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05 mayo 2010

Sesquidécada: mayo 1995

Esta sesquidécada viene con una de cal y otra de arena. Me ha reconfortado encontrar el delicioso ensayo (recopilación) del lingüista Ángel Rosenblat Nuestra lengua en ambos mundos. El pobre librito, en una de esas ediciones baratas de Salvat que ya compré de segunda mano en su día, no resiste apenas el paso de las páginas. Si sois aficionados a la lengua, los artículos de Rosenblat son una joya, sobre todo el primero de ellos: "El castellano de España y el castellano de América". Con un tono humorístico difícil de hallar en este tipo de obras, Rosenblat recorre como si fuese un turista los distintos países de habla hispana, asombrándose de la capacidad de nuestra lengua para mostrar a la vez diversidad (a veces con una extrañeza casi marciana) y uniformidad (que permite la comunicación sin fronteras). El resto de artículos también son de interés, pero más centrados en la historia y en la lingüística.
Iba a copiar algún fragmento divertido, como el de la "cal para encalar" o el "sebá tostá", pero he visto que Google books ofrece la visión parcial del artículo, así que lo inserto a continuación.

Por aquel mayo de 1995 leía también a los clásicos: El laberinto de fortuna, de Juan de Mena o el Rimado de palacio, de Pero López de Ayala, entre otros. Sin embargo, al hilo de aquellas lecturas tan juiciosas, no quería dejar pasar esta nota sin hacer referencia a la agonía de la literatura en las aulas. Sabéis el empeño que ponemos los docentes por conseguir una competencia lectora mínima en el alumnado. Es una tarea lenta, trabajosa, que exige constancia y que invita continuamente al desánimo. Ya he hablado en muchas ocasiones de las prioridades lectoras en la ESO y en el Bachiller, centradas sobre todo en la comprensión de los textos, mucho más que en el conocimiento de los clásicos. Es algo incuestionable: En 1º de Bachiller tenemos tres horas a la semana y hay que dar la literatura española, desde sus orígenes hasta el siglo XVIII; pero, además, hay que conseguir que conozcan la morfosintaxis de la oración, que asimilen las cuestiones fundamentales de sociolingüística y que sepan enfrentarse a un texto actual de manera crítica, tanto en lo temático como en lo gramatical. Imaginen por un momento la cantidad de autores que merecen la pena en ese periodo. ¿Cuántos se podrían llevar al aula con un mínimo de rigor? Pues bien, ahora imaginen que, como cuenta Lu, a alguna mente preclara se le ocurre dejar sólo dos horas semanales (no nos ha llegado aún, pero todo se andará). Probablemente, dentro de unos años no lamentaremos que los clásicos hayan desaparecido de las aulas, sino que habremos de proponer como lectura avanzada en Secundaria la colección de Teo y sus amigos, eso sí, en ediciones anotadas.

Addenda: La bilis que producen estas majaderías de despacho ha sido mitigada en parte por la publicación del último número de Cuadernos de Pedagogía, cuyo tema del mes es "TIC y Lengua". En él podréis encontrar un artículo mío titulado "Leer en abierto" sobre la educación lectora y literaria en la web 2.0. Más interesantes son los artículos del resto de compañeros, entre quienes se halla la créme de la créme de este oficio: Lourdes Domenech/Ana Romeo, Eduardo Larequi, Felipe Zayas, Isabel Pérez, Fernando Posada, Tres Tizas, Itziar Blanco/Berta Martínez, Blogge@ndo. Desde luego, un número antológico para nuestro ámbito.