He tenido ocasión de participar en las IV Jornadas de Fomento de la Lectura en Zamora y allí he contado mi visión pragmática de la lectura en el aula, ilustrada con vídeos de actividades concretas de mi alumnado, entre las que destacaban unas recientes confesiones sobre el acto de leer. Creo que la presentación que acompaña esta nota es bastante sintética al respecto, pero aun así trataré de resumir en pocos puntos algunas ideas clave que quedaban fuera de ella:
- No hay que confundir lectura con literatura
- Leer por obligación no es leer, pero, sin intervención docente, el hábito lector se extingue
- Leer es comprender y aprender, pero también debe conducir al disfrute
- La lectura en el aula es fundamental para crear lectores competentes
- Sin hábito lector difícilmente se puede progresar en ninguna materia
- Hay que plantear en las aulas estrategias de lectura activas
- La vinculación de la lectura con proyectos de aprendizaje la hacen más efectiva
- Enseñar a leer y fomentar su hábito no es tarea exclusiva de los docentes de lengua
- Los planes lectores de centro deberían ser algo más que un requisito legal
- Es preciso estar formado y actualizado en prácticas de animación lectora
- Para enseñar a leer es conveniente predicar con el ejemplo
Si de mí dependiese, en el desarrollo de la lectura en el aula prohibiría y castigaría cualquier manifestación del tipo "cuando yo era joven..." o "es que los jóvenes de ahora..." Creo que muchos docentes han leído poco y mal, igual que ocurre hoy día entre el alumnado, y que escudarse en una arcadia educativa inexistente es poco eficaz y menos profesional. Debería ser una obligación ética tomarnos en serio la formación de lectores competentes, pues no se trata de que sean devoradores eruditos de literatura el día de mañana, sino de que sean ciudadanos críticos y autónomos. Resulta doloroso ver que en el tránsito de Primaria a Secundaria perdemos una buena cantidad de ávidos lectores simplemente porque los condenamos a lecturas aburridas, solemnes, mal orientadas, desasistidas... Bastaría con que en cada asignatura se dedicase una hora semanal a lectura comprensiva (con actividades contextualizadas, nada de preguntas del libro) para paliar el fracaso que evidencian las pruebas internacionales.
No insistiré más en ello, de momento. Solo añadiré que en el viaje de vuelta tuve la suerte de encontrarme con Jordi Sierra i Fabra, a quien en una ocasión llamé "rey Midas de la literatura juvenil", y pudimos charlar brevemente sobre lectura y jóvenes. Me mostró sus apuntes para el nuevo libro y me dijo que no pensaba dejar de escribir, pues siempre hay temas que resultan interesantes para los jóvenes. En efecto, siempre hay algo interesante que leer y esa es parte fundamental de nuestra labor, encontrarlo y conseguir que ellos también lo conozcan y lo sepan buscar.
Siempre me pareció que la forma más segura de disuadir a alguien de la lectura era haciéndola obligatoria. Curiosamente, la prohibición de leer determinados libros (hablo de mi primera juventud), los dotaba de una pátina de misterio que convertía cualquier obra prohibida en objeto de deseo. En mis tiempos de la EGB, la lectura era un premio que se guardaba bajo llave. La monja de turno escondía la llave del armario en su escote de novicia, colgada de una cadena. Cuándo el armario se abría para premiar a un alumno aventajado, los demás poníamos los ojos como platos y nos moríamos de envidia. No tardamos en darnos cuenta de que aquel sancta sanctorum literario, tenía su punto vulnerable en la parte trasera. Bastaba separar el armario de la pared y desclavar el tablero posterior para meter la mano y acceder a los tesoros que nos vedaba nuestro comportamiento. Jamás obras tan beatas y tan cursis provocaron más deleite lector. No quiero ni pensar lo que hubiera sido de nuestras imaginaciones infantiles, si en lugar de encontrarnos la vida de San Juan Bosco, nos hubiésemos topado con Justine, o los infortunios de la virtud, de Sade. Más de uno se hubiese dedicado a la carpintería...
ResponderEliminarA mí todo esto me parece muy bien, pero no me resuelve el problema concreto que tengo en el aula que es que mis alumnos en su inmensa mayoría no compran los libros de lectura por atractivos que sean. No pueden o no conciben gastarse dinero en lectura que se lee o no pero que deja de tener utilidad. He optado por una solución mala que es dejarles en un enlace el libro en pdf (los que he podido encontrar, claro), pero no es buena salida porque bordeamos la legalidad y no es forma de leer un libro. En la biblioteca tenemos algunos ejemplares pero no hay para toda una promoción de primero de ESO por ejemplo. Yo me dejaría aconsejar por tu buen conocimiento de la literatura juvenil y el Pinterest que compartimos, pero ¿cómo hacer que los libros lleguen a ellos? ¿Es solo un problema mío por el sector social a que imparto clase? No creo porque tú estás en un entorno muy semejante.
ResponderEliminarNo suelo ser buen elector de libros de lectura. Esta vez les he puesto una novela de Jordi Sierra i Fabra y no les está gustando nada en general. Pero eché mano de las que había "ilegalmente" en la red. En fin. No acudiremos a los tiempos antiguos cuando los alumnos se compraban los libros y el profesor a veces cosechaba éxitos o fracasos, de todo he tenido, pero eso era en la ESO y no hace demasiados años.
Pero sin duda eres un buen agitador cultural y una suerte inmensa que tienen tus alumnos al contar con tu imaginación e ilusión.
