A partir del segundo trimestre, ellos ya saben la dinámica y vienen por su propia cuenta a decirme si se pueden leer tal o cual libro, o que han terminado y qué deben hacer. Por esas fechas y hasta final de curso, controlo cada dos semanas si van avanzando en las lecturas.
Con todo este método, he elaborado una base de datos con las lecturas de alumnos de este curso 2006-2007 que está disponible en este enlace. Se puede ver que las lecturas son muy diversas, con pocos libros que puedan considerarse lecturas de grupo, aparte de aquellos que han sido lectura de referencia y, por tanto, se han trabajado en clase.
La fiabilidad de las lecturas es aceptable, aunque viendo algunos títulos es de suponer que más de uno haya hecho pasar por actual alguna lectura añeja. He realizado un extracto de los libros que más relevancia han tenido por niveles para comprobar hasta qué punto son eficaces las recomendaciones del profesor, y he podido constatar que los alumnos recurren a nosotros más por ignorancia que por confianza, porque, en aquellos grupos en los que se configura un grupo de alumnos lectores, las recomendaciones entre ellos son mucho más eficaces (y son ésas las que debemos promover, sin duda).
97 formas de decir 'te quiero', Jordi Sierra i Fabra (Bruño) 11 alumnos
Un hombre con tenedor en una tierra de sopas , Jordi Sierra i Fabra (Bruño) 10 alumnos
Pobre Manolito, Elvira Lindo (Alfaguara) 5 alumnos
Amnesia, Fernando Lalana (Bruño) 5 alumnos
Lobo negro un skin, Marie Hagemann (Alfaguara) 4 alumnos
El cuarto de las ratas, Alfredo Gómez Cerdá (SM) 4 alumnos
Manolito 'on the road', Elvira Lindo (Alfaguara) 4 alumnos
Hay que señalar que los alumnos han leído en clase la antología De todo corazón. 111 poemas de amor (SM).
Los resultados para tercer curso de ESO (un grupo con veintidós alumnos en total) son los siguientes:
Rebeldes, Susan E. Hinton (Alfaguara) 6 alumnos
El diario rojo de Carlota, Gemma Lienas (Planeta) 5 alumnos
Vigo es Vivaldi, José R. Ayllón (Bruño) 3 alumnos
Las chicas de alambre, Jordi Sierra i Fabra (SM) 3 alumnos
En una esquina del corazón, Jordi Sierra i Fabra (Bruño) 3 alumnos
Simbad el marino, Anónimo (Vicens Vives) 3 alumnos
Hay que señalar que los alumnos han leído en clase la antología Las cuatro estaciones (Vicens Vives)
Los resultados para cuarto curso de ESO (un grupo con dieciséis alumnos en total) son los siguientes:
Sin noticias de Gurb, Eduardo Mendoza (Seix Barral) 3 alumnos
El palacio de medianoche, Carlos Ruiz-Zafón (Planeta) 2 alumnos
El oro de los sueños, José María Merino (Alfaguara) 2 alumnos
La banda sin futuro, Marilar Alexandre (SM) 2 alumnos
Son de mar, Manuel Vicent (Punto de lectura) 2 alumnos
El guardián entre el centeno, J.D. Salinger (Alianza) 2 alumnos
El otro barrio, Elvira Lindo (Alfaguara) 2 alumnos
Eloísa está debajo de un almendro, Enrique Jardiel Poncela (Vicens Vives)
Bajarse al moro, J.L. Alonso de Santos (Anaya)
A partir de aquí, solo espero que algunos de los que habéis compartido inquietudes al respecto, publiquéis esas esperadas estrategias que nos pueden ayudar a todos.
7 comentarios:
Muchísimas gracias por compartir esto.
Mi afición a las letras vino del cariño. Mi padre me ofreció sus libros, además del ejemplo, así que las lecturas del colegio no me costaron nada. Casi siempre me había acabado los libros antes de empezar el curso.
Eso sí, a nosotros no nos hacían ningún tipo de seguimiento, como mucho preguntar en clase, pero o se lo inventaban los que no lo habían leído, y con la excusa de no adelantar lo que había en siguientes capítulos, apenas se leía el libro la mitad de la clase, y la otra mitad se lo explicaba antes del examen que nos hacían.
Es decir, que hasta podías aprovar sin haberlo abierto. No servía de apenas nada, excepto para que a los que nos gustaba la lectura se nos tratara de "parias" y bichos raros por hacerlo gustosos.
Muchas de las lecturas que citas están también en la biblioteca de mi centro, y mis alumnos las han elegido para leer, supongo que porque están allí o porque yo se las he recomendado. Tienes razón que lo que más funciona es el boca a boca.
Mis alumnos que leen leen cosas mucho menos juveniles, sino cosas de moda, tipo Código Da Vinci, o clásicos como el Diario de Ana Frank.
También les engancha Agatha Christie y las novelas de género policíaco o de intriga en general.
Reconozco que superé la aversión que tenía yo por las novelas juveniles cuando leí Rebeldes, la primera vez que cursé 3º de ESO (como profesora, claro).
No tengo experiencias al respecto, pero si a alguien le sirve Gemma Liennas tiene obras que son muy interesantes y les gustan a los chicos y chicos. Me atrevo a recomendar el Diario Azul de Carlota, un libro sobre la violencia de género.
Un saludo, Montse
Vaya, Antonio. Esto es más que una disquisición sobre la lectura, esto ya son pruebas. Parece el resultado de un estudio de campo.
Algunos títulos me resultan familiares.
Con tu permiso voy a utilizar esta lista real como reclamo publicitario para los alumnos de este curso, que está a la vuelta de la esquina.
También se me ha ocurrido una idea, pero tengo que madurarla.
Así que te dejo con la intriga...
Os agradezco una vez más vuestros comentarios. Todos los datos están a vuestra disposición y, por supuesto, aprovecho cualquiera de las sugerencias que hacéis.
Ya estamos con la vieja polémica: literatura femenina, literatura para jóvenes, literatura patatín y patatán. Yo creo que no hay más que dos clases de libros: los buenos, y los malos. El problema es que la definición de qué es un libro bueno depende MUCHÍSIMO del lector. Para los exquisitos, El Código Da Vinci es un libro malísimo. Buscan determinado tipo de cosas que el CDV no puede darles. Sin embargo, yo encuentro que es un libro entretenidísimo, que cumple perfectamente el propósito para el que ha sido escrito: entretener en el metro. Como los libros de los cinco, pero para mayores. Me llama la atención que, de los libros que hay en la lista, muchos los he leido de mayor. Los de Manolito, por ejemplo. La gente me miraba en el metro llorar de risa. O Sin noticias de Gurb que no fue publicado como libro juvenil, sino como entregas en EL PAIS...En fin: la solución al problema pasa por lo que decís: comprender que cada lector es un mundo.
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