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25 febrero 2010

Ya ha pasado un mes...



Aunque parece mentira ya se cumple un mes desde que el 25 de enero lanzamos desde este blog, junto con nuestros compañeros de Blogge@ando y A pie de aula y Tres Tizas, un homenaje a la figura de Miguel Hernández con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento.
Antes de nada, queremos dar las gracias a todas las personas que habéis participado en esta iniciativa: a todos los profesores que se han animado a participar en la elaboración de la Antología Poética, que ya cuenta con 50 miembros y 53 poemas grabados; también a entidades como Leer.es, que se han hecho eco de este proyecto; y al profesorado que ha reseñado la iniciativa en sus blogs. Que sepamos, hasta ahora el homenaje ha sido referenciado en los siguientes lugares amigos:

En cuanto a la parte más importante del homenaje, la participación y el acercamiento de los alumnos y alumnas a la poesía de Miguel Hernández, se han puesto en contacto con nosotros muchos compañeros para comentar su interés por trabajar con sus alumnos y elaborar el GLOG. Sin embargo, algunos nos han hablado también de la sensación de agobio y de prisa que les producía el plazo marcado de forma inicial.

Por ello, y porque aprender requiere su tiempo, os queremos comunicar que se amplía el plazo para la recepción de los trabajos del alumnado hasta el día 23 de abril, coincidiendo con el Día del Libro.

También quisiéramos aprovechar esta entrada para pedir a todos los que tengáis decidido participar con vuestros alumnos en la muestra, que nos hagáis llegar un mensaje a esta dirección homenajemiguelh@gmail.com

Sólo tenéis que indicar vuestro nombre y el de centro. Nada más.

Estamos deseando recibir vuestras aportaciones. Ánimo y a leer poesía.
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18 febrero 2010

Sesquidécada: febrero 1995

Para esta sesquidécada he sacrificado algunas joyas como El hombre que fue jueves, de Chesterton o el Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita. Las he dejado al margen para cederle todo el espacio a un autor al que estimo de una manera especial. Se trata de Max Aub, tal vez uno de los mejores escritores hispánicos del siglo XX. Su vida es una auténtica delicia para quienes gustan de las biografías: Hijo de un exiliado alemán y una francesa, nace en París y tiene que huir a España en las convulsas persecuciones tras la Primera Guerra Mundial. Siempre se manifestó español, porque decía que uno es de donde hace el bachillerato y él lo hizo en Valencia.
Sus primeras obras están ligadas a las vanguardias y a los postulados de la Revista de Occidente; sin embargo, muy pronto, las circunstancias políticas marcarían una vez más su vida y su obra. Vehemente defensor de las libertades y del gobierno legalmente constituido (fue quien encargó el Guernica), sufrió tras la guerra civil un segundo exilio, lleno de penurias, en el campo de concentración francés de Vernet y en el argelino de Djelfa. Finalmente, pudo huir a México, donde publicó la mayor parte de su obra y donde moriría con el convencimiento de que no habría de volver a su país adoptivo mientras no cayese el dictador.
Las novelas más conocidas de Max Aub se agrupan en la serie el Laberinto Mágico (Campo abierto, Campo cerrado, Campo de sangre, Campo del moro, Campo de los almendros y Campo francés). En la línea vanguardista, llama la atención el experimento de Jusep Torres Campalans, ficticia biografía de un pintor, amigo de Picasso, de quien llegó a montar una exposición de cuadros con la que engañó a la crítica del momento. No me voy a detener en reseñar su extensa obra, que incluye obras de teatro, poemarios, ensayos, microrrelatos (inevitables los Crímenes ejemplares), etc.
Allá por febrero de 1995, los quince años que marcan esta sesquidécada, ya me había enganchado a Max Aub. Como he contado en alguna ocasión, la Universidad de Valencia celebró un congreso y se comenzó a rescatar la memoria aubiana. La editorial Alba recuperó a la sazón algunos libros descatalogados, como La gallina ciega, una reflexión amarga sobre la visita de Max Aub a España poco antes de morir; publicaron también una edición de sus Diarios, y dos antologías de relatos: Enero sin nombre, con cuentos sobre la guerra, y Escribir lo que imagino, con una temática menos realista. Concretamente, leía yo en aquellos días esta última recopilación de relatos, Escribir lo que imagino, un libro que se ha mantenido en mi lista de recomendados a lo largo de los años. Algunos de esos cuentos se pueden encontrar en la red, por ejemplo, La gabardina.
Hace tiempo que me desligué de la investigación universitaria, pero tengo buenos amigos que siguen en la brecha. Uno de ellos, Javier Lluch (también citado en otra ocasión), a través de interesantes artículos y de su participación en la edición de las obras completas de Aub, se ocupa de mantener viva la memoria de este escritor, que sin ser español de nacimiento, sufrió España con mayor intensidad que muchos de los que se definen como patriotas. Por eso, y por su calidad literaria, merecía este recuerdo en exclusiva.

