28 junio 2013

Sesquidécada: junio 1998

Junio de 1998 tiene sabor de letras hispánicas: Juan José Millás, Adolfo Bioy Casares, Luis Mateo Díez o José Saramago son los pobladores de aquellas lecturas de hace quince años. Esta sesquidécada se ocupará únicamente de los dos últimos, quizá porque más adelante haya tiempo de hablar de los otros.
Luis Mateo Díez es uno de los grandes escritores de finales del siglo XX que, a mi juicio, no ha tenido todo el reconocimiento que merece. Su prosa elegante pero sencilla, su humor fino, la indagación en las relaciones humanas y en los recovecos de la memoria, hacen de sus novelas un remanso de literatura de gran calidad. Tuve, además, la suerte de escucharlo en alguna de sus charlas públicas y pude comprobar que también en las distancias cortas sabe mantener ese discurso ameno y sobrio a la vez. Ya tuve ocasión en otra sesquidécada de recomendar algunas de sus novelas (Las horas completas o La fuente de la edad, geniales), pero la lectura que cumple ahora quince años es Camino de perdición, una especie de road movie o de odisea de lo cercano que, precisamente por lo próximo a la cotidianidad resulta aun más inquietante.

Poco puedo explicar de José Saramago que no hayan detallado ya cientos de artículos y ensayos sobre este escritor y pensador que supo advertirnos en más de una ocasión de que el emperador andaba desnudo. Al igual que con Luis Mateo Díez, resulta difícil seleccionar alguna de sus obras por encima de las demás. Ya hablé en este blog de una de mis preferidas, pero hoy toca mencionar el Ensayo sobre la ceguera, una alegoría sobre la humanidad que considero imprescindible, incluso por encima de otros clásicos de la literatura o la filosofía (menos panfletos de autoayuda y más Saramago, habría que decir). Al hilo de aquella distopía de una sociedad invidente que tanto me impactó, escribí una reseña de la que rescato algún fragmento:
La novela nos lleva a ese umbral del horror que supone un mundo sin referencias, en el que el dominio de la incertidumbre desemboca en la desesperación. Hay mucho de los clásicos del horror: la blancura de la ceguera es la blancura final de la Narración de Arthur Gordon Pym, el magistral relato de Poe, autor también recordado en esa escena dantesca del sótano del supermercado, o cuando los perros despedazan los cadáveres por las calles. (...)  La propia ceguera humana es la responsable del horror, de la aniquilación de unos seres por otros. El camino hacia la destrucción sólo procede de la incapacidad de "ver" lo que somos y de asumir "imaginariamente" lo que constituyen nuestros actos. La ceguera física no es más que una acentuada manifestación de una ceguera más profunda...
Para quienes no saben qué leer este verano, tras esta nota pueden elegir entre el discurso evocador del leonés o la inquietante realidad visionaria del portugués. Felices lecturas.

22 junio 2013

Esfuerzos y recompensas


Se acabó el curso y llegan días de informes y memorias. Al margen de toda esa burocracia de archivo que nadie lee, creo que vale la pena escribir unas memorias reales, las que muestran no solo los resultados sino todo el proceso que ha habido detrás, porque lo bueno de trabajar proyectos por competencias es que al final se hacen visibles todos los pequeños avances del año. Es posible que ya conozcáis la mayoría de actividades en las que he estado embarcado, pero dejo a continuación el enlace a los sitios de referencia y a los blogs de los distintos niveles (también podéis acceder desde la presentación que abre esta nota):

Proyectos:
Blogs:
Más allá de esa muestra de trabajos que desmiente todos los tópicos sobre el escaso trabajo de profes y alumnos, me gustaría aprovechar este cierre de curso para agradecer a mis alumnos y alumnas el entusiasmo y esfuerzo que han demostrado en los proyectos en los que los he embarcado (y también a los profes que se sumaron a ellos). De manera general, creo que han disfrutado y aprendido mucho. Mientras unos lo han hecho explícito en memorias o autoevaluaciones, otros lo han declarado de manera discreta, con pequeños gestos, despidiéndose con cariño en pasillos y aulas. Sin embargo, este año me quedo con el mejor regalo que puede recibir un docente: el agradecimiento sorpresa de todo un grupo. A tales esfuerzos, tales recompensas.