Me hubiera gustado mucho presenciar tu comunicación. Comparto todo lo que dices y muchas de las ideas que presentas las he puesto en práctica, disfrutando con mis alumnos. Todos los profes deberíamos seguir esta metodología o similar por el bien de nuestros alumnos, pero no es así. Parece tan claro que este es el buen camino... pero francamente creo que cada profesor se tiene que dar cuenta de ello y ese es el problema. Soy incapaz de obligar a leer un libro sabiendo de antemano que no van a entenderlo o que yo puedo hacer algo para que lo disfruten más. Pero, como decía, eso es algo que cada uno debe percibir...casi diría sentir...y por más cursos que se hagan...
ResponderEliminar¿Es Pennac quien escribió que la lectura no soporta el imperativo?
ResponderEliminarY una propuesta, Toni. Ahora que Slideshare se ha cargado los slidecasts, hay otras posibilidades de poner sonido a una presentación y subirla a la Red... y seguro que ésta es de las que merece la pena que se haga el esfuerzo.
Muchas gracias por tus aportaciones, Toni. Al menos a mí, me sirven como examen de conciencia previo a la confesión de no hacer lo suficiente por conseguir en mi alumnado eso que para mí siempre ha sido una parte del alimento diario: la lectura por placer. Son otros tiempos, es cierto, pero condimentados de una forma más actual no dejan de ser los mismos nutrientes necesarios. Apliquémonos a conseguirlo.
ResponderEliminarLa verdad es que estoy muy de acuerdo en todo lo que se comenta. Precisamente hoy he tenido una conversación sobre este tema con una compañera de educación física. El problema es que muchos docentes de otras materias piensan que no es tarea suya que los alumnos lean y piensan que le hábito lector solo se debe fomentar desde el área de lengua. Con estas ideas es muy difícil llevar a cabo un plan lector en los centros.
ResponderEliminarJosé Luis: Esa era también mi idea, pero el ministerio de Sanidad no ha prohibido todavía la lectura :)
ResponderEliminarJoselu: Creo que hay que forzar a la administración para que invierta en material productivo en lugar de derrochar en otras cosas. Por suerte, mi centro aún puede comprar todos los años dos o tres lotes de 15 libros de lectura que usamos en el aula cuando los alumnos no pueden comprarlos. Hay grupos en los que la mayoría se lo compran (porque son familias de clase media que todavía valoran la lectura), pero en otros grupos funcionamos bajo préstamo. También hay que decir que hay alumnos con los que no funciona ningún sistema. Gracias como siempre por tu fidelidad.
Mª José: Son prácticas que vienen de lejos y que muchos sí que utilizan en el aula, aunque no todos sean capaces o valientes de contarlo (como con tus tertulias del PQPI). Falta hacerlas visibles y demostrar que esto funciona, a pequeños pasos, pero funciona.
Iñaki: Los de lengua tenemos una tendencia irrefrenable a enrollarnos, así que ponerle voz seguro que se convierte en un monólogo más largo que el de cinco horas con Mario :)
Nacho: Me consta que te esfuerzas tanto o más que yo y que las experiencias que muestras son prueba de ello. Por cierto, enhorabuena por vuestros resultados provisionales en Espiral edublogs.
Manoli: Es un problema generalizado, pues en todos los centros parece que el Plan Lector es un capricho de los de lengua, o que debe ser entendido como la excusa para mandar más libros de lectura (lo que empeora la cosa aún más). Muchos estudios demuestran que el fracaso escolar viene dado por la incapacidad de entender los enunciados de problemas o ejercicios, de todas las asignaturas, así que es un problema de la tribu. Gracias por la visita.
A mí quien más me incitó a leer fue mi padre. Con esto, creo que está todo dicho.
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena por tus actividades.
Como siempre, Toni, tus aportaciones me sirven en mi práctica diario como pocas y este que publicas podría ser un ideario de cabecera para intentar hacer algo en el fomento de la lectura de nuestros alumnos. Siempre resulta complicado y seguro que hay impedimentos que escapan a nuestras posibilidades, pero hay que seguir intentándolo contra viento y marea.
ResponderEliminarToni, comparto tus certezas, tus desasosiegos y tus inquietudes sobre la lectura en el aula y fuera de ella. Estupenda presentación e interesantes reflexiones sobre este tema tan recurrente como importante en nuestra profesión. Seguimos debatiendo...
ResponderEliminarMe habría encantado conocer a Jordi Sierra i Fabra, me gustan mucho sus libros. Al menos, los que he leído, que son muy pocos comparados con todos los que ha escrito.
ResponderEliminarNo sé si lees en inglés también. He encontrado esto y me he acordado de ti, habla de 12 profesores de español y blogueros:
leer artículo.
Hasta pronto:
Ana
Gracias Miguel, Alberto, Marcos y Ana por vuestros comentarios. Siempre es un placer teneros por aquí :)
ResponderEliminarTus reflexiones son acertadas. Coincido plenamente en que el profesorado tiene que leer más y que tiene que hacerlo con sus alumnos. La lectura por placer, el hábito lector tiene mucho de pasión y de entusiasmo que se transmite.
ResponderEliminarLeer con los alumnos, organizando clases para leer, sin presiones añadidas, en calma, recreando las condiciones de la lectura que hacemos en la vida real es una estrategia muy eficaz.
Otra cosa es enseñar a leer para aprender o la educación literaria. Son otros campos que requieren estrategias específicas. Y en casi todos los campos es responsabilidad de centro no sólo de las lenguas.