12 febrero 2010

Calisto: ¿el primer ni ni?

Los habituales del blog habrán notado cierto abandono en las últimas semanas, que están siendo agotadoras, tanto en tareas como en alegrías. No voy a detenerme en el análisis de los trabajos que me tienen ocupado, porque ya asomarán tarde o temprano a esta plaza, pero no me resisto a comentar una de las mayores satisfacciones del momento: Se trata de la lectura de La Celestina en el aula de Primero de Bachiller. La tarea propuesta para el plan lector de la segunda evaluación consistía en la lectura pautada de una adaptación de La Celestina y su comentario en clase. Podéis ver aquí la ficha de la actividad:

Seguimiento de lectura: La Celestina

El desarrollo ha sido mucho mejor de lo que esperaba. Las sesiones de los lunes han sido muy enriquecedoras, no sólo para ellos, sino también para mí, que he descubierto facetas en las que no había reparado. El uso de una versión adaptada no ha supuesto ningún inconveniente; es más, creo que ha contribuido a que muchos alumnos se animasen a leerla, algo que difícilmente hubiesen llevado a cabo con la versión original (hay que decir que es una buena adaptación en la que se ha respetado el tono e intención de la obra). En esas horas, el alumnado ha participado y se ha emocionado hasta defender con fervor sus puntos de vista sobre los protagonistas y las situaciones (la modernidad de Melibea, la crudeza de ciertas escenas, la pasiva ingenuidad de Alisa, la ociosidad de Calisto -miembro fundador de la generación 'ni-ni'-...)
En esta actividad, ya que no había control de lectura, se proponían una serie de actividades de ampliación. Algunos alumnos han tanteado opciones diversas de las que todavía no tengo resultados (tengo que advertir que el seguimiento de la lectura en el microblog no ha tenido ningún éxito). Entre los dos cursos que tengo, hay un grupo de amigos que se conocen desde hace años y que decidieron hacer una adaptación en vídeo. Me pidieron permiso para ello y les di total libertad; hasta ahí mi papel en la actividad. Y cuál no sería mi sorpresa al encontrarme un auténtico guión adaptado de gran calidad, que podéis ver a continuación:

Guión de la Celestina

Además, un día, al entrar en el blog de aula, me encuentro que han colgado el tráiler de la película que están grabando, lo que me deja aun más sorprendido, pues me avisan que quieren mantener esa calidad para toda la película:


En fin, que a pesar de los afanes y desvelos del oficio, las recompensas van llegando poco a poco, decantándose con los años como los buenos caldos.

Adenda: Más información sobre este proyecto: Celestina films

02 febrero 2010

Y Darwin vio la luz

La última semana de enero salió de la imprenta un nuevo número de la Revista Riu Sec, el proyecto de revista de centro del cual soy coordinador. Es el punto y aparte en una larga serie de pasitos y tropezones que empezaron en octubre. Este número dedicado a Darwin es el tercero de esta nueva época, en la que hemos optado por concentrar esfuerzos en una revista en enero y otra en junio. Este proyecto ocupa buena parte de mis desvelos desde que me hice cargo de ello el curso pasado, no sólo por la coordinación en el centro, sino por el mantenimiento del blog y la página web (que ha tenido que mudarse de Googlepages a Sites). Creo que, poco a poco, la tarea se va consolidando y los avances saltan a la vista. En este número ha habido un consejo redactor formado por alumnos de 3º/4º de ESO y 1º de Bachiller, que han asumido tareas como el diseño de portada, la redacción de artículos, entrevistas, los reportajes fotográficos, etc. Siguiendo algunos ejemplos interesantes como La Puça (gracias, Lu), los miembros del consejo redactor tienen sus acreditaciones y sus tareas encomendadas. Algunos han ejercido de auténticos reporteros profesionales. También es de agradecer la implicación del departamento de Educación Plástica y el de Biología, de mi compañera Begoña y otros colegas que han echado una mano, así como los numerosos docentes (y PAS) que han cedido sus fotos de la infancia para ese concurso de "Adivina quién es quién", un reto que ha mantenido en vilo al alumnado durante varios días.
No obstante, conviene hacer autocrítica y señalar algunos puntos que habría que mejorar, por ejemplo:
  • Hacer más eficaz la comunicación entre los coordinadores y los alumnos.
  • Promover una implicación efectiva de los distintos departamentos.
  • Exigir un buen nivel lingüístico en los artículos.
  • Ampliar las relaciones con otros centros y con el entorno.
  • Disponer de equipamiento TIC para el consejo redactor.
  • Implicar a las familias en la elaboración y difusión.
A pesar de todo ello, estamos muy satisfechos de que haya un presupuesto para editarla en papel y a todo color, un valor añadido para un alumnado que, en muchas ocasiones, no tiene acceso a internet ni recursos para participar en las versiones digitales.



Y ya estamos preparando el próximo número, dedicado, cómo no, a Miguel Hernández.