19 junio 2013

Piénsame el amor y te comeré el corazón


En el país de #piensamelamor, unos profes acostumbraban a celebrar la vida con palabras. Las extendían al sol, las vestían de sedas y tules e incluso les preparaban nidos para que, una vez caída la noche, pudieran descansar de su intenso oficio. Nombrar todas las cosas del mundo podía ser un trabajo agotador. Cada día era una fiesta, cada día tenía su palabra especial. 
Cuando llegó el momento de cuidar de la palabra poesía, los alumnos se encargaron de ella: la combinaron con muchas otras, en especial con el amor, y la aderezaron con unas figuras tan retóricas que no dejaron de acicalarse para la ocasión.
Las palabras volaban y vivían en los libros. Siglo a siglo, había caído sobre ellas un polvo de estrellas que las hacia mas brillantes, pero a la vez, turbaba el entendimiento con su esplendor. Tanto era así, que llegó a un punto en el que los estudiantes las veían brillar, pero no las entendían. Y ocurrió entonces que unos profes aspirantes a mago se reunieron en un lugar mágico también: Peñaranda de Bracamonte, donde muchos sueños pedagógicos van a echar la siesta.
Y fue allí, en esa conjura docente, donde los profesores imaginaron un proyecto que devolviera el brillo a las palabras para goce de sus estudiantes, el goce de pensarlas, amarlas y comérselas. El sortilegio tomó forma y durante todo un año, los estudiantes disfrutaron de aquella fiesta de la palabra, de la exaltación del amor y la poesía en el aula, del acto cabalístico de darles savia nueva hasta crear retazos de vida animada, de poemas en carne viva. Y así, jugando, nació este proyecto que ahora podréis conocer al completo:


Este es nuestro regalo, este es el regalo de nuestros estudiantes. El regalo de la palabra poética, amor y poesía en el aula.

Más información también en nuestros proyectos:

14 junio 2013

Callejeros Literarios: todo un clásico


Cuando hace ya dos cursos nos pusimos a callejear por las calles, plazas, plazuelas y callejuelas de la piel de toro desconocíamos el alcance que pudiera tener nuestro recorrido. Ya hemos saltado el charco en varias ocasiones para visitar calles británicas e hispanoamericanas y seguimos vagando por barrios, pueblos y grandes ciudades de todo el mundo.
Cuando John, Ringo, Paul y Harrison cruzaban Abbey Road no sabían que esa imagen se convertiría en un clásico y esa calle en un lugar de peregrinación. Salvando las distancias que nos separan de The Beatles, Callejeros Literarios es todo un clásico en la blogosfera y esta tercera edición lo ha vuelto a confirmar. Sacar la Literatura a la calle, acercársela a nuestro alumnado y convertir el hecho literario en un motivo de disfrute y goce estético son objetivos que se consiguen en cada edición. Nosotros nos conformábamos con esto; pero, por ejemplo, que un profesor nos diga “que por fin he conseguido que lean con interés y disfrutando”, que algunos alumnos “hayan disfrutado tanto en la calle como el aula, buscando información y redactando el callejero”, es un logro ante el cual solo nos queda agradeceros –una vez más- vuestro apoyo, vuestro interés y vuestra dedicación a un proyecto que es nuestro pequeño tesoro.
Estamos orgullosos de todos los callejeros que habéis enviado durante este tiempo -y especialmente de los de este curso- porque comprobamos que este proyecto sigue vivo, sigue teniendo sentido y nos proporciona muchísimas más satisfacciones de las que habíamos imaginado. Entre ellas contamos, cómo no, con nuestros hermanos Callejeros científicos y Callejeros artísticos, con quienes compartimos -además de la calle- entusiasmo, trabajo e ilusión por una Educación más cercana, más participativa y más emotiva. Participación, cercanía y emoción son tres conceptos que encajan como la seda en estos proyectos que siguen su curso y que esperemos sigan teniendo la acogida que hasta ahora les habéis dispensado. Gracias a cuantos habéis participado y felicidades por vuestros extraordinarios y fantásticos trabajos.
¡Muchas gracias y felicidades!

Relación de Callejeros Literarios 2012-2013:
Os dejamos el diploma que enviaremos este mes a todos los participantes:

A pie de aula, Blogge@ndo, Re(paso) de Lengua y Tres Tizas.

