29 abril 2010

Harán de mí un pirata

El pasado fin de semana, un artículo en El País preparaba el terreno para una de las polémicas que se avecinan: La entrada del libro digital en el mercado de consumo al por mayor. Con el tono catastrofista con el que suelen tratarse todos los asuntos que afectan a las redes (sin que nadie señale que gracias a internet somos cada día más sabios y libres), se deshojan los inconvenientes que genera la piratería en el negocio editorial: "Los piratas ponen rumbo al libro", no hay más que decir.
Sin embargo, en el artículo se recogen algunas ideas que ya llevan tiempo comentándose en las redes y en los foros especializados. Por ejemplo, no existe una oferta seria de libros digitales; no hay apenas portales de distribución, especializados o generalistas, de libros digitales; no hay una proporción en el precio que se corresponda a los gastos reales de producción del libro digital.
De hecho, muchos usuarios reconocen que se descargan versiones escaneadas de manera irregular porque la versión digital no existe o se ofrece a un precio incluso superior al libro en papel (???). No parece lógico que, después de haber reducido gastos de papel, distribución, almacenaje, etc., el libro digital se ofrezca a 20 euros, sobre todo si quien ha de comprarlo es consciente de que existe un mercado negro gratuito (habría que recordar que parte de la piratería musical se debe al afán de lucro desmesurado de las discográficas, quienes, al pasar del vinilo al CD, redujeron gastos de producción mientras hinchaban injustificadamente los precios de venta al público).
Tal y como está el patio, si las editoriales no mueven ficha pronto, los libros seguirán el camino de la música. Y hay cosas que atentan contra la lógica: Un amo de casa que hace la compra no ha de ir a cada una de las empresas que fabrican el queso, el arroz, el detergente, el aceite, etc. pagando en cada una de ellas sus respectivos añadidos de distribución, etc.; para eso se inventaron las tiendas o los supermercados. Sin embargo, el lector que desea un libro digital ha de ir rebuscando de web en web, rellenando registros interminables, desconfiando del material o de quien lo vende, y siempre con la sospecha de que le van a cobrar más de lo que toca. Y no entro a valorar la oferta de libros digitales, porque si sólo vamos a encontrar best-sellers o autores a quienes sólo los conoce su presidente de escalera, apaga y vámonos...
Imagino que no es fácil encontrar un modelo que beneficie y contente a todos los implicados. Se me ocurre que podría funcionar un sistema parecido a los círculos de lectores: Varios portales especializados en los que se pague una suscripción razonable (30 euros al año) con derecho a un libro por semestre y con un catálogo amplio de libros a un precio también razonable (quizá 8/10 euros una novedad y 3/5 euros los libros de fondo) -por cierto, os animo a que dejéis vuestras propuestas y ofertas en los comentarios-. Si el catálogo fuese interesante (y ahí estaría la habilidad de los editores digitales) yo mismo me apuntaría para alimentar mi booq. Pero de ese nuevo bichito hablaré en la próxima entrada...

Para saber más:

23 abril 2010

Homenaje a Miguel Hernández: contra el olvido


Hoy -día del Libro- ha concluido el plazo para la participación en el Homenaje a Miguel Hernández que pusimos en marcha el pasado 25 de enero. Ha sido un proyecto lleno de ilusión y de emoción en el que han colaborado muchos docentes y su alumnado, así como diversos amigos y amigas de la Red. A lo largo de estos meses, las muestras de adhesión, y las actividades de aula nos han ido llegando a través de la página web, en los blogs de los organizadores, por correo electrónico o en la cuenta de Twitter.
Así pues, nos satisface comprobar que este proyecto ha sido recibido con entusiasmo por el profesorado, que ha colaborado en la grabación de la Antología poética y ha supervisado la propuesta didáctica en el aula, y, especialmente, por el alumnado que ha confecionado los GLOGS.
El proyecto ha generado una gran cantidad de material digital de enorme valía. Material guiado y trabajado por el profesorado en el aula con la ayuda de su buen hacer y de su entusiasmo, material elaborado por los alumnos y alumnas que han colaborado con interés en la realización de una tarea que tenía sentido porque sabían para qué la hacían.
Es emocionante ver las diversas interpretaciones de la obra y de la vida de Miguel Hernández que se muestran en los trabajos de las diferentes etapas: los dibujos sencillos y emotivos de los alumnos de Educación Primaria, los carteles llenos de iconografía sobre Miguel Hernández realizados por los alumnas y alumnos de Secundaria, las aportaciones y la profundidad de los trabajos de Bachillerato… Cada uno dando sentido, gracias a este proyecto colaborativo, a unos contenidos que tantas veces se trabajan de forma rutinaria y se olvidan. FELICIDADES A TODOS LOS PARTICIPANTES POR VUESTRO TRABAJO.
Creemos que la figura humana y literaria de Miguel Hernández merecía todo el entusiasmo y todo el esfuerzo que habéis desplegado en el proyecto. En estos tiempos de memoria frágil y escurridiza, recuperar la palabra es un gesto honrado y valiente. La pervivencia de los versos del poeta en las voces jóvenes del futuro es una garantía contra el olvido, una garantía de paz.

¡¡¡ GRACIAS, PORQUE SIN VUESTRA AYUDA, NO HUBIERA SIDO POSIBLE!!!

Os animamos a ver los magníficos trabajos colocados en la página del homenaje. Por nuestra parte, nos ponemos inmediatamente a revisar vuestros trabajos y nos vemos el próximo día 10 de mayo, cuando daremos a conocer los resultados de esta hermosa muestra que habéis brindado a la edublogosfera.

¡Muchas gracias, moltes gràcies, eskerrik asko, moitas grazas!

