción de Familia (PCF), uno de los avances sociales más destacados en nuestro siglo XXI. En un 7 de octubre del año 2015, tras un acalorado debate ético sobre el carácter público o privado del cuidado de hijos y la gestión de los recursos familiares por parte de los progenitores, se aprobó la creación de un carnet que sirviese de habilitación para ejercer la patria potestad. Al mismo tiempo, se estableció el sistema de puntos, que ya venía funcionando con éxito desde hacía años para la conducción de vehículos.
"A algunos intelectuales les parecía que el PCF suponía una intervención excesiva del Estado en el ámbito familiar", apunta Mariano Godoy, responsable de la Dirección General de Familia (DGF), "sin darse cuenta de que un individuo podía ir a la cárcel por conducir borracho en una noche loca, mientras otros quedaban impunes tras conducir borrachos a su familia durante toda la vida, poniendo en riesgo, día tras día, la vida y el futuro de sus hijos y cónyuges".
Por eso, el Permiso de Conducción de Familia estableció un régimen severo de castigos, según la dimensión y gravedad de la falta: No atender la manutención e higiene, tolerar o fomentar el absentismo escolar, desatender las obligaciones educativas de la prole, poner en riesgo la integridad de sus hijos o las de sus amigos, compañeros, profesores, etc. suponían la retirada de puntos, que sólo se podían recuperar asistiendo a cursos de formación y a talleres de trabajo social. Algunas faltas, como no asistir a las reuniones del colegio o a las llamadas de los tutores, podían ser objeto de simple sanción económica,.
"No fue fácil concienciar a la gente de lo importante que es sentar las bases de una educación en condiciones como garantía de futuro", señala Leire Potín, consejera autonómica del Departamento de Reeducación Familiar (DRF). Ciertamente, costó varios meses, pero las duras campañas de concienciación (polémicos fueron aquellos explícitos carteles: "Si tu hijo te importa una mierda, dedícate al onanismo", o las pegatinas indelebles: "Porque tú no vales") y el desprestigio público que suponía para padres y madres perder puntos dieron fruto más pronto de lo previsto. En un año bajaron en un 45% las incidencias escolares (un descenso de hasta el 60% de expedientes disciplinarios en los institutos de secundaria) y se retiró la custodia a doscientos progenitores que acumulaban faltas muy graves. "Había padres y madres que educaban a sus hijos en el desprecio absoluto de la vida propia y ajena", comenta Alfredo Marchasi, Jefe del Gabinete de Sustitución Familiar (GSF). El GSF constituyó una piedra angular del sistema; formado en su totalidad por psicólogos y psicólogas (y algún psicopedagogo), diseñaba unas familias de acogida ficticias (en realidad eran un psicólogo y una psicóloga disfrazados de padre y madre -aunque a veces, por problemas de distribución, existían familias con otro perfil-) que se ocupaban de reeducar a esos niños y jóvenes que habían sido desasistidos por sus familiares. "Además de servir de apoyo a esas criaturas, el GSF permitió recolocar a muchos profesionales a los que el buen orden en los centros educativos había dejado sin trabajo", confirma Marchasi.
Hoy, después de cinco años, pocos se atreven a criticar el PCF, un documento que ha devuelto la normalidad a escuelas, institutos, centros de mayores, reuniones familiares de domingo, velatorios, cenas de Nochebuena, etc. "Aún nos queda mucho por mejorar. El año que viene regalaremos puntos a los que participen en las asociaciones de padres y madres o en el Consejo Escolar; será la caña", concluye Leire Potín. Ya veremos.


Ficciones anteriores:
Crédito de la imagen: 'Familia'

24 septiembre 2009

Sesquidécada: septiembre 1994

En esta sesquidécada, viajaremos en tren de ningún lugar hasta una tierra de sueños y secretos. Utopía es ese ningún lugar (ou topos) que, gracias a Tomás Moro, podemos disfrutar al menos en lo literario. Utopía entronca con el género literario de las repúblicas ideales que nos lleva desde Aristóteles hasta Huxley. Pero la Utopía de Moro está cargada de ese tono entre irónico y amargo que caracteriza a los heterodoxos del Renacimiento (Moro, Erasmo, Luis Vives, un trío que protagoniza cierto libro del que fui editor). Recupero un fragmento de ese reino utópico:
Pues si la misma multitud que ahora se ocupa en trabajar se dividiera en tan pocas ocupaciones como el necesario uso de la naturaleza requiere, se seguiría necesariamente una tan gran abundancia de cosas que sin duda los precios serían más bajos de lo necesario para que los obreros pudieran vivir. Pero si todos los que ahora están ocupados en trabajos inútiles con toda la caterva de los que viven ociosos en la pereza cada uno de los cuales consume y gasta más cosas producidas por la labor de otros hombres que dos de los mismos trabajadores; si todos éstos, digo, fueran obligados a provechosas ocupaciones, fácilmente percibiréis el poco tiempo que sería suficiente, sí, y de sobras, para proporcionaros todo lo que puede pedirse tanto para la necesidad como para la comodidad o incluso para el placer siempre que este placer fuera verdadero y natural.
O este otro fragmento de perenne actualidad:
Otro aconseja fingir la guerra para para que cuando bajo este color y pretexto el rey haya reunido gran abundancia de dinero pueda, cuando le plazca, hacer la paz con gran solemnidad y ceremonias religiosas para tapar los ojos de la pobre comunidad, como si tuviera auténtica compasión y piedad de la sangre humana, como un príncipe amante y piadoso.
A continuación, nos subimos al tren. En El Transcantábrico, el escritor Juan Pedro Aparicio, describe un viaje sentimental a través de la cornisa cantábrica, desde Bilbao a León. Es un viaje nostálgico y con esa épica de las pequeñas hazañas que dan sentido a unas tierras y a unas gentes al borde de la extinción.
Y, a bordo de "El Hullero", llegamos al Reino Secreto. Los cuentos del reino secreto, de José María Merino, ilustran bastante bien ese realismo mágico leonés (aunque Merino sea gallego de nacimiento) que impregna a autores como Llamazares, Mateo Díez, Merino o el anteriormente citado Aparicio (algunos de los cuales comparten filandones de vez en cuando). Merino es un autor de calidad indiscutible. Esta recopilación de relatos breves se ha mantenido en mi lista de libros recomendados desde hace años, aunque reconozco que no es fácil encontrar el libro, sobre todo desde que desapareció la colección de bolsillo de Alfaguara.
Sobre Merino ha escrito con mayor solvencia mi colega Eduardo Larequi, en la Bitácora del Tigre. Allí ha reseñado alguna de sus obras; incluso ha escrito artículos fantasma como corresponde a esos reinos de la fantasía.
Y aquí concluye este viaje mensual por territorios del pasado entre los renglones de lecturas perdidas y recuperadas.