11 junio 2013

Nuestro paseo llega a su fin...


Caminante no hay camino se hace el camino al andar”, así resuenan las palabras de Antonio Machado y, con estos versos, lanzamos a la red este proyecto colaborativo que ha ido avanzando gracias a todos los paseantes que os habéis sumado a nuestra iniciativa.
Durante nuestro paseo de estos meses, han sido muchos los centros de toda la península que se han ido incorporando. En el proyecto han participado 28 centros y cerca de 800 alumnos y alumnas. Gracias a estas actividades tan diversas como enriquecedoras, un gran número de estudiantes, junto a sus profesores y profesoras -entusiastas, incluso en estos momentos difíciles-, han descubierto que la voz de Machado sigue teniendo sentido para los ciudadanos de este siglo.
Al invitar a los centros a este recorrido colectivo, nos movían dos propósitos fundamentales: por una parte, lanzar propuestas didácticas para el desarrollo de la educación literaria y la renovación metodológica de la enseñanza de la Literatura y, por otra, que el alumnado fuera consciente de la actualidad de los poemas del autor sevillano.
Emociona ver cómo alumnos de diferentes niveles educativos han interpretado de maneras tan ricas y diversas las palabras del poeta, cómo han vivido y hecho suyos los poemas.
La calidad de los videopoemas elaborados es la mejor muestra de que es posible trabajar los clásicos siempre y cuando se aborden desde una metodología activa, participativa, centrada en la interpretación del sentido de los textos y en la reelaboración de los mismos utilizando diferentes códigos.
En esta lista de reproducción están reunidos los cerca de 300 vídeos colgados en Youtube que habéis creado los participantes en el proyecto. Hay más, hasta llegar a casí 400, realizados con otras aplicaciones. Todas y cada una de vuestras producciones son el mejor homenaje a D. Antonio Machado. Seguro que los alumnos y alumnas participantes no lo olvidarán.

Gracias a todos y a todas, con vuestra colaboración HEMOS HECHO CAMINO AL ANDAR
Agora Portals, Calvià
CEPA Colmenar Viejo
Colegio Cardenal Larraona, Pamplona
Colegio Escolapias, Gandía
Colegio Helios, L'Eliana
Colegio María Inmaculada, Madrid
Colegio Sant Felip Neri, Barcelona
Colegio San Patricio, Alcobendas
CPR Luis Vives, Ourense
IES Aurora Picornell, Palma de Mallorca
IES Bovalar, Castelló de la Plana
IES Burdinibarra BHI, Bizkaia
IES La Cañada, Madrid

IES Ibaialde, Burlada
IES V Centenario, Sevilla
IES Pablo Neruda, Castilleja de la Cuesta
IES Pedro Antonio de Alarcón, Guadix
IES Príncipe de Asturias, Lorca
IES Rekaldeberri BHI, Bilbao
IES San Fulgencio, Alicante
IES San Isidoro, Sevilla
IES Santiago Apóstol, Almendralejo
INS Castellar, de Castellar del Vallès
INS. Torredembarra
Institut Roquetes, Tarragona
IES Son Rullan, Palma de Mallorca
IE Turó de Roquetes
IES Villa de Vicar, Vicar
Os dejamos una imagen del diploma que, en breve, os enviaremos a vuestro centro como agradecimiento por vuestra participación en el proyecto.


A PIE DE AULA, BLOGGE@NDO, RE(PASO) DE LENGUA y TRES TIZAS

25 mayo 2013

Siete


Siete eran las maravillas del mundo, las colinas de Roma, las virtudes cristianas, las artes liberales y los dolores de María. Los siete secretos, las siete bolas de cristal, los siete infantes de Lara, siete ratones ciegos y también siete domingos rojos. Siete mensajeros de Buzzati y siete locos de Arlt. Siete días para crear el Universo y siete años en el Tibet. Siete partidas las de Alfonso X, siete vidas las del gato y las de Amparo Baró. Siete enanitos y Ana y los 7. Siete notas, siete colores, los siete magníficos y los siete samuráis. El tiburón de siete branquias, el lobo y los siete cabritillos. Los siete mares y los siete pilares de la sabiduría. Los siete niños de Écija y siete novias para siete hermanos.
Hoy cumple siete años este blog. Esa es la magia del siete. Siete que también son dos más cinco; cinco años hace que recibí el premio al mejor blog de profesores de Espiral Edublogs, que ahora celebra también su séptima edición desmintiendo los augurios de quienes vaticinaron una extinción masiva de los blogs.
Este cumpleaños bloguero constituye un precioso momento para reflexionar sobre el pasado y el futuro de la blogosfera educativa; y, en lo personal, es la ocasión idónea para agradecer la compañía virtual y presencial de tantos amigos y compañeros de profesión. 