18 abril 2010

Valen la pena

Me llega de la mano de Raúl Alcaraz la mención "Blog que vale la pena" (¡qué bonito queda en portugués!: vale a pena ficar de olho nesse blog!). También Héctor Monteagudo se había acordado de mí al respecto y, de paso, me había pisado buena parte de mis posibles recomendados; de otros cuantos se ha encargado Lu, en A pie de aula, pero siempre hay un montón de lugares interesantes que visito y que merecen la pena. Dejo de lado a mis clásicos, que ya me conocen por tenerme en sus comentarios día sí, día no, y elaboro una lista siempre provisional, siempre incompleta:
  • Contomundi 2.0, de Mario Aller, magnífico blog empeñado en el arte de contar historias.
  • Yo hago música, de mi buen amigo Ramón Capilla, músico y profesor excepcional.
  • Maribelele, de Maribel González, con sugerentes propuestas sobre lengua.
  • eduideas, un lugar con reflexiones siempre interesantes.
  • Pativanesca, de Elisa de Armas, su blog de microrrelatos, un auténtico lujo.
No voy a obligar a nadie a seguir el meme, porque ya se sabe que estos artefactos piramidales crecen de un modo en el que pronto es imposible hallar a alguien que no haya sido citado (cosas de las progresiones matemáticas, que explicaría muy bien Luis Miguel Iglesias, otro recomendable).

14 abril 2010

Sesquidécada: abril 1995

Resulta llamativo que la mayor parte de lecturas que recupero en estas sesquidécadas sean literarias. Puede que a alguien esto le parezca obvio, pero en mi caso, siendo un profesor de lengua y literatura, debería haber aparecido algún manual de lingüística, alguna monografía de semiótica, algún tratado de preceptiva ortográfica, etc. Admito que en la facultad leí obras de este tipo a toneladas y que, salvo excepciones, pocas han quedado para el recuerdo; al menos si las comparo con sus equivalentes en el ámbito de la teoría e historia de la literatura o con las propias obras de ficción. Seguramente, la lingüística ha sido para mí más un oficio que una devoción, sobre todo porque siempre tenía ese aspecto utilitario que parece alejarla del ocio.
Para remediar este injusto olvido, recupero un manual que considero bastante interesante: Introducción a la Semántica Funcional, de Salvador Gutiérrez. Supongo que será una obra ya pasada de moda, pero en su día (junto con otro manual de Stephen Ullmann) me pareció que ofrecía un panorama bastante claro y orientativo del áspero mundo de la semántica funcional. Me da la impresión que muchos libros de lingüística pecan de un formalismo teórico llevado al extremo, como si quisiesen ser deliberadamente abstrusos, en un afán innecesario por ganar la consideración de ciencia 'seria'. No creo que sea este el caso de la obra de Salvador Gutiérrez, a la que se puede acceder sin haber leído a Hjemslev.
El segundo autor que recupero es Julio Cortázar, un clásico de este blog. En abril de 1995 leí una recopilación de cuentos bajo el nombre de Reunión y otros relatos, en una de esas ediciones marrones de Seix Barral que formaban las "Obras maestras de la Literatura Contemporánea". En este volumen aparecían algunos de los grandes relatos de Cortázar, como "El Perseguidor", "Final del juego", "La autopista del Sur" o "Texto en una libreta". De este último relato también hablé en el blog a propósito de Moebius y los túneles del metro. Como no son horas de ponerse estupendo ensalzando a Cortázar, os dejo un videorrelato basado en su cuento:


02 abril 2010

O tempora, o mores!

En el suplemento de "Motor" de El País de hoy, aparece un reportaje sobre el 'matrimonio' Fiat-Seat en los años del franquismo. ¡Qué tiempos! España se motorizaba y una gran empresa, concebida como pago a los italianos por los bombardeos de Guernica, abastecía de automóviles al español medio. Una empresa dirigida, en un principio, por ex-militares y jefes de la Falange, que daba trabajo casi a 35000 trabajadores. Notable ejemplo de eficacia que habría que tener en cuenta en estos tiempos de crisis. Convendría volver la vista atrás, a esas empresas de hace cuarenta o cincuenta años, todo orden, todo disciplina, todo productividad. Bien es verdad que, como se dice en el reportaje, "estaba prohibido reírse, cantar, silbar, blasfemar y hablar de temas no inherentes al trabajo". Por supuesto, tampoco se permitían las huelgas; los trabajadores tenían que darse por satisfechos con la mera oportunidad de servir al orgullo patrio. No es de extrañar que nadie le discutiera una orden al jefe. Disciplina, respeto, productividad. Lástima que cuando se abren los mercados y se descubre que no sólo hay que producir, sino también hacerlo con calidad, todo se convierte en un espejismo y los dueños del negocio se mudan a Argentina para repetir el milagro.
Ahora, sustituyan la palabra empresa por escuela, la palabra jefe por docente, la palabra trabajadores por alumnos y la productividad por el conocimiento. Sigamos mirando atrás, elogiemos esos tiempos en los que el respeto era la máscara del miedo, sintámonos orgullosos de haber sido durante cuatro décadas la vergüenza de Europa, proclamemos la vuelta a la palmeta y a las orejas de burro y, sobre todo, reneguemos de toda modernidad, pues sabemos que toda innovación atenta contra nuestra unidad de destino en lo universal y no puede llevarnos más que a la perdición de nuestros sacrosantos valores espirituales.

P.D. Mirar hacia adelante no significa en ningún caso complacencia con el estado actual de las cosas: Todo es mejorable, sobre todo la educación, siempre descuidada, siempre menospreciada por los políticos.

Crédito de la imagen: 'Dachau: Work Makes Free'