17 septiembre 2009

Polis de secundaria

Estos días, como parece que ya se han aburrido de lo de la gripe A, la han tomado con darle más autoridad a los docentes. No me voy a quejar, porque no va mal un poquito de revuelo sobre el siempre cuestionado respeto al profesor, aunque tampoco me creo que esto vaya a ir muy lejos y apuesto a que será otra ley de ésas que se convierten en papel mojado antes de cumplirse alguna vez. De hecho, tenemos desde hace tiempo en esta comunidad (y en otras) un decreto que regula la convivencia en los centros (Decreto 39/2008). A pesar de que tiene pocas páginas, no se lo lee mucha gente (entre ellos las propias administraciones educativas), y es una pena porque sólo con que se cumpliese la mitad de lo legislado nos podríamos dar por satisfechos. Que conste que el decreto también recoge derechos de los alumnos que, a veces, pasamos por alto, y obligaciones de los docentes que parecen haber sido sepultadas en el cofre del Cid bajo siete llaves. Pero, como estamos abordando el abuso al que son sometidos los docentes por los alumnos y sus familias, sólo recogeré extractos de los deberes de estos colectivos. He aquí una selección de los momentos más interesantes de la ley, que viendo lo que tenemos a diario en clase, casi provocan carcajadas (de esa risa casi histérica que esconde un llanto profundo):
CAPÍTULO II
De los deberes del alumnado
Artículo 24. Deber de estudio y de asistencia a clase
1. El estudio es un deber básico de los alumnos y las alumnas, que comporta el desarrollo y aprovechamiento de sus aptitudes personales y de los conocimientos que se impartan.
(...)
3. Este deber básico, que requiere del esfuerzo, de la disciplina y de la responsabilidad por parte de los alumnos y las alumnas, se concreta en las obligaciones siguientes:
a) Tener una actitud activa, participativa y atenta en clase sin interrumpir ni alterar el normal funcionamiento de las clases. (...)
c) Asistir al centro educativo con el material y equipamiento necesarios para poder participar activamente en el desarrollo de las clases.
d) Realizar las tareas encomendadas por el profesorado en el ejercicio de sus funciones. (...)
f) Respetar el ejercicio del derecho y el deber al estudio de los demás alumnos y alumnas. (...)
i) Atender a las explicaciones, manifestar esfuerzo personal y de superación para sacar el máximo rendimiento. (...)
4. Los alumnos y alumnas tienen asimismo deber de asistir a clase con puntualidad.
Artículo 25. Deber de respeto a los demás
1. Los alumnos y alumnas tienen el deber de respetar el ejercicio de los derechos y las libertades de todos los miembros de la comunidad educativa.
2. Este deber se concreta en las obligaciones siguientes:
a) Respetar la libertad de conciencia, y las convicciones religiosas, morales e ideológicas de los miembros de la comunidad educativa.
b) Respetar la identidad, la integridad, la dignidad y la intimidad de todos los miembros de la comunidad educativa.
c) Colaborar con el profesorado en su responsabilidad de transmisión de conocimientos y valores.
d) Cumplir las normas y seguir las pautas establecidas por el profesorado.
e) No discriminar a ningún miembro de la comunidad educativa por razón de nacimiento, raza, sexo, lengua o por cualquier otra circunstancia personal o social.
Artículo 26. Deber de respetar las normas de convivencia
1. Los alumnos y las alumnas tienen el deber de respetar las normas de organización, convivencia y disciplina del centro educativo.
2. Este deber se concreta en las obligaciones siguientes: (...)
b) Respetar el derecho del resto de los alumnos y alumnas a que no sea perturbada la actividad educativa.
c) Justificar de forma adecuada y documentalmente, ante el tutor o tutora, las faltas de asistencia y de puntualidad. En caso de que sea menor de edad, se justificará por parte de los padres, madres, tutores o tutoras del alumno y alumna. (...)
f) Cumplir el reglamento de régimen interior del centro. (...)
h) Cumplir las normas de seguridad, salud e higiene en los centros docentes, considerando expresamente la prohibición de fumar, portar y consumir bebidas alcohólicas, estupefacientes y psicotropos. (...)
k) Utilizar el equipamiento informático, software y comunicaciones del centro, incluido Internet, para fines estrictamente educativos.
l) Respetar lo establecido en el reglamento de régimen interior del centro respecto a los usos y prohibiciones en la utilización de las nuevas tecnologías (teléfonos móviles, aparatos reproductores, videojuegos, etc.), tanto en la actividad académica como cuando no sirvan a los
fines educativos establecidos en el proyecto educativo del centro.
No sólo los alumnos tienen obligaciones: los padres o tutores son responsables directos de la educación y se ven asimismo afectados por esta ley:
CAPÍTULO II
Deberes de los padres, madres, tutores o tutoras de los alumnos y alumnas
Artículo 52. Deberes
A los padres, madres, tutores o tutoras de los alumnos y alumnas les corresponde asumir los siguientes deberes:
a) Inculcar el valor de la educación en sus hijos e hijas y el del esfuerzo y estudio para la obtención de los mejores rendimientos académicos en el proceso de aprendizaje y la responsabilidad que conlleva.
b) Asumir la responsabilidad que tienen de cumplir con la escolarización de sus hijos e hijas y atender correctamente las necesidades educativas que surjan de la escolarización.
c) Colaborar con el centro educativo. Cuando los padres, madres, tutores o tutoras, por acción u omisión, no colaboren con el centro educativo de sus hijos e hijas, se procederá conforme a los dispuesto en el artículo 41.2 del presente Decreto.
d) Escolarizar a sus hijos o hijas. Los padres, madres, tutores o tutoras de los alumnos y alumnas que, por acción u omisión, no cumplan responsablemente con los deberes que les corresponden respecto a la escolarización de sus hijos o hijas, es decir, que permitan el absentismo, la administración educativa, previo informe de la inspección educativa, pondrá en conocimiento de las instituciones públicas competentes los hechos, con el fin de que adopten las medidas oportunas para garantizar los derechos del alumno y alumna contenidos en el capítulo I del título II de este decreto.
e) Estar involucrados en la educación de sus hijos e hijas, a lo largo de todo el proceso educativo.
f) Fomentar el respeto de sus hijos e hijas hacia las normas de convivencia del centro.
g) Fomentar el respeto por todos los componentes de la comunidad educativa.
h) Enseñar a sus hijos e hijas a cuidar de los materiales e instalaciones del centro y responder de los desperfectos causados en estos, en los términos del artículo 31.1 del presente Decreto.
i) Velar por la asistencia y puntualidad de sus hijos e hijas en el centro escolar.
j) Proporcionar al centro la información que por su naturaleza sea necesaria conocer por parte del profesorado. (...)
n) Estimularles para que lleven a cabo las actividades de estudio que se les encomienden.
o) Participar de manera activa en las actividades que se establezcan en virtud de los compromisos educativos que los centros docentes establezcan con las familias, para mejorar el rendimiento de sus hijos e hijas.
p) Conocer, participar y apoyar la evolución de su proceso educativo, en colaboración con los profesores, profesoras y el centro docente.
q) Respetar y hacer respetar las normas establecidas por el centro, la autoridad y las indicaciones u orientaciones educativas del profesorado. (...)
El artículo 41.2 que he señalado arriba en negrita es el siguiente:
Artículo 41. Reiteración de conductas contrarias a la convivencia y falta de colaboración de los padres, madres, tutores o tutoras.
1. En aquellos supuestos en los que, una vez llevada a cabo la corrección oportuna, el alumno o la alumna siga presentando reiteradamente conductas perturbadoras para la convivencia en el centro, además de aplicar las medidas educativas correctoras que correspondan, se dará traslado, previa comunicación a los padres, madres, tutores o tutoras legales en el caso de menores de edad, a las instituciones públicas que se consideren oportunas, de la necesidad de adoptar medidas dirigidas a modificar aquellas circunstancias personales, familiares o sociales del alumno o alumna que puedan ser determinantes de la aparición y persistencia de dichas conductas.
2. En aquellas actuaciones y medidas educativas correctoras en las que el centro reclame la implicación directa de los padres, madres, tutores o tutoras del alumno o alumna y éstos la rechacen, el centro lo pondrá en conocimiento de la administración Educativa, con el fin de que se adopten las medidas oportunas para garantizar los derechos del alumno y de la alumna contenidos en el capítulo I del título II del presente Decreto y el cumplimiento de los deberes recogidos en el capítulo II del referenciado título. La Administración Educativa, si considera que esta conducta causa grave daño al proceso educativo de su hijo o hija, lo pondrá en conocimiento de las instituciones públicas competentes, previo informe de la inspección educativa.
Creo que es éste el paso que nunca se cumple y que debemos exigir: la implicación directa e inmediata de las instituciones competentes cuando no hay respuesta de las familias. No me soluciona nada que un padre o madre me maltrate y luego lo consideren atentado a la autoridad. Lo que quiero es que eso no llegue a producirse nunca. La administración sabe reducir (y someter, si hace falta) al ciudadano cuando no cumple con otras obligaciones (multas, hacienda, salud, etc.) y eso mismo debería hacer cuando unos padres no educan correctamente e infringen continuadamente una ley en vigor. Exijamos unos servicios sociales eficientes y una administración educativa y de justicia que colaboren con ellos. Entonces no necesitaremos ir al aula como polis de secundaria.
Crédito de la imagen: 'joe'