Crédito de la imagen: 'Sevens'

18 mayo 2013

La calidad va por dentro



Soy optimista y en el fondo creo que el problema de nuestros políticos es solamente la ignorancia. Es cierto que hay algunos malvados, pero como dice el Principio de Hanlon, no siempre hay que atribuir a la mala intención lo que puede ser explicado por la estupidez. Nuestros políticos, en general, son ignorantes. Viven en una burbuja que les impide ver la realidad en su conjunto y a menudo les ocurre lo que a María Antonieta, que a quienes le reclamaban la falta de pan les recomendaba comer pasteles.
Los políticos de este país nunca han visto un aula inclusiva porque sus hijos van a coles exclusivos. En el vídeo que abre esta nota pueden ver a mis alumnos de este curso. Me gustaría que algunas vez esos políticos que hacen leyes educativas desde sus cómodos despachos se acercaran a nuestras aulas, pero sé que no lo harán, así que les invito a que los conozcan al menos en vídeo, a unos poquitos de los que tengo este año, a los del año pasado, a los del anterior...
Con sus nuevas leyes, es posible que pasen la reválida de la ESO, como mucho, un diez por ciento de ellos -tampoco hubiesen pasado la de Primaria más allá del treinta por ciento, seguro-. Para la mayoría de ellos, su Ley de Calidad tiene otra traducción: la Ley OMinosa que les Condena a la Exclusión.
Por suerte, son jóvenes y leen y disfrutan. Por suerte, la Calidad la llevan dentro y no tienen que aprenderla de nadie. Por suerte, les sobrevivirán a ustedes, señores políticos, y tal vez algún día enderecen su torpeza.

11 mayo 2013

Sesquidécada: mayo 1998


¿Recuerdas cuándo leíste por primera vez el Quijote? Detrás de la lectura del Quijote hay infinidad de historias e intrahistorias. Raro es el famoso de la tele que no menciona la obra de Cervantes cuando le preguntan por el libro que salvaría de un incendio; casi tan raro como encontrar gente normal de la calle que de verdad se lo haya leído. Personalmente, aunque pienso que el Quijote es una obra excepcional, no me siento un apóstol de su lectura, y menos en el instituto. En mayo de 1998, hace quince años, leía por segunda vez, de principio a fin, el Quijote. La primera vez fue en 1994, con 26 años y un largo historial de lecturas detrás. A pesar de que siempre hubo un Quijote en la librería de mi casa, yo apenas había pasado de algunas lecturas parciales de los episodios más célebres. Intuía que había algo grande detrás, pero era consciente de que todavía no estaba preparado para ello -guardo entre sus páginas alguna hoja con decenas de palabras para mí desconocidas: "rodela, adarga..."-. Por eso pienso que la labor que tenemos los docentes de Secundaria es acercar el universo cervantino a los estudiantes, mostrar el contexto, leer fragmentos, adaptaciones, textos complementarios... abrir el apetito para cuando realmente estén preparados para leer el Quijote con placer.
Aquella segunda lectura de la que hablo en esta sesquidécada me pareció mucho más jugosa que la primera, porque estaba en condiciones de captar mejor las referencias, los guiños, la sutileza con la que Cervantes nos regalaba. Desde entonces no he vuelto a leer el Quijote de principio a fin. Lo he leído en dosis pequeñas, medianas y grandes, según me lo pedía el cuerpo, porque ahora me resulta difícil no volver a sus páginas cuando echo de menos consuelo, alegría, indignación o aventura. Vuelvo a él para leerlo a trocitos en clase, para sincoparlo o para doblarlo.
No me considero un apóstol del Quijote, pero siento un poquito de pena por todos aquellos que no han sucumbido todavía a su lectura, sea de principio a fin, sea a minúsculas dosis, dosis terapéuticas, dosis balsámicas, dosis de literatura pura cien por cien.