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30 abril 2014

Leer es cosa seria

He tenido ocasión de participar en las IV Jornadas de Fomento de la Lectura en Zamora y allí he contado mi visión pragmática de la lectura en el aula, ilustrada con vídeos de actividades concretas de mi alumnado, entre las que destacaban unas recientes confesiones sobre el acto de leer. Creo que la presentación que acompaña esta nota es bastante sintética al respecto, pero aun así trataré de resumir en pocos puntos algunas ideas clave que quedaban fuera de ella:
  • No hay que confundir lectura con literatura
  • Leer por obligación no es leer, pero, sin intervención docente, el hábito lector se extingue
  • Leer es comprender y aprender, pero también debe conducir al disfrute
  • La lectura en el aula es fundamental para crear lectores competentes
  • Sin hábito lector difícilmente se puede progresar en ninguna materia
  • Hay que plantear en las aulas estrategias de lectura activas
  • La vinculación de la lectura con proyectos de aprendizaje la hacen más efectiva
  • Enseñar a leer y fomentar su hábito no es tarea exclusiva de los docentes de lengua
  • Los planes lectores de centro deberían ser algo más que un requisito legal
  • Es preciso estar formado y actualizado en prácticas de animación lectora
  • Para enseñar a leer es conveniente predicar con el ejemplo
Si de mí dependiese, en el desarrollo de la lectura en el aula prohibiría y castigaría cualquier manifestación del tipo "cuando yo era joven..." o "es que los jóvenes de ahora..." Creo que muchos docentes han leído poco y mal, igual que ocurre hoy día entre el alumnado, y que escudarse en una arcadia educativa inexistente es poco eficaz y menos profesional. Debería ser una obligación ética tomarnos en serio la formación de lectores competentes, pues no se trata de que sean devoradores eruditos de literatura el día de mañana, sino de que sean ciudadanos críticos y autónomos. Resulta doloroso ver que en el tránsito de Primaria a Secundaria perdemos una buena cantidad de ávidos lectores simplemente porque los condenamos a lecturas aburridas, solemnes, mal orientadas, desasistidas... Bastaría con que en cada asignatura se dedicase una hora semanal a lectura comprensiva (con actividades contextualizadas, nada de preguntas del libro) para paliar el fracaso que evidencian las pruebas internacionales. 
No insistiré más en ello, de momento. Solo añadiré que en el viaje de vuelta tuve la suerte de encontrarme con Jordi Sierra i Fabra, a quien en una ocasión llamé "rey Midas de la literatura juvenil", y pudimos charlar brevemente sobre lectura y jóvenes. Me mostró sus apuntes para el nuevo libro y me dijo que no pensaba dejar de escribir, pues siempre hay temas que resultan interesantes para los jóvenes. En efecto, siempre hay algo interesante que leer y esa es parte fundamental de nuestra labor, encontrarlo y conseguir que ellos también lo conozcan y lo sepan buscar.

25 abril 2014

Sesquidécada: abril 1999

El protagonista de esta sesquidécada es bien conocido: Ramón del Valle-Inclán. Más de una vez he declarado mi veneración por Luces de bohemia, la que considero su obra maestra. Sin embargo, la relectura de otras de sus obras me llevan a considerar a Valle como una de las figuras más destacadas de la literatura y cultura del siglo XX. Pienso en sus Comedias bárbaras, en las Sonatas, en las novelas del Ruedo ibérico, en el Tirano Banderas... tan distintas unas de otras, tan magistrales todas ellas y creo que tardaremos bastante en encontrar una figura de tamaña valía.

Recupero en esta ocasión una de sus obras menores, los esperpentos que configuran Martes de carnaval: Los cuernos de don Friolera, La hija del capitán y Las galas del difunto (por suerte, podemos ver incluso su versión televisiva). Aunque la unidad del conjunto reside en las referencias al estamento militar y al concepto del honor, creo que lo más valioso es su estilo y la agudeza de su visión crítica. Parece que detrás de cada palabra haya una carga de profundidad hacia una sociedad entumecida y anclada en lo más rancio y trasnochado. 
Quisiera aprovechar también para rescatar una pequeña obrita que aparece en mi edición de Espasa titulada ¿Para cuándo son las reclamaciones diplomáticas? Es tan breve que se puede leer en apenas unos minutos. ¿Lo probáis? 

Son solo unos minutitos...

Si la habéis leído os animo a compararla con alguna de las viñetas de Néstor Alonso, como esta que ilustra mi nota o con otras del mismo estilo. ¿Tanto se diferencian estos tipos grises de los de Valle?

Me hubiese gustado disponer de una máquina del tiempo para ver la España de Valle y poder compararla con la nuestra. O quizá mejor traerme a Valle a esta España del siglo XXI que tan poco se ha distanciado de la suya en muchos aspectos. Como dice Curro en Los cuernos de don Friolera, "en general, la clase de oficiales es decente. El mal está en los altos espacios. ¡Allí no entienden si no es por miles de pesetas!".
Valle seguro que nos hubiese ilustrado bien sobre la marca España y el casticismo, aunque me da la impresión de que el esperpento se le quedaría corto en ocasiones.

19 abril 2014

Dieta mediterránea y expresión oral



En estos primeros días de primavera, hemos acabado la segunda fase del proyecto "Ortografía y dieta saludable" dentro del Plan Lector de este curso. El alumnado de 2º de ESO ha trabajado una ficha en la que se planteaba la búsqueda de información y la argumentación a partir de elementos de la dieta mediterránea. Han elaborado unos murales en el aula y han tenido que defenderlos de manera oral. Después de grabarlos en vídeo y de ver los resultados en clase, escribieron sus críticas: un aspecto positivo propio, otro ajeno, un aspecto mejorable propio, otro ajeno (*). Estos son los aspectos mejorables que encontraron y sobre los que prometieron enmienda:
  • No hay que mirar tanto el mural
  • El tamaño de las cartulinas tendría que ser más grande
  • Mirar más a la cámara
  • Mejorar la presentación del mural
  • Ser más profesionales presentando
  • Aprender de memoria lo más importante
  • Ser más claro hablando
  • No reírse tanto
  • Practicarlo antes
  • Demasiado texto para leer
  • Aportar más información
  • Ser más aseado
  • Menos tomas falsas
  • Hablar más alto
  • Tener menos vergüenza
  • Algunos murales no tienen contraste
  • Más imágenes en los murales
  • No usar palabras que no entendíamos
  • Información más resumida
  • Títulos más claros
  • No estar sentado
Los resultados evidencian la necesidad de seguir trabajando las destrezas orales, esas grandes olvidadas de la Escuela. Es llamativo que reprochemos a los alumnos de Bachiller sus carencias a la hora de presentar trabajos en público, cuando apenas se le ha prestado atención a este aspecto durante la ESO (o al menos no de manera pautada). En general, la actividad ha quedado bastante bien, incluidos los murales, en los que están participando otros compañeros que siguen el Plan Lector. Ahora solo nos queda terminar el trimestre con los cómics, dentro del proyecto "Ortografía y cómic". Estamos haciéndolos en Pixton, muy versátil y divertido, aunque genera problemas para el registro si son menores (hay que confirmar con un correo de adulto). Ya tenemos algún cómic que resume bien aspectos ortográficos y hábitos saludables, pero prometo una nota en el blog cuando estén todos.


(*) Nota al pie: Esto de señalar puntos positivos y negativos como coevaluación se lo había oído a mis amigas y maestras Mercedes Ruiz, Conchita López y Julita Fernández, que lo llaman 3x1 (tres elementos positivos y uno mejorable). Como no me acordaba de la cita exacta, lo pregunté en Twitter y enseguida me lo recordaron, pero agradezco también la aportación de Paco Montero y Ainhoa Ezeiza que me han descubierto el término técnico: critical friends' protocol. Ahora que sé el nombre, prometo ponerlo en práctica más a menudo.

13 abril 2014

No vamos a disimular


Este es mi segundo año con el PQPI de 2º curso, ese nivel diseñado para que alumnos abocados al fracaso escolar puedan obtener el graduado de Secundaria de manera presencial. Tal vez el año que viene sea el último, si se implanta la Formación Profesional Básica. Sobre ese cambio legal, hay opiniones para todos los gustos: hay quienes piensan que dignificará la etapa con un título profesional, mientras otros pensamos que pone más trabas a quienes, salvando el fracaso, busquen otras salidas académicas. Sin embargo, mi nota no busca entrar en ese debate, sino mostrar algunas reflexiones más prácticas sobre lo que ha supuesto mi experiencia en este nivel.

Durante el curso pasado, establecí para el PQPI una metodología práctica para cumplir con los objetivos establecidos en el currículo de formación de personas adultas por el que se rige este curso. Sin embargo, aún sentía la necesidad de realizar exámenes para obtener alguna evidencia de evaluación en forma de nota numérica. Los resultados eran descorazonadores, pues había alumnos que sin trabajar nada en el aula sacaban un cinco, mientras que otros más constantes y esforzados apenas lograban un tres. Pese a que la rúbrica de evaluación compensaba estos problemas, este año he decidido eliminar definitivamente el examen. Pensé que no valía la pena plantear una prueba simplemente para disimular o para hacer creer que estudiábamos teoría. Las clases en el PQPI son cualquier cosa menos pasivas. Los lunes leemos: puede ser una adaptación del Quijote, relatos de acoso escolar, etc. Los martes planteamos proyectos de escritura y trabajamos en Google drive, que ha desplazado por completo a la libreta tradicional. Buena parte de esos proyectos son propuestas que vemos en la red y a las que nos sumamos enseguida. Los viernes tenemos sesión de debate oral, generalmente a partir de un cortometraje; en ocasiones tenemos alumnos invitados que se quedan para participar.
Las distintas destrezas trabajadas en el aula se recogen en esta rúbrica de autoevaluación:

Así pues, a partir de ahora, no vamos a disimular más. Las notas serán producto de sus autoevaluaciones y de mi aplicación de criterios de observación directa en el aula. Creo que trabajan bastante en el aula, más incluso que alumnos de otros niveles que se limitan a copiar ejercicios de la pizarra. Sus textos van mejorando de una vez a otra, todo un reto si tenemos en cuenta que llevan a la espalda años de barbecho académico.


Si queréis ver cómo va funcionando esta metodología, aparte de los textos que he insertado en esta nota, os dejo los enlaces a su blog de aula:
Por cierto, muy pronto tendrán listos sus diarios del Stanbrook, un particular homenaje al exilio.