14 septiembre 2009

Colegio ideal

Ayer publicaron en El País un suplemento sobre la vuelta al cole. Una portada que recuerda demasiado a los suplementos de moda infantil quizá contribuyó a que algunos lectores arrinconasen el suplemento junto a otras propagandas. Sin embargo, en su interior se hallaban algunos artículos interesantes, dos de ellos de Elena Sevillano, que ya se ocupó de profesores y TIC y que suele escribir con mucho sentido común. Elisa Armas y Ana Ovando han hablado de ello, sobre todo porque el artículo "Alumnos blogueros" (que recoge algunas declaraciones nuestras) resume bastante bien el auge de los blogs de aula.
Sin embargo, hay también un artículo titulado "El colegio ideal" en el que cuatro alumnos de ESO charlan sobre lo que viven y lo que deseen encontrar en un instituto. Siguiendo el ejemplo de Elisa, lo he escaneado:
El colegio ideal

Al margen de que las declaraciones que hacen los alumnos desmienten el catastrofismo que parece acompañar a los temas educativos, me satisface especialmente leer la sentencia de David, también bloguero, que fue alumno mío en 2º de ESO y lo será este curso en 1º de Bachiller:
En la época de nuestros padres nadie hacía informes PISA ni decía que eran unos vagos porque lo que querían las familias es que se pusieran a trabajar cuanto antes. Y había mucha más gente sin saber leer y escribir. Es verdad que ahora hay más que abandonan, pero porque son más los que estudian. Si lo comparan con Europa, sí que se verá el atraso, pero si lo compararan con épocas anteriores de España se vería que hemos mejorado.
Creo que muchos docentes tendríamos que aprender de nuestros alumnos, incluso en lo que respecta a perspectiva